Då svidaniya, Sochi; annyong, Pyeongchang (Sochi día 16)

por PABLO BELTRAN el 23 febrero, 2014 • 22:25

Y la llama del pebetero se apagó. Tras el discurso del presidente del COI, Thomas Bach, se han dado por clausurados oficialmente la XXII edición de los Juegos Olímpicos de Invierno, que ha acogido la localidad rusa de Sochi. Da svidaniya (Hasta la vista). Comienza la cuenta atrás para llegar a Pyongyang 2018, pues será Corea del Sur el país que reunirá a los deportistas invernales de todo el mundo en la XXIII edición. Annyong (Hola). Un camino de 1.447 días que para muchos deportistas, casi sin tiempo de disfrutar de una experiencia mágica, en algunos casos única, en otros tal vez última. El final de Sochi 2014 significa el arranque de un trayecto tan duro o más que afrontar dentro de cuatro años las mismas pruebas que a las que se han enfrentado en estas dos semanas en Rusia.

La delegación anfitriona y la canadiense han sido las últimas en sonreír, al obtener los últimos oros en juego. En el caso de los rusos, gracias al triplete en la prueba de 50 kilómetros de esquí de fondo masculino estilo libre, con lo que además del triunfo han sumado dos preseas más que le han consolidado como el primer país en el medallero, así como por la victoria en el descenso de bobsleigh a cuatro masculino; los norteamericanos, porque han emulado a los equipos masculino y femenino de curling, así como a sus compañeras del Dream Team, al ganar la final de hockey hielo a Suecia.

Ha sido una edición de los Juegos Olímpicos que en España ha tenido una repercusión mediática, en general, más bien escasa: cosas de la cultura deportiva, una expresión tan manida como el uso de los términos valores, ética o dignidad, que se verbalizan muchas veces de manera sencilla, rápida, pero que no conjugan paralelamente con los actos. De ahí que suene a sorprendente que, tras finalizar sin ninguna medalla, ya se aventure qué pasará dentro de cuatro años y se sentencie que los resultados llegarán, que Pyeongchang será el nuevo Albertville (1992) o Sapporo (1972), únicas ediciones con metales olímpicos españoles. Como si lograr un triunfo en unos Juegos, como cualquier victoria en el quehacer diario, llegue caído del cielo, cuando es mucho más fácil y a la vez complicado. Sí, paradójicamente, aunque suene absurdo, para poder romper esa maldición se necesitarán más que palabras que presagian un futuro desconocido. Lo que sí es constatable es que el presente es mejorable.

Una actuación española, en global, notable, con el sabor amargo para Javier Fernández de su cuarto puesto, pero que merece un aplauso mayúsculo por mostrar no solo al mundo, sino a la propia España que el patinaje artístico merece una mayor atención, al igual que la agradable sorpresa de la pareja finalista formada por Adriá Díaz y Sara Hurtado; una mejora y crecimiento respecto a hace cuatro años de la fondista Laura Orgué y la biatleta granadina Victoria Padial; y el sinsabor para Carolina Ruiz, Queralt Castellet y Lucas Eguibar, quienes también se apuntaban como candidatos a presea y que, sin lograrlo, seguro que lo intentarán en la próxima edición en el caso de los dos snowborders, pues para la granadina Ruiz, Sochi ha sido su última experiencia olímpica.

Sochi quedará para el recuerdo por muchos nombres que han dejado huella, porque se han convertido en leyenda o porque han iniciado una carrera muy prometedora, esa mezcla entre veteranos ilustres y jóvenes con descaro, insolencia y deseo de emularles. Desde el biatleta noruego Ole Einar Bjorndalen y su récord individual como el deportista invernal con más metales (catorce) al estadounidense Bode Miller y su triunfo en memoria de su hermano fallecido, pasando por Victor An o Vic Wild como representantes de esa Rusia nacionalizada y triunfadora. O los Países Bajos y sus representantes en el patinaje de velocidad, donde han arrollado a cualquier rival que se plantaba a su lado. Por no hablar de la también leyenda femenina vikinga Marit Bjoergen, la bielorrusa Darya Domracheva o la joven estadounidense Mikaela Shiffrin, quien con 18 años ha sido la campeona olímpica más joven en el esquí alpino.

