Las series televisivas de ficción y el deporte son dos auténticos fenómenos de masas por separado, pero curiosamente, salvo alguna excepción, jamás han conseguido congeniar en un producto final de calidad. La comparación se hace más sangrante si pensamos en términos cinematográficos, donde todos recordamos grandes películas dedicadas a deportes de todo tipo que perduran en nuestra memoria y fueron grandes éxitos de publico: Carros de Fuego, La soledad del corredor de fondo, Campo de Sueños, The Natural, Moneyball, Space Jam, El Castañazo, Un Domingo Cualquiera, Jerry Maguire, Toro Salvaje, Más dura será la caída, Rocky…
En cambio, si realizan el mismo ejercicio de memoria para series de ficción televisiva lo más probable es que no recuerden absolutamente ninguna que merezca la pena. Un hecho que, por lo menos, debe hacernos recapacitar. Por ello, vamos a utilizar esta tribuna para reflexionar sobre las razones por las cuales la ficción televisiva y el deporte no han conseguido calar hondo entre el público.
En primer lugar, vamos a exponer las razones por las que las series y el deporte no han conseguido maridarse como cabía esperar y seguiremos con una lista de las mejores series deportivas de ficción de todos los tiempos, ordenadas en orden creciente para que los interesados en el tema puedan tener material para comprobar nuestras teorías.
El deporte ha tenido gran éxito en el cine porque desarrolla historias completas en un intervalo de tiempo concreto (90-180 minutos), que se corresponde aproximadamente a la duración de una retransmisión deportiva y permite abrir y cerrar historias en una película. La televisión, por el contrario, está serializada y las historias tienen más tiempo y capítulos para ser desarrolladas, una norma que para el deporte es un lastre.
En nuestro análisis no vamos a considerar ni series de dibujos animados (Campeones o La panda de Julia), ni documentales (Sport Science) ni realities (The Contender), porque consideramos que tienen otros condicionantes y formas de tratar el deporte que difieren del criterio del presente artículo, aunque curiosamente han alcanzado bastante mas popularidad que casi todas las series que van a ser nombradas.
El principal problema es el tema presupuestario. La televisión no tiene dinero para permitirse tener cada semana un estadio lleno de cualquier deporte con jugadores ficticios de dos equipos para filmar las escenas deportivas correspondientes. El coste es inasumible, por lo que cuando se intenta siempre se ve una cierta pobreza en los medios utilizados que el verdadero aficionado percibe como falso si lo compara con el producto real.
Los derechos de imagen de las ligas profesionales impiden casi siempre la utilización de sus logotipos y equipos, lo que obliga a crear equipos con nombres ficticios en ligas inventadas. Ello refuerza esa sensación de alejamiento de la realidad de la ficción televisiva. Como ejemplo tenemos el fútbol, un deporte que mueve masas y muchos millones pero del que apenas se han hecho series, a pesar de su gran popularidad, debido a este problema presupuestario que comentamos.
El deporte es juzgado respecto a su veracidad de forma mucho más dura que otros trabajos. Por ejemplo, todo el mundo puede reconocer rápidamente la calidad de un partido ficticio de baloncesto o de fútbol en una serie. En cambio, cuando vemos una operación de cirugía la inmensa mayoría no sabe si lo están haciendo como debería ser. Pero nadie perdonaría una estirada artificial de un portero.
Las tramas de este tipo de series deben recurrir a mostrar aspectos negativos del deporte si quieren mantener el interés del público. Estamos hablando de casos de doping, acoso sexual, bullying, violencia, homofobia… como reflejo de la realidad que los titulares de los medios de comunicación atestiguan diariamente.
Lo que sucede es que estas tramas provocan las iras de los diferentes organismos oficiales que lo regulan, ligas profesionales sobre todo, que acusan a los productores de proyectar una imagen negativa de su deporte. En este sentido, se ha llegado al caso de que la NFL (liga de fútbol americano) ha obligado a cancelar a la cadena deportiva ESPN una serie de fútbol americano llamada Playmakers, porque proyectaba una mala imagen de su deporte, so pena de prohibirles las retransmisiones de su deporte en la cadena.
