"La clave del éxito no es jugar como un gran equipo, sino jugar como si el equipo fuera una familia". Stephen Curry
Londres, capital del mundo, descansa tranquila tras el ajetreo de los Juegos Olímpicos, cita para la que estuvo poniéndose guapa durante más de un año. Urbe de grandes dimensiones, estandarte de la heterogeneidad, moderna al tiempo que clásica, respira fútbol por todos los costados, tiene 6 equipos en la Premier, y gusta a cualquiera que la visite por la combinación de glamour, multitud de motivos culturales e históricos y vida alternativa callejera. Desde agosto cuenta con un nuevo habitante, un tímido veinteañero muy futbolero, amante del anonimato y la vida tranquila, que se verá forzado a cambiar la sidra de su Asturias natal por la cider inglesa. Apenas 2 meses le han bastado para convertirse en una de las sensaciones de esta nueva edición de una Premier League que, cada vez más, baila al ritmo del juego de toque. Cual camaleón, gracias a una pandilla de amigos españoles que esperaban su llegada con los brazos abiertos, Juan, Fernando, Mikel y Oriol, más conocidos como Mata, Torres, Arteta y Romeu, y los consejos de otros que ya había pasado por ello, Cesc y el veterano Pires, se ha adaptado a las mil maravillas a su nueva ciudad y a su nuevo club, el Arsenal, en el que desde el primer día ha recibido trato de estrella.
Santi Cazorla está viviendo en su nueva etapa como gunner lo que todo profesional en su oficio busca: dar el salto y poder desarrollar su trabajo en una gran empresa reconocida mundialmente, que comparta sus ideas y valores, en la que dé gusto trabajar y con un jefe que te vino a buscar para hacerte brillar. “Wenger me da la libertad que quiero”, argumentaba, en una entrevista en El País, este loco bajito que vio como su nuevo entrenador le otorgaba desde el primer día el rol de playmaker, situándolo detrás del punta, sabedor de que el fútbol del asturiano se impondría por su propio peso y haría ver a sus compañeros que era por él por donde tendrían que pasar todos los balones si lo que buscaban era luz y peligro entre el juego pelotero gunner. Santi es el ’10’ que echaba en falta un equipo estético pero falto de la contundencia ganadora de los campeones. Su misión es clara: aportar estilo y marcar diferencias. “Vengo a ganar títulos”, reconocía el 19 gunner con la ambición y la felicidad de quien estrena botas nuevas en su primera entrevista para los medios del club nada más aterrizar. “Tiene buen ritmo, es técnicamente superdotado y será un activo muy valioso para nosotros”, lo perfilaba un Arsène encantado con un fichaje que en Inglaterra es descrito como soft feet player, jugador de pie suave, y two-footed, por ser diestro al tiempo que zurdo, todo un enigma para compañeros y rivales. El propio Wenger lo reconocía tras el golazo de Santi con la zurda ante el West Ham: “Viéndole jugar no sabes cuál es su pierna buena”.
Su desembarco en las islas viene dado por el éxodo cada vez más común de talento nacional hacia ligas extranjeras. Más allá de Barcelona y Real Madrid, la situación de los clubes españoles va de mal en peor, tanto económica como competitivamente, en una liga que año tras año ve extendida su bipolarización. Tras las salidas de Juan Mata y David Silva los dos años anteriores rumbo a la Premier League, Borja Valero, Javi Martínez y Santi Cazorla han seguido los mismos pasos dirección a Italia, Alemania e Inglaterra, respectivamente.
Desde su llegada, la relación de Santi con el Arsenal y los aficionados gunners se puede describir como un amor a primera vista correspondido. Cazorla tiene ante sí la mejor interacción posible entre organización, valores, economía del club y plano deportivo que se podía encontrar para sus cualidades, “un tren que no podía dejar escapar”, tal y como describía su traspaso en las primeras declaraciones para los medios del club.