En la gala de clausura se han vuelto a realizar guiños a la cultura rusa, su tradición, su historia, sus personajes históricos y hasta se ha recordado a la mascota de los Juegos Olímpicos de verano de Moscú 1980, el oso Misha. Los ciudadanos rusos aficionados al deporte talvez quieran brindar con vodka y celebrar que han finalizado sus juegos, con esa exigencia adicional de cumplir en organización y resultados.

El último día de competición ha traído consigo dos casos más de dopaje, para un total de seis durante la disputa los Juegos: el esquiador austriaco Johannes Dürr y el jugador de hockey hielo sueco Nicklas Backstrom. Estos dos deportistas no han participado en esta última jornada, ya que han sido excluidos de la prueba de 50 km de esquí de fondo y de la final ante de hockey hielo, respectivamente, tras dar positivo por EPO (erythropoyetina) en un control antidopaje, en el caso del esquiador, cuya sustancia sí ha sido determinada, según ha informado la propia Federación Internacional de Esquí (FIS).

Dürr, octavo del skiatlón (15 km clásico y 15 km libre) de los Juegos 2014, dio positivo en un control realizado el 16 de febrero en Obertilliach (Austria), donde se entrena. Antes que el austriaco y el sueco Blakstrom, otros cuatro atletas también dieron positivo en los controles antidopaje en estos Juegos Olímpicos de Sochi: la biatleta alemana Evi Sachenbacher-Stehle, el miembro equipo italiano de bobsleigh a cuatro William Frullani, la ucraniana Marina Lisogor (fondista) y el jugador letón de hockey sobre hielo Vitalijs Pavlovs.

Una jornada que se ha cerrado con la noticia de que, definitivamente el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS en sus siglas en inglés) no ha atendido la petición de Canadá y Eslovenia en relación a su petición de invalidar el triple podio francés en esquí cross, ya que tanto canadienses como eslovenos consideraban que los franceses modificaron la parte baja de sus pantalones, lo que, a su juicio, les otorgó un beneficio aerodinámico que consideraban contrario al reglamento.

Rusia, como sucedió en Lillehamer 1994, ha sido el mejor país, pero a diferencia de lo que sucedió en tierras nórdicas, lo ha logrado tanto en cantidad como en calidad, ya que en hace veinte años en Noruega ganó once oros pero solo veintitrés metales, por las veinteséis de los por entonces anfitriones. Finalmente, en casa los rusos han concluido con un total de treintaitrés preseas –trece oros, once platas y nueve bronces–, su mejor resultado de siempre en unos Juegos Olímpicos de Invierno.

En segunda posición ha finalizado Noruega, con veintiséis metales (once, cinco, diez), pese a que se ha quedado en blanco en el último día.Canadá, que hace cuatro años en Vancouver lideró el medallero final como equipo anfitrión con catorce oros, ha sido esta vez tercero en Sochi con veinticinco en global (diez, diez, cinco). Pese a ser segundo en el cómputo general de medallas con veintiocho, Estados Unidos ha ocupado el cuarto puesto (nueve, siete, doce). Antes de la clausura, en esta jornada dominical, solo ha sumado un bronce por equipos, en la competición de bobsleigh a cuatro.

En quinta posición del medallero, los Países Bajos, con veinticuatro metales (ocho, siete, nueve), batiendo su récord como país en unos Juegos Olímpicos invernales, protagonizando un gran dominio en el patinaje de velocidad, donde ha cosechado todas sus medallas excepto una.En sexto lugar ha quedado Alemania, con diecinueve (ocho, seis, cinco), a pesar de haber encabezado alguna jornada el medallero.