En general, las series pecaban de quedarse siempre en un terreno de nadie, que no atraía a los aficionados fanáticos porque no había demasiadas escenas deportivas o las que había eran de un nivel ínfimo. Tampoco atraían a los aficionados televisivos, que consideraban que había demasiado deporte y, por lo tanto, preferían ver temas más convencionales. El resultado eran unas audiencias paupérrimas y cancelaciones muy rápidas, porque no encontraban un público al que atraer.
El panorama, por tanto, es verdaderamente desolador, como atestigua el nivel medio de las quince mejores series deportivas de la historia según nuestro criterio. Únicamente las cinco primeras pueden ser consideradas de cierta calidad; el resto queda reservado para fanáticos de su deporte y como curiosidades deportivo-televisivas. Pero pensamos que es un ejercicio curioso y necesario para conocer mejor el cruce de estos dos mundos aparentemente antagónicos.
Las historias de la academia Cascadia de alto rendimiento para jóvenes tenistas.
Serie bastante ñoña destinada a los adolescentes. Ambientada en una academia a lo Nick Bolletieri (célebre profesor americano de tenis), es la excusa perfecta para mostrar los problemas de todo tipo de sus jóvenes tenistas con el limite de edad a los 15 años, donde deben dar el salto o abandonar sus sueños. Se ve bastante tenis, tanto de entrenamiento como de competición, aunque únicamente primeros planos y bastante peliculeros, con tendencia a mostrar tantos espectaculares, sobreactuando tanto en la victoria como en la derrota. Recomendable para adolescentes entusiastas e incondicionales del tenis.
Una chica se incorpora por méritos propios a un equipo masculino de baloncesto de instituto, donde se convierte en la estrella ante la incomprensión de sus compañeros.
Serie destinada a un público juvenil, ideal para ver los sábados por la mañana y sin grandes pretensiones. Los partidos de baloncesto se realizan en un gimnasio minúsculo para poder filmar mejor con una cámara y las jugadas son de un nivel de instituto malo, predominando las bandejas y los tiros a media distancia.
La principal curiosidad de la serie estriba en la presencia del ex-All-Star Reggie Theus, que actúa como entrenador en las tres primeras temporadas, así como la aparición como estrellas invitadas en diversos episodios de grandes jugadores de la NBA como Kobe Bryant, Mitch Ritchmond, Shareef Abdur-Rahim, Gary Payton o Damon Stoudamire, o de la WNBA como Lisa Leslie. Al ser una serie juvenil, las estrellas aprovechaban su fama, con el beneplácito de la NBA, para dar consejos positivos a los jugadores en ciernes. Recomendable para mitómanos y buscadores de rarezas de la NBA.
Las andanzas personales y competitivas de un grupo de animadoras universitarias de la Universidad de Memphis State.
Si aceptamos ornitorrinco como animal de compañía, podemos incluir las competiciones de animadoras como deporte. La serie nos muestra a un grupo que tiene en la universidad el mismo estatus deportivo que otras disciplinas más tradicionales como el baloncesto o el futbol americano. Los procesos de selección, ensayos de coreografías y competiciones son la base de la serie, aderezado por supuesto con conflictos de todo tipo dentro del grupo de chicos y chicas universitarios.
Cada episodio suele tener una o dos coreografías muy espectaculares, que oscilan entre la gimnasia y el baile, con gran número de saltos y piruetas que son de lejos lo mejor de la serie, y que resultan interesantes desde el punto de vista del espectáculo. La serie no está mal, pero ocupa una posición tan baja debido a la naturaleza de su deporte, a medio camino entre los bailes de salón y la gimnasia. Recomendable para los amantes de la gimnasia y del baile, así como de los cuerpos Danone masculinos y femeninos.
Dos hermanastros compiten por un lugar en el equipo titular de baloncesto del instituto.
Culebrón adolescente centrado en las vidas de unos estudiantes de instituto en Carolina de Norte. Sus dos protagonistas, hermanastros, son el eje central y se disputan el puesto en el equipo titular del instituto. Aunque el baloncesto formaba parte integrante de la trama, fue perdiendo importancia a medida que el drama fue ganando terreno.
Las escenas de baloncesto están muy bien filmadas, con un nivel de juego más que aceptable y tendiendo a dramatizar bastante los finales de partido, con algunas concesiones de cara a la galería como ganar un partido en el último segundo tirando un tiro libre sin mirar al aro. Los pabellones son grandes y cuentan con bastante público y un buen ambiente.