El perfil de centrocampista de toque español, con la consecución de Eurocopa, Mundial y Eurocopa, es visto como un rara avis, una edición limitada en Inglattera por jugar a otro tipo de fútbol y por ser un activo que aporta un gran valor añadido al juego. En el moderno Emirates Stadium, estadio más sibarita de Inglaterra, Santi se ha sentido desde su debut como pez en el agua. Los cañoneros son los que despliegan el fútbol más vistoso de la Premier y, pese a estar huérfanos de títulos desde hace años, los supporters llenan cada fin de semana su templo, al igual que pasa en todos los estadios de la, posiblemente, mejor liga del mundo. “Me ha impresionado”, aseguraba Santi, tras sus primeros partidos en el país en el que se conduce al revés, ante esta atmósfera especial que se genera el día de partido, sello inconfundible de la Premier League.
Con la llegada del Financial Fair Play, el club del norte de Londres pretende dar el salto definitivo. Mientras sus rivales parecen no preocuparse por la inminente llegada de la nueva normativa, el Arsenal, desde el cambio del mítico Highbury al Emirates, lleva haciendo los deberes hace tiempo. La gestión como mánager de Wenger está planeada para llegar al Día D con las finanzas totalmente controladas y un plan económico saneado que les sitúe en la pole position. Cazorla es el crack elegido para guiar al equipo sobre el terreno de juego en esta nueva etapa del panorama futbolístico que se avecina, en la que los números tendrán un papel casi tan importante como la pelota.
A nivel deportivo, de entre los clubes ingleses, el escenario es ideal para Santi. En el 4-2-3-1 de Wenger es la pieza más codiciada, el eje de la columna vertebral. Con Arteta y Diaby cubriéndole las espaldas, Cazorla disfruta de la libertad total para ir y venir, caer en banda para asociarse con su nuevo socio Podolski, acelerar el ritmo del encuentro zafándose de sus rivales gracias a su centro de gravedad bajo y su pillería, y repartir balones como caramelos a los desmarques de los delanteros, los que sin duda más van a agradecer la llegada del media punta asturiano.“Es nuestro conductor”, añade su compañero Theo Walcott a la lluvia de elogios que recibe jornada tras jornada Cazorla.
En su primer mes vistiendo la elástica gunner los fans le eligieron mejor jugador. Su impacto es determinante en la dinámica prometedora que lleva el equipo y la consecución de un empate en el campo del campeón hace relamer a unos aficionados que ven cómo pueden estar ante el principio de un nuevo ciclo. En un momento dulce, tan sólo manchado por la derrota ante el todopoderoso Chelsea en la que se recordó al Arsenal del pasado, si hay algo que ansíen los supporters, con Wenger a la cabeza, es el regreso de Jack Wilshere a un estado óptimo de forma, tras pasar el último año en el dique seco, que le permita poder volver al once inicial y empezar a mezclar con Cazorla. La creación de sinergias entre estos dos cracks mimosos con el esférico es la mejor noticia que podría tener el Arsenal. Y es que si algo falta en esta Premier League es un equipo con un mediocampo capaz de dominar un encuentro de principio a fin. De la sociedad futbolística Cazorla-Wilshere, la unión entre la inteligencia y técnica del español con la comprensión del ADN Premier League y la capacidad de liderazgo pese a su juventud del inglés, depende el futuro del Arsenal y quién sabe si un cambio de rumbo en el liderazgo de la liga inglesa.
En la madurez de su carrera futbolística, en su mejor momento, Santi Cazorla tiene la oportunidad de disfrutar de la mística de la Premier League y el reto de conseguir romper el maleficio que padecen los gunners con los títulos. La posibilidad de dejar huella en un club en el que cada vez está más extendida la Cazorlamanía. Wenger lo tiene claro: “Si te gusta el fútbol, tienes que ver a Cazorla, es una delicia”.
“It was the last train I could catch”.
* Sergi Besa y Marc Terrés son estudiantes y aprendices. En la web: elfutbolsegunvin.wordpress.com
– Fotos: AFP – Reuters – EFE
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