ESQUÍ DE FONDO. 50 KM LIBRE MASCULINO

El día ha amanecido con triple alegría para la delegación rusa, puesto que Alexander Legkov, Maxim Vylegzhanin e Ilia Chernousov han copado el podio en la prueba de esquí de fondo 50 kilómetros libre salida en masa que se ha resuelto al sprint después de una hora y tres cuartos de pugna en un duro recorrido.Legtov, de 30 años, ha conseguido en su tercera participación olímpica (el número mágico de estos Juegos Olímpicos) alcanzar el puesto más alto del podio, después de haberse colgado la medalla de plata en la prueba de relevos 4×10 kilómetros y de haber sido cuarto en la prueba de 30 kilómetros persecución en los JJ. OO. de Vancouver 2010. Sus compatriotas Vylezgzhanimy Chernousov le han acompañado en el podio, al lograr la plata y el bronce respectivamente. El trío de esquiadores rusos y el noruego Martin Johnsrud Sundby han sido los que han desatado las hostilidades en el grupo y los que se han disputado las preseas en un agónico sprint, en el que el nórdico se ha llevado la peor parte al finalizar cuarto.

El duro circuito preparado por la organización lo ha sido todavía más por el estado de la nieve debido a las temperaturas, como ya sucedió ayer en la prueba femenina, donde la española Laura Orgué protagonizó una espléndida carrera y obtuvo un excelente décimo puesto. Aun así la carrera no se rompió hasta los últimos quince kilómetros y la mayoría de los participantes han disputado en grupo los primeros 35 kilómetros. El español Imanol Rojo ha finalizado en el puesto trigésimo tercero, a 2:26 del ganador, aunque en el paso por los 35 kilómetros ocupaba la cuarta posición a solo 1,2 segundos del primero. El otro español, Javier Gutiérrez, ha concluido en el puesto 47º, a 6:07.3 de Legkov.

BOBSLEIGH. DESCENSO MASCULINO BOB- 4

Los rusos también se han llevado el triunfo en el bob a cuatro. El equipo formado por Alexey Negodaylo, Dmitry Trunenkov, Alexey Voevoda y Alexander Zubkov se ha adjudicado la penúltima medalla de oro de estos Juegos Olímpicos con un tiempo total de 3:40.60 y ha aventajado en nueve centésimas al cuarteto de Letonia, integrado por Daumants Dreiskens, Oskars Melbardis, Janis Strenga y Arvis Vilkaste, que se ha colgado la plata; y en treinta y nueve a Estados Unidos, con un equipo formado por Christopher Fogt, Steven Holcomb, Steven Langton y Curtis Tomasevicz.

HOCKEY HIELO. FINAL MASCULINA

Aproximadamente una hora antes del inicio de la ceremonia de clausura se ha conocido al último campeón olímpico en Sochi: la selección masculina de hockey hielo de Canadá, un combinado que se ha presentado en Rusia sin tiempo ni preparación ni amistosos previos. Pese a ello, se ha mostrado como el dominador del torneo desde la fase de grupos hasta el día de la final, ya que se ha mantenido invicto a lo largo del torneo y en los momentos críticos ha sabido manejar los miedos y la responsabilidad enfocándolos en oportunidades y determinación para ir eliminando rivales.

Además, el equipo del alce, como popularmente también se conoce a la selección canadiense, ha logrado revalidad el título olímpico logrado hace cuatro años en casa, en Vancouver, y se ha proclamado por novena vez campeona del torneo olímpico al derrotar por 3-0 a Suecia en la final. La última vez que un equipo revalidó el título olímpico de hockey masculino fue en Calgary 1988, donde la Unión Soviética defendió con éxito el oro que había ganado cuatro años atrás Sarajevo. El de Canadá es, además, el primer equipo en treinta años que completa invicto el torneo olímpico.

Los norteamericanos se han colgado el oro a costa de una selección sueca que en ningún momento ha tenido opción de victoria y que siempre se ha encontrado a merced de los defensores del título. Jonathan Toews ha sido el autor del primer gol a los 12:55 minutos de partido, mientras que Sidney Crosby ha logrado el tanto de la tranquilidada a los 35:43, ya en el segundo periodo. El definitivo 0-3 ha sido obra de Chris Kunitz a falta de diez minutos.

Los otros dos grandes aspirantes al título, EE. UU. y Rusia, fueron eliminados en semifinales y cuartos de final, respectivamente. Los estadounidenses perdieron ante el Team Canada por 1-0 en semifinales, mientras que Rusia cayó ante Finlandia en cuartos (3-1).

* Pablo Beltran es periodista.

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– Fotos: 2014 XXII Winter Olympic Games