Penúltimo día de competición en Sochi, y para quienes no hayan seguido la jornada desde primera hora, la palabra que mejor lo resume es contraste. Pasar de la alegría a la frustración, en ocasiones, no requiere una exteriorización distinta, puede ser la misma: desde la inacción por la sorpresa, sea por la felicidad o por la tristeza, a las lágrimas, pues un llanto es la consecuencia tanto de la satisfacción como de la decepción.
Es lo que ha vivido la delegación noruega, contenta a primera hora con el triplete logrado en la prueba de esquí de fondo sobre 30 kilómetros (estilo libre), que además ha significado el tercer título para en estos Juegos Olímpicos para Marit Bjørgen, y el tremendo golpe que ha supuesto para sus aspiraciones verse fuera del podio en el relevo masculino del biatlón 4 x 7,5 kilómetros, donde por unos instantes se han visto con una nueva medalla (y la décimo cuarta presea para Bjørndalen) y finalmente se han caído del reparto de metales.
Mientras los nórdicos deben preguntarse cómo cambia una emoción en el seno del equipo el mismo día, en Rusia y Países Bajos les pueden explicar el sentido contrario. Los anfitriones, a falta de dos pruebas en las que se repartirán medallas (el cross country masculino 30 km y el bobsleigh masculino B4), amén de determinar el campeón masculino de hockey hielo, se han situado al frente del medallero.
Por su parte, los neerlandeses simplemente con dominar una disciplina de una manera tan arrolladora como rápidos han sido sus patinadores han conseguido veinticuatro metales (récord también para el país) y muy posiblemente entren dentro de los cinco primeros del medallero una vez se clausuren mañana estos XXII Juegos Olímpicos invernales.
La que también está muy contenta, y cuenta con múltiples razones para estarlo, es la catalana Laura Orgué, que ha logrado un más que meritorio décimo lugar en la prueba que ha significado el récord para Bjørgen. España finalizará su participación sin metales, y en un país donde se calibran los éxitos en base únicamente a las victorias, sin entender el contexto en que se mueven gran parte de los deportistas, la carrera y esfuerzo de Orgué deben servir para que aquellos que simplemente simplifican el deporte en la tan conocida medallitis entiendan la complejidad que supone estar a la altura de las mejores.
Porque el primer reto siempre es superarse a uno mismo en sus resultados, en virtud de su capacidad, talento y medios. También usted lector, si lo piensa fríamente, lo debe hacer en su día a día. Laura Orgué lo ha logrado, como ya hizo en las dos pruebas anteriores en las que participó. «Llevamos muchos años entrenando muy duro y por fin ha salido un resultado que merece la pena. Lo esperaba desde hace mucho», ha manifestado al finalizar la prueba, agotada, casi sin aliento.
Hoy el austriaco Mario Matt, como contrapunto a lo que sucedió ayer entre las féminas con la victoria de Mikaela Shiffrin, ha logrado el récord de longevidad entre un campeón olímpico de esquí alpino. Estados Unidos, tal vez afectado por el shock de perder en semifinales de hockey hielo ante Canadá, ha vuelto a caer en la lucha por el bronce contra Finlandia. Un ruso por matrimonio, pero estadounidense de nacimiento, Vic Wild, ha logrado su segundo título olímpico. Y se han vivido dos situaciones que han mezclado susto y comicidad: el vuelco del bobsleigh B4 del equipo canadiense y la reclamación ante el TAS de algunas delegaciones por el triplete francés de hace escasos días en el skicross. El motivo de esa queja: que todos los representantes franceses llevaban el mismo modelo de pantalones.
Se ha conocido el tercer caso de dopaje en esta edición de los Juegos Olímpicos, en concreto el de la fondista ucraniana Marina Lisogor, que ha dado positivo por trimetazidina. La fondista ucraniana, de 30 años, fue quincuagésima octava en la fase clasificatoria de los 10 kilómetros estilo clásico.
