El Chelsea le ha ganado con todo merecimiento al Monterrey en la segunda semifinal del Mundial de clubes por 3-1 y se ha clasificado para la gran final del próximo domingo, en la que ya esperaba el Corinthians.
El partido ha sido claramente dominado por los inglesesm que han presentado su esquema base, un 4-2-3-1, pero con alguna novedad significativa. La más trascendente ha sido la presencia de David Luiz formando pareja en mediocampo con John Obi Mikel. El brasileño es un jugador cualificado técnicamente, pero que en su posición natural de defensa central suele cometer errores por exceso de confianza, a lo que suma una tendencia al desorden. Rafa Benítez ha decidido alinearle como mediocentro y el primer tramo del partido que ha firmado ha sido sorprendente en el aspecto positivo.
El Chelsea es un equipo al que no le gusta llevar la iniciativa y sin embargo ha comenzado mandando en el encuentro ante un Monterrey que le ha respetado muchísimo. Los mexicanos son un conjunto que tiene un buen trato de balón. Su propuesta inicial parecía un sistema 4-3-3, pero en la práctica ha sido un 4-5-1, dejando a De Nigris solo en ataque.
Si por algo se caracteriza este Chelsea es por ser un equipo que hace daño cuando acelera, y esa capacidad de cambiar el ritmo la tiene sobre todo en la línea de tres por delante de los mediocentros. Benítez ha decidido que Mata juegue en medio, con Oscar y Hazard partiendo desde las bandas, pero con mucha movilidad e intercambiando sus posiciones.
En el minuto 17, una aceleración magnífica entre Cole y Oscar ha concluido con un centro del lateral para que Mata, llegando desde atrás, controlase y pusiese el 1-0 en el marcador con un disparo abajo colocado a la derecha de Orozco. Minutos antes, el Chelsea ya estaba gobernando el partido. Obi Mikel, que es un jugador extremadamente lento, se manejaba con comodidad ante el excesivo respeto de un Monterrey que además no ha podido contar con el Chupete Suazo arriba.
David Luiz se ha adaptado con comodidad al mediocentro, muy acertado en los pases y dejando varios detalles de calidad, entre ellos un balón al espacio maravilloso sobre la carrera de Hazard dejando al belga solo delante de Orozco, aunque su disparo con el interior se le marchado fuera.
Tras el gol, el Chelsea ha ido bajando las revoluciones y en ese momento ha crecido algo el Monterrey, sobre todo por la banda izquierda, donde Corona ha dejado varios minutos interesantes.
El marcador era incierto al descanso y el tramo final de la primera parte podía hacer pensar que el partido estaba abierto, pero en tres minutos ha quedado sentenciado. Ese ha sido el tiempo en el que ha tardado Hazard en acelerar de cero a cien para marcharse por la banda izquierda y asistir a Torres. Fernando ha controlado, ha ejecutado una zancada hacia su izquierda y ha disparado. La pelota, tras tocar en Mier, se ha colado en la portería.
Torres anda lejos aún de aquel delantero que mataba al rival corriendo al espacio, pero quizá esté a tiempo de reciclarse con otras características distintas. De momento parece que tiene más confianza en los últimos partidos.
El Chelsea no puede experimentar un cambio radical de Di Matteo a Benítez en tan poco tiempo, pero el técnico madrileño va introduciendo matices: Ivanovic y Cahill como pareja de centrales, hoy David Luiz como mediocentro (veremos si lo mantiene), Mata en una posición más centrada y el intento claro de devolver la confianza a Fernando Torres, que seguramente tiene que acostumbrarse a ser un delantero más de área, a diferencia de lo que siempre fue: un delantero que atacaba los espacios.
Los londinenses se han pasado el partido atacando por la zona izquierda y castigando al lateral derecho del Monterrey, Pérez, que ha terminado siendo sustituido por Osorio. Un minuto después del gol, una arrancada de Torres también por la izquierda ha concluido con un buen pase con el exterior raso hacia Mata. El posterior centro del burgalés lo ha introducido Chávez en su propia portería cuando Oscar estaba ya presto al remate.
Ahí se acabó el partido. Benítez fue dando descanso con vistas al domingo sucesivamente a David Luiz, Mata y Torres, dando entrada a Lampard, el veterano lateral derecho Paulo Ferreira y Moses.
El Monterrey no ha podido demostrar hoy que es un buen equipo con la pelota en los pies. Ni la exquisita zurda del ecuatoriano Ayoví, ni el dinamismo y la verticalidad de César el Chelito Delgado se han dejado mostrar hoy. Han salido derrotados desde el inicio. Solo Aldo De Nigris, una isla en medio del oceáno, se ha mostrado combativo. De hecho ha sido el autor del tanto del honor cuando el partido ya expiraba.
El domingo se presenta una final apasionante entre dos equipos a los que no les gusta llevar la iniciativa y están más a gusto cuando pueden nadar y guardar la ropa. Veremos qué disponen Benítez y Tite. A priori, el Chelsea tiene más argumentos ofensivos, pero el Timão es un equipo aspero que dificultará las aceleraciones del Chelsea y confiará en la pegada del peruano Guerrero arriba.
– Foto: AP
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