Una visita a Bilbao para pulsar el ambiente. Y el ambiente es fenomenal. Desde Lezama a San Mamés, una ola de pasión rojiblanca invade Vizcaya. Los héroes de Old Trafford se entrenan en dos campos de Lezama. Los ayudantes de Bielsa llevan más de una hora preparando picas, conos y ejercicios en ambos terrenos mientras los jugadores desayunan junto al gimnasio. Cuando salen a entrenar pasamos de puntillas por su espacio privado: la austeridad de las camillas, las literas en las que echar una siesta entre la doble sesión, las máquinas de recuperación, el despacho de Bielsa… ¿Despacho? Bueno, un pequeño cuartito: dos sillas, papeles, carpetas, libros, sin tele, vídeo ni ordenador. Espartano.
Sobre el césped, los ayudantes enloquecen de frenesí. Entrenamiento abierto a público y prensa. Bielsa rehúye a la prensa, pero se mezcla con el aficionado, charla con él. Iñaki, el jardinero fiel, tapa agujeros como si no hubiese mañana, con la delicadeza del coleccionista de sellos y la tozudez terca del cierzo. Bielsa completa el trabajo de Iñaki: devora metros sobre el césped tapando con los pies cualquier protuberancia que advierte. Da vueltas mientras sus ayudantes ordenan ejercicios con disciplina prusiana. Muchos ejercicios, poca duración, máxima intensidad. De vez en cuando, Bielsa se acerca a un grupito e instruye correcciones de un gesto técnico. Grita como un poseso cuando Muniain, torpe tradicional con la pierna izquierda, engancha un centro raso preciso al pie de Ander: «¡¡¡Fantástico enano!!! Qué zurdita, pequeñín!!!» y el público ríe a rabiar. Y también Muniain, enano por mote.
No hay entradas, no hay acreditaciones, no hay sitio para aparcar en San Mamés. No hay posibilidad de escapar de este Athletic Club-Manchester United del jueves que colapsa toda la sangre bilbaína. Están acicalando San Mamés y ahí que vamos…
El césped está en espléndidaas condiciones…
El banquillo del Athletic ya luce su imagen del jueves…
Accedemos a los vestuarios: Un siglo de fútbol y Esto es San Mamés, se lee antes de la escueta entrada:
Y entramos hasta el propio vestuario…
A los armarios donde se vestirán de leones, presididos por equipos de leyenda…
A las duchas en las que se refrescarán…
De ahí, al busto de Pichichi, que el Manchester United ya homenajeó en 1957…
Y al asiento del presidente Urrutia…
Y ya, al futuro San Mamés. Ahí se levantará dentro de 15 meses…
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