1.- Con la clasificación como primeros de grupo ya asegurada, Luis Enrique pudo permitirse el lujo de utilizar un partido de Champions para dar descanso a los jugadores de la plantilla con más minutos disputados (Piqué, Busquets, Luis Suárez), facilitar el rodaje a los que teniendo reservado un papel importante necesitan recuperar su mejor forma (Messi, Rakitic), y brindar oportunidades a los menos habituales (Adriano, Bartra, Vermaelen, Munir, Sandro) y a jóvenes con ficha del B (Samper, Kaptoum, Gumbau, Cámara).
2.- El equipo resultante tenía el difícil reto de enfrentarse a un Bayer Leverkusen que se jugaba sus últimas opciones de clasificarse para octavos de final y que lo haría con una puesta en escena (la apuesta por una presión muy alta) que si ya había puesto en muchos aprietos a un equipo mucho más titular en el partido de la primera vuelta en Barcelona, amenazaba con sacar petróleo de un once de circunstancias sin sociedades consolidadas ni mecanismos automatizados en la salida del balón.
3.- La combinación de todos estos factores explica en buena medida lo visto durante los 90 minutos: un Barça impreciso, sin las ideas claras, incapaz de asentarse en campo rival y muy vulnerable a las rápidas transiciones germanas tras pérdida de balón. Todo esto se puede resumir con unas estadísticas finales muy diferentes de las que estamos acostumbrados a encontrarnos tras los partidos del Barcelona: sólo un 50,8 % de posesión (y mayoritariamente en campo propio), solo un 77 % de acierto en el pase (cuando la media en lo que llevamos de temporada es de más del 86 %) y sólo dos tiros a puerta (por diez del Bayer). Que semejantes cifras no se tradujeran en una derrota sólo puede explicarse por la mala puntería de los delanteros rivales y por la gran actuación de Ter Stegen bajo palos.
4.- Pero dado que esta vez el resultado casi era lo de menos, merece la pena centrar el análisis en el rendimiento individual de los jugadores menos habituales. Porque si bien es cierto que a un suplente se le debe medir sobre todo cuando juega rodeado de titulares (es decir, en un contexto competitivo más habitual), también lo es que el rendimiento ofrecido por los que jugaron ayer fue muy dispar a pesar de compartir todos ellos un mismo escenario poco favorable por la falta de titulares de referencia.
5.- En lo positivo cabe destacar la actuación de Samper. En primer lugar por lo que todos le conocemos: a pesar de que la presión del Bayer le llevó a cometer algún error en la primera parte, el mediocentro del B consiguió conectar para recibir de los centrales y luego distribuir juego con más de un 90 % de acierto en el pase (95 % en el segundo tiempo) y solo una pérdida de balón. Pero sobre todo porque a su buen hacer con el esférico sumó una muy buena actuación sin él, siendo el jugador del equipo que acumuló más robos de balón (entradas + intercepciones). Kaptoum también completó una actuación meritoria sobre todo teniendo en cuenta las circunstancias del partido y que debutaba con el equipo.
6.- En lo negativo, los goles marcados en la Copa del Rey no han servido para mejorar la confianza y la autoestima de Sandro y Munir, quienes parecen querer seguir dando la razón a Luis Enrique cuando pide refuerzos para la delantera en el mercado de invierno. La falta de fluidez ofensiva del equipo les brindó pocas oportunidades para intervenir, pero incluso cuando lo hicieron estuvieron bastante desafortunados, especialmente el hispano-marroquí con sólo un 66 % de acierto en el pase y un pobrísimo 30 % de duelos ganados. Tampoco Adriano ni Bartra pudieron aprovechar su oportunidad para dar un paso adelante, siendo los dos defensores con menos duelos ganados y más balones perdidos.
7.- Por lo que respecta a los teóricos titulares faltos de rodaje, Messi siguió sumando minutos, aunque sus prolongadas estancias por el carril central revelan que todavía está lejos de sentirse al 100 %. Eso no le impidió anotar el gol del Barcelona y poder seguir transmitiendo esa sensación de que algo puede ocurrir cada vez que entra en contacto con el esférico. En cuanto a Rakitic, el croata hizo un partido más discreto, en línea con el rendimiento general del equipo, pero pudo mostrar su calidad con la asistencia del gol.
y 8.- Finalmente, el encuentro también sirvió para poner más en valor si cabe el peso que tiene en el equipo uno que no estuvo ayer: Luis Suárez. Sin el charrúa, el Barcelona pierde mucho en ataque (por su remate y por su catálogo de movimientos generadores de espacios tanto para él como para sus compañeros de delantera), pero también en defensa. El trabajo a destajo del uruguayo hace que se baste para dificultar la salida de los centrales rivales, permitiendo a los interiores mantener posiciones más retrasadas, juntando líneas con los defensas. Pero con Messi en el carril central durante buena parte del partido, en Leverkusen el equipo tuvo que cambiar sus mecanismos defensivos, siendo los interiores quienes se descolgaban para impedir las conducciones del central de su carril. El problema es que esto generaba espacios a sus espaldas que facilitaban la progresión de los jugadores del Bayer, que conseguían plantarse en campo contrario sin mucha dificultad. Por todo ello no es descabellado pensar que, siendo menos brillante que Messi o Neymar, Luis Suárez sea hoy por hoy el más insustituible de los tres.
* Xavier Codina.
– Foto: Lars Baron (Getty Images)
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