Es la serie de mas éxito de toda la lista, con nueve temporadas emitidas, pero sus características de folletín televisivo le impiden posicionarse más arriba en nuestro ranking. Con todo, hay que remarcar la presencia del ex NBA Rick Fox, haciendo de malo en la cuarta temporada, y una prueba fallida con los Bobcats de uno de los protagonistas. Recomendable para amantes empedernidos del baloncesto y de los culebrones adolescentes.
Las vidas de tres mujeres y novias de futbolistas cambian al fichar sus parejas por un equipo de la Premier League inglesa.
El fútbol ha tenido muy mala representación en la televisión y aunque esta serie no es estrictamente deportiva, merece ser mencionada porque trata de forma punzante el mundo de las WAG’s (Wifes and Girlfriends) de los futbolistas.
La visión del futbol inglés a través de las parejas de los jugadores es morbosa, entretenida y bastante desmadrada, con engaños, triángulos, cuernos y todos los elementos que vemos en los tabloides ingleses. Tiene, además, la rara virtud de pronosticar alguno de los escándalos de faldas posteriores (John Terry, por ejemplo). Apenas hay escenas futbolísticas, pero al desarrollarse en este entorno se convierte en una rareza digna de ser mencionada en una lista de series televisivas. Recomendable para futboleros crónicos y amantes del morbo y vicios varios.
La preparación y realización de un noticiario deportivo diario en horario de máxima audiencia.
Sports Night fue la primera serie del idolatrado guionista Aaron Sorkin, creador de El Ala Oeste de la Casa Blanca o la más reciente The Newsroom. Es una comedia con diálogos sobresalientes, pero las imágenes deportivas brillan por su ausencia. El deporte es tratado como noticia y referencia, pero sin mostrar imágenes del mismo. Contiene tramas realmente divertidas aunque, desde el punto de vista del aficionado deportivo, poco atractivas.
Recomendable para estudiantes de periodismo deportivo y amantes de la comedia sofisticada.
Kenny Powers, un lanzador relevo de béisbol (Closer), pierde el campeonato en el último partido a causa de un mal lanzamiento. A partir de ese instante se convierte en objeto de mofa nacional y su vida deportiva va de mal en peor, acabando de profesor ayudante de gimnasia en el instituto de su pueblo, pero nunca acepta su rol y sigue soñando con volver a las grandes ligas.
Su comportamiento es el de un perfecto garrulo, metiéndose en líos continuamente. En su intento por regresar a las Grandes Ligas juega en México y en una liga menor en Carolina del Norte, lo que permite ver bastantes partidos de béisbol, pero siempre con un humor bastante zafio y de brocha gorda. El personaje es realmente patético y es el epítome del deportista famoso que se resiste a bajar de su pedestal.
Recomendable para los amantes del béisbol y de las comedias americanas de humor de trazo grueso.
Narra la vida cotidiana de un grupo de amigos que se encuentra los domingos por la mañana para ver a la Unión, un equipo de fútbol de Segunda Regional fundado hace 50 años.
Nos vemos obligados a incluir un producto nacional en este ranking, aunque nuestro país no ha destacado precisamente en este sentido. José Corbacho y Juan Cruz, dos hombres inquietos por naturaleza, se adentraron en el mundo del fútbol con esta serie, que fue de más a menos tras caer en los defectos de siempre. El episodio piloto fue un tanto original en su planteamiento, pero a partir de ahí la obra abusa de los tópicos más habituales para terminar en un melodrama castizo. Alguien dijo una vez que las series de aquí comenzaban haciendo reír para terminar provocando la lágrima.
El cine patrio tocó techo, seguramente, con las célebres películas Días de fútbol y El penalti más largo del mundo, apoyándose más en la comedia que en el drama. Pelotas atesora algunos momentos divertidos, su guión es punzante a ratos, pero los detalles del juego vuelven a quedar en entredicho y el espectador-aficionado quedará decepcionado. Una vez más.
Recomendable para los defensores a ultranza del producto nacional.
Los sueños olímpicos de unas jóvenes gimnastas en un centro de alto rendimiento en Colorado.