A falta de conocer quién gana la final masculina de hockey hielo, así como la conclusión del bobsleigh masculino B4 y del cross country masculino sobre 30 kilómetros, en la que participarán los españoles, Rusia se ha situado primera en el medallero con veintinueve preseas (once oros, diez platas y ocho bronces); Noruega se ha situado un escalón por debajo con veintidós (diez, cuatro, ocho); Canadá es tercera con veinticuatro (nueve, diez, cinco); y Estados Unidos es cuarto con veintisiete (nueve, siete, once). Cierran los cinco primeros los Países Bajos con la misma cifra total que los canadienses y un oro menos que los estadounidenses (ocho, siete, nueve).
Hablar de velocidad en estos juegos equivale a hacerlo de Victor An, si nos ceñimos a la pista corta (short track) y el éxito individual, pero también de los Países Bajos, como conjunto y en la pista larga, ya que ha arrollado en esta disciplina logrando un total de 24 medallas –ocho oros, siete platas y nueve bronces–, algo que no se recordaba en años. Hoy han coronado ese reinado con un doblete, ya que han logrado el título tanto masculino como femenino en la persecución, y con sendos récords olímpicos.
El equipo masculino, formado por Sven Kramer, Jan Blokhuijsen y Koen Verweij, se ha impuesto a Corea del Sur en una final en la que han parado el crono del Adler Arena en 3:37.71. Terceros han sido los polacos, que se han impuesto en la final de consolación a Canadá. Por su parte, el conjunto femenino neerlandés, integrado por Marrit Leenstra, Jorien Ter Mors, Lotte Van Beek e Ireen Wust, ha logrado pulverizar el récord olímpico en la final (2:58.05) que han disputado ante las polacas, mientras que el bronce fue para las rusas.
El día ha comenzado de manera feliz para la delegación noruega. La fondista Marit Bjørgen ha logrado su tercer título olímpico en Sochi, sumando el sexto oro en su carrera y la décima medalla en total, igualando el récord como mujer más laureada en los Juegos Olímpicos de Invierno. «Cuando deje de esquiar, ya pensaré en las medallas», ha declarado la noruega, que no ha descartado continuar la cosecha de medallas olímpicas en 2018 en Pyeongchang (Corea del Sur), cuestión que es complicado de ver pero que no se puede descartar por ahora. «Cuatro años es mucho, no estoy rejuveneciendo, también estoy pensando en tener una familia, ya se verá. Si estoy motivada haré los Juegos, pero es difícil saber que haré dentro de cuatro años», ha añadido.
Sus compatriotas Therese Johaug y Kristin Stoermer Steira le han acompañado en el podio, al colgarse la plata y el bronce, respectivamente, para completar un podio 100 % noruego. Las tres han impuesto un ritmo endiablado a la carrera a partir del kilómetro diez, haciendo añicos el grupo cabecero, en el que también estaba la polaca Justyna Kowalczyk, campeona olímpica de la distancia en estilo clásico. Las noruegas no han cesado su ritmo, al contrario, han continuado acelerando y a mitad de carrera ya habían sentenciado el podio, con la única duda de cómo se repartirían las medallas, mientras Kowalczyk, aún renqueante de una lesión en el tobillo, ha tirado la toalla.
La española Laura Orgué ha logrado una muy meritoria décima plaza, a poco más de un segundo y medio de la campeona olímpica. Orgué, que ya ha participado en tres pruebas olímpicas en Sochi, ha mejorado ostensiblemente la vigésima séptima plaza que logró hace cuatro años en Vancouver. Las altas temperaturas y la nevada de los últimos días ha complicado la carrera por la lentitud de la nieve, lo que la ha hecho más dura. Con estas características de carrera, la buena preparación de la catalana ha sido fundamental para la conquista de este excelente resultado.
