1.- Diferencia abismal, en goles (0-5) y fundamentos, entre el juvenil del Wolfsburg y el del Barça en la tercera jornada del Grupo 1 de la NextGen Series, la “Champions juvenil”. Los alemanes, de rostro serio y voluntad incansable, terminaron sucumbiendo al juego de los chicos de La Masia. Los goles de Pol Calvet, en el primer tiempo, y los marcados en el segundo tiempo por Nando Quesada, Ebwelle, Joel Huertas y Herrera, estos dos últimos en los últimos instantes del partido, no fueron la única diferencia. Decía Johan Huizinga en su libro Homo ludens que el hombre, por naturaleza, vive jugando. En 90 minutos sobre el césped del Wolkswagen Arena los futbolistas del Wolfsburg obedecieron unas normas; los futbolistas blaugranas encontraron soluciones. Cuando para el FC Barcelona jugar es lo más serio puede resultar imparable.
2.- El fútbol del Barça y la entropía. Es un concepto filosófico que viene a significar: encontrar un orden propio dentro del caos. El deporte rey es un juego de incertidumbres; dependes de muchos factores (compañeros y rivales, tiempo y espacio…) para encontrar la respuesta. Trasladando tal concepto a la ciencia del balón. Ambos equipos tienen un juego mecanizado. La pizarra, el guión del partido, dictó a la obediencia de los jugadores del Wolfsburg. En La Masia, se ven secuencias de jugadas mamadas a base de repeticiones, pero la creatividad y el dominio de un idioma permite a los jugadores decidir y encontrar en el libro de soluciones la respuesta. El 0-5 es una anécdota entre dos metodologías, la asignación de tareas del Wolfsburg y el descubrimiento guiado del FC Barcelona. A uno se les dice qué tienen que hacer y a los otros que averigüen cómo hacerlo en base a lo aprendido.
3.- Entender no es lo mismo que comprender. Los jugadores del Wolfsburg, como piezas de ajedrez, se movían al son de un plan de actuación: sobre el tablero cada uno tenía unos movimientos que obedecer. En los verdes se podía observar calidad y orden, incluso en el primer acto pudieron igualar el partido, pero el equipo alemán olvidó una premisa fundamental: “Se dice que el fútbol es como una partida de ajedrez; es cierto si exceptuamos que en el fútbol las piezas se mueven solas” (Dani Fernández). Los jugadores del Barça comenzaron a moverse entre líneas, a separarse de sus rivales, buscando debilidades, a circular el balón y encontrarse cómodos en espacios libres hallados a través de apoyos y desmarques. El fútbol es un juego donde los futbolistas deciden.
4.- El Wolfsburg se ha tomado en serio la competición. En el once inicial ha usado a los tres jugadores nacidos en el año 1993 (jugadores de 20 años, los que cumplirán esta temporada), que pueden actuar según la reglamentación, y ha mezclado futbolistas del equipo juvenil, del filial y hasta alguno que ya ha debutado con el primer equipo como Maximilian Arnold, un centroocampista de sutileza. En el F. C. Barcelona, lo más serio es el propio juego. Viñals no ha parado de dar indicaciones y los futbolistas de moverse y rasear el balón.
5.- Dos de los jugadores con más proyección del Barça, los más jóvenes, no han podido jugar por encontrarse concentrados con la selección española Sub-17. Ante la falta de Xavier Quintillà y Adama Traoré, se han reivindicado los mayores que están más cerca de ser ajusticiados por la ley Darwin, la supervivencia del más fuerte. Como Pol Calvet, Nando Quesada y Babunski, jugadores que piensan rápido, esqueletos del juego de posición, garantes del tuya-mía. Sandro Ramírez, a pesar de tener la pólvora mojada, ha vuelto a reflejar en 90 minutos un catálogo de los desmarques de apoyo y ruptura y la personalidad que debe plasmar un delantero centro de equipo grande. O Ebwelle, el más destacado del choque por sus regates espectaculares que resuenan como un ukelele cuando encara a un rival.
6.- No olvidemos a Sergi Samper, que con 17 años juega de 4 bajo el dorsal del número 6. El niño prodigio de este juvenil blaugrana, un centrocampista sin verborrea, capaz de explicarte cómo se juega sin dirigirte una palabra; sobre el campo a uno o dos toques te lo ha dicho todo.
7.- La suerte te sonríe si la buscas. Presionar, tocar, combinar y marcar. El Barça hizo la diferencia tomando los goles como unidad de medida. El primer tanto de Pol Calvet es un balón huérfano dentro del área que se convierte en un chut a la base del post,e pero hay que tener criterio colectivo para mover la pelota de una banda a otra. El segundo tanto es un tiro fallido de Nando Quesada que el portero no ataja sino que se lo mete a gol. Y el tercer tanto lo empuja Ebwelle a bocajarro, pero antes hay que llevar la iniciativa para someter a un rival y agobiarle para que regale el balón. Ya en el último minuto la goleada se cerró gracias a Joel Huertas, con un certero disparo a la escuadra tras una secuencia de pases ante rival abatido, que más tarde se dejo sorprender por un tiro lejano de Cristian Herrera.
8.- Llegamos al ecuador de la liga de grupos y el juvenil del Barça está prácticamente en la siguiente ronda. En lo que va de temporada, ni en liga ni NextGen Series han perdido un partido. En la “Champions juvenil” suma siete puntos en tres partidos. Solo el Tottenham podría ser su sombra sumando seis puntos si consiguiese vencer al Anderlecht en su tercer partido. Precisamente el próximo duelo para los chicos de La Masia es en Bélgica el próximo miércoles.
* Miguel Ángel Montoya es periodista. En la web: zidanesypavonesfc.blogspot.com
– Fotos: VfL Wolfsburgo
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