Las vidas privadas de las jóvenes aspirantes se mezclan con los durísimos métodos de entrenamiento de su entrenador, en una serie juvenil dirigida a un publico familiar y adolescente. Desde el punto de vista gimnástico, el nivel deportivo es muy alto, con profesionales de nivel mundial haciendo de dobles deportivos de las jóvenes actrices, lo que la hace realmente atractiva desde el punto de vista técnico.
Gran parte de la serie transcurre en el gimnasio, por lo que vemos muchos entrenamientos y competiciones de gran calidad que hacen olvidar las tramas bastante simplistas de la mayoría de los episodios. Con todo, deportivamente da la talla.
Recomendable para los amantes de la gimnasia en todos sus aspectos.
La vida de los jugadores y personal de un equipo ficticio de fútbol americano, los Cougars, en una liga ficticia.
Playmakers fue una gran serie producida por la cadena deportiva ESPN, que sabe bastante del tema y consiguió describir con un gran realismo las interioridades de un equipo de fútbol americano y de todos los egos que conviven. Mostraba con gran crudeza los problemas del equipo (drogas, renovaciones de contrato, actos delictivos, doping…) y lo hacía con unas escenas deportivas y de entrenamientos realmente bien filmadas.
El problema es que, a pesar de su calidad y unas grandes audiencias, la serie únicamente tuvo once episodios. Fue cancelada por las presiones de la NFL, que detestaba que se aireara a los cuatro vientos una visión negativa de su deporte-negocio, a pesar de que los temas eran recurrentes en las portadas de los diarios americanos.
Recomendada para los fans del fútbol americano y de las buenas series de acción deportiva.
Una psicóloga deportiva es nombrada asesora de un equipo de fútbol americano, donde debe tratar los problemas de los jugadores, además de otros deportistas que llegan a su consulta.
Una rareza en la lista, que trata un tema original pero básico en el rendimiento deportivo: la parte psicológica. El cliente principal es un equipo ficticio de fútbol americano con toda una serie de personajes, donde destaca el receptor estrella del equipo, un megalómano insufrible que cada vez juega peor.
Un punto a su favor es que además de este equipo de fútbol, en cada episodio la psicóloga trata con algún personaje de otro deporte con problemas diversos. Así, vemos golfistas, corredores de la NASCAR, póker, béisbol, X-Games… de los que suelen mostrar ciertas imágenes intentando resolver sus problemas específicos en la consulta.
La serie es bastante entretenida desde el punto de vista deportivo. Por estas variaciones en los temas, la recomendamos a los amantes del deporte en general.
Serie que narra el mundo del turf (carreras de caballos, hipódromos, apuestas…) a través de una serie de personajes diversos, entre los que se encuentran jockeys, entrenadores, mánagers y apostantes.
Fue una apuesta arriesgada de la prestigiosa cadena HBO, con una trama relativamente compleja, pero no acabó de funcionar y se canceló tras una irregular primera temporada. Ahora bien, si les hablamos del acercamiento de la obra al mundo del turf hay que resaltar su calidad. Indiscutible. El universo de los hipódromos y todo lo que le rodea está brillantemente definido y destacan sobremanera las carreras de caballos, espectaculares a más no poder y resueltas con mucho brío. Se apoyan en más de una ocasión en la slow motion (cámara lenta), una herramienta muy útil para estos casos ya que permite detenerse en el detalle y agitar los músculos de la emoción.
De visión obligada para los amantes de este deporte y recomendable para los que poseen el don de la curiosidad.
Un antiguo campeón de los pesos pesados, completamente arruinado, decide volver a los rings después de cinco años de ausencia para sacar adelante a su mujer y a sus tres hijas.
El boxeo es un clásico en el cine, pero en la televisión no había tenido apenas presencia. Esta magnífica serie le hace justicia. La vuelta del boxeador arruinado es un tema recurrente en las películas, pero en este caso nos muestran el último combate (muy bien filmado), donde pierde con el vigente campeón. La obra prosigue con toda la preparación de su vuelta a los cuadriláteros y finaliza con un combate de revancha, filmado con realismo y sin efectismo.
La plácida vida familiar del boxeador es un buen contrapunto a la trama deportiva, en especial por su oposición a la vuelta al ring. Si a eso le añadimos algunos promotores sin escrúpulos y los inevitables elementos mafiosos, tenemos un cóctel perfecto que se desarrolla de forma completa en apenas trece episodios, con principio y final.