La cruz en la delegación noruega ha llegado horas más tarde, cuando el equipo masculino de biatlón, en el relevo 4×7,5 kilómetros, se ha visto fuera del podio, en una prueba que han dominado durante gran parte del recorrido. Un desplome inimaginable que ha mostrado la grandeza y complejidad de este espectacular deporte. El triunfo se ha decantado del lado del equipo de Rusia, que ha estado acompañado en el podio por Alemania, plata, y Austria, bronce. Los rusos Dmitry Malyshko, Anton Shipulin, Evgeny Ustyugov y Alexey Volkov se han impuesto con 3,5 segundos de ventaja sobre los alemanes y casi medio minuto (29,8) sobre los austríacos.
El gran protagonista del equipo ruso ha sido el autor de la última posta, Anton Shipulin, que ha atacado en el tramo final para superar a Simon Schempp por tres segundos. Shipulin es hermano de Anastasia Kuzmina, que compite como eslovaca y ganó el oro en la carrera de sprint sobre 7,5 km. Rusia, Alemania y Austria se han aprovechado también de los errores en el último campo de tiro del relevista noruego Emil Hegil Svensson cuando su equipo ocupaba la tercera plaza. Los noruegos han finalizado cuartos a 54,4 segundos de los rusos. No han podido regalarse una nueva presea y Ole Einar Bjørndalen no ha podido ampliar a catorce el número de medallas olímpicas que atesora.
Como contrapunto a lo que sucedió ayer entre las mujeres, con récord de juventud en el título de Mikaela Shiffrin, el austriaco Mario Matt se ha convertido en el campeón olímpico de eslalon más veterano de la historia, al imponerse en esta disciplina a los 34 años y diez meses de edad. El esquiador centroeuropeo, campeón del mundo de la disciplina en 2001 y 2007 y que había logrado el mejor crono en la primera manga, ha superado a su compatriota Marcel Hirscher, que ha sido plata, y al noruego Henrik Kristoffersern, bronce.
En la segunda manga, con unas condiciones de la nieve muy difíciles, Hirscher y Krostoffesen, que solo habían acabado noveno y décimo quinto en el primer recorrido, han ofrecido un repertorio de cómo competir ante una situación tan compleja y evitar las caídas, una mezcla de serenidad y calidad técnica para remontar muchas posiciones hasta asegurarse el podio, al tiempo que han visto cómo la mayoría de sus rivales no ha podido finalizar la prueba.
El ruso de origen estadounidense Vic Wild ha logrado el título olímpico en la prueba del eslalon paralelo de snowboard, logrando así su segundo oro en Sochi, tras el obtenido el miércoles en eslalon gigante paralelo. El eslovaco Zan Kosir y el austriaco Benjamin Karl le han acompañado en el podio, al ganar la plata y el bronce respectivamente.
En la prueba femenina, la austríaca Julia Dujmovits se ha proclamado campeona olímpica tras derrotar en la final a la alemana Anke Karstens por 12 centésimas, al remontar en la segunda manga de esta lucha por el oro. Alemania también ha conseguido la tercera plaza del podio por medio de Amelie Kober, que ha superado en la final de consolación a la italiana Corinna Boccacini por trece centésimas. Austriacas y alemanas han copado esta prueba con seis de los diez primeros puestos, consolidando su tradicional dominio.
Si dura resultó la derrota en semifinales ante Canadá, tan dolorosa o más ha resultado la de la lucha por la medalla de bronce esta tarde. Estados Unidos ha caído de manera contundente ante Finlandia por 5-0, lo que supone que los estadounidenses se vayan de vacío de una de las modalidades donde, a buen seguro, contaban con obtener una medalla. Ha sido un partido que transcurría en la igualdad, sin goles, algo inédito para los norteamericanos, hasta que en los dos últimos periodos los nórdicos se han quitado los complejos de encima y han superado con claridad a un rival que no ha tenido ni capacidad ni tiempo para reponerse a cada gol finlandés.
* Pablo Beltran es periodista.
– Fotos: 2014 XXII Winter Olympic Games
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