En el fútbol moderno, los laterales ofensivos se han convertido en una pieza muy cotizada. En un juego cada vez más táctico, con menos extremos de los de antes y menos dado a la improvisación, poder contar con un jugador que ataque los espacios desde un costado apareciendo de atrás con velocidad y determinación tiene un valor incalculable, más si cabe en los equipos grandes que se ven obligados a llevar la iniciativa. Danilo Luiz Da Silva es un buen ejemplo de ese tipo de jugador.
Si pudiéramos definir a Danilo con un adjetivo, sería poderoso. Es un futbolista muy potente en carrera. Su velocidad se entiende mucho mejor desde dicha potencia. Es un jugador que irrumpe, esa es su forma de aparecer en ataque. Su 1,83 m de altura junto a su esbelta zancada le convierten en un jugador letal si tiene espacio para desarrollarla. Poseee envergadura y buena capacidad de salto, lo que le permite colaborar en ambas áreas en el juego aéreo. Es bastante ágil y su velocidad de reacción le permite suplir alguna carencia posicional, sobre todo a nivel defensivo.
Es un jugador más técnico en carrera que partiendo de una posición estática. En espacios reducidos sufre más porque su manejo de balón regateando cuando está rodeado de contrarios es más limitado. Cuando puede correr sí es un jugador de magnífico autopase y capacidad para recortar, bien hacia dentro buscando el disparo con la izquierda, bien hacia fuera para meter un centro con la pierna derecha. Es diestro, aunque es habitual verle perfilarse hacia su pierna izquierda para ejecutar el disparo. Sin duda, herencia de su época como centrocampista en aquel Santos campeón del torneo aulista y de la Copa Libertadores en 2011.
Su posición ideal y en la que se ha consolidado en el fútbol de primer nivel es la de lateral derecho, aunque es un jugador que hay que analizar con matices tácticos. En el Oporto se ha convertido es uno de los laterales derechos ofensivos más cotizados del fútbol mundial. Es polivalente, porque en el Santos le pudimos ver jugando bastante en el centro del campo; gracias a su potencia y capacidad de ida y vuelta podía ir de área a área con frecuencia. Si se asoma al balcón del área contraria, su disparo es muy peligroso con ambas piernas. Como lateral, bien le podríamos definir como carrilero por su capacidad para incorporarse permanentemente al ataque, pero tanto en el Oporto como previsiblemente en el Real Madrid jugará en una línea de cuatro atrás, lo que le obligará a recuperar mejor de lo que lo hace su posición defensiva. Danilo necesita espacios para florecer en su máxima expresión. Si el equipo cuenta con buenos centrocampistas pasadores, y el Madrid los tiene, Danilo podrá brillar en sus habituales incorporaciones al ataque.
* Alberto López Frau es periodista.
– Foto: AFP
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