Recomendable para los fans del boxeo y para los seguidores de las series melodramáticas de calidad.
Un jugador de los Chicago Bulls sufre una grave lesión de rodilla y debe retirarse, pasando a ser el entrenador de baloncesto de un instituto de la zona mas conflictiva de Los Ángeles.
La gran sorpresa para muchos va a ser esta serie desconocida en nuestro país, pero de una gran calidad, y que hasta hace poco era la mejor serie deportiva de la historia. El retrato de un barrio deprimido a través de su equipo de baloncesto y sus componentes rozaba la perfección. Hemos de tener en cuenta que el equipo de redactores y guionistas es el mismo que el de otras joyas televisivas como Lou Grant, Hill Street Blues, St Elsewhere o Doctor en Alaska, lo que es el mejor presagio para esta serie.
The White Shadow fue la primera serie dramática de la historia en tener un reparto de mayoría afroamericana, con unos partidos de baloncesto intensos y muy bien filmados, y que trataba los problemas reales del barrio y su influencia sobre el equipo así como la evolución de los jugadores tanto personal como deportivamente.
Esta serie ha tenido una gran influencia en diversos países. Como por ejemplo en Turquía, donde es famosísima y una obra de culto. Muchos periodistas la consideran como la mayor influencia en el despegue del baloncesto turco de finales de los años ochenta del siglo pasado. Por aquel entonces, muchos niños turcos se apuntaron a escuelas de baloncesto para intentar emular a sus héroes televisivos, como atestiguan estrellas actuales. Aunque no se ha estrenado nunca en nuestro país, es posible encontrar en YouTube capítulos enteros en versión original.
Muy recomendable para los amantes de las buenas series con trasfondo humano e interesados en el basket.
Serie que cuenta las vicisitudes de los Panthers, un equipo de fútbol americano de la localidad ficticia de Dillon (Texas), con especial atención a sus jugadores, técnicos y vecinos de la localidad.
Aclamada obra del norteamericano Peter Berg, que adaptó para la pequeña y gran pantalla una prestigiosa novela de H.G. Bissinger llamada Friday Night Lights: A Town, A Team and A Dream. Según nuestro criterio, es de largo la mejor serie deportiva de la historia de la televisión porque capta a la perfección la esencia del deporte. El fútbol americano transforma la vida y el carácter de los habitantes de la ciudad, los moldea para bien y para mal, y esta idea se transmite de forma verdaderamente brillante.
El espíritu de superación, característica inherente al deporte, está magníficamente expuesto y la serie es veraz en los mensajes del entrenador Eric Taylor, tremendamente inspiradores, los entresijos del vestuario, el ambiente en los estadios, el proceso de un fichaje, el papel de las directivas, la labor de los medios de comunicación… Friday Night Lights también es una serie virtuosa para mostrar tanto el halo de euforia que deja el triunfo como la cicatriz que acompaña a la derrota.
Inevitablemente, hay partidos de fútbol americano. Muchos partidos. Y las escenas son realistas y emotivas a partes iguales, con una utilización de la música encomiable y un desarrollo de los acontecimientos en el que el espectador permanece siempre en vilo. Si llegados a este punto aún no le hemos persuadido del todo, porque este deporte no es el suyo o porque la pereza supera al interés, sepa que estas escenas están perfectamente integradas en la trama y, por lo tanto, los neófitos no van a encontrar grandes obstáculos para acabar enganchados. Estamos en condiciones de asegurarles que el fútbol americano nunca les gustará tanto.
Imprescindible si tiene buen gusto. Muy recomendable para todos los demás.
Pese a que ya les hemos advertido en el encabezamiento del artículo que la fusión entre el deporte y las series de televisión nunca ha funcionado bien, habrán comprobado que la parte final del ranking les ha dejado con un buen sabor de boca. Ese era el objetivo. Les animamos a ver aquellas joyas que aún no conocen, sobre todo las cuatro últimas. Si les gusta el deporte y tienen corazón, habrán invertido su tiempo a la perfección. Esperamos que con el paso de los años podamos actualizar esta lista. Los responsables de la pequeña pantalla tienen ahí un atractivo reto por delante. Suerte.
* Mikel Madinabeitia (periodista) y Lorenzo Mejino (experto en comunicación).
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