1.- El estadio es nuevo, pero el juego que practica el equipo local no lo es tanto. El fútbol que se vio el Athletic-Betis en el nuevo San Mamés no es diferente a aquel que con sello característico ha escrito numerosas líneas de la historia de la liga. El conjunto vasco fue intenso y vertical, y con ello dominó y encerró al Betis durante una buena parte del partido.
2.- Tanto Pepe Mel como Ernesto Valverde declaraban en la previa que, pese a los antecedentes de éstos choques, esperaban un partido más pausado, de mucha elaboración y de dificultades para profundizar. Pero el cóctel entre Betis y Athletic volvió a ser el mismo que en las dos últimas temporadas: un encuentro de transiciones frenéticas y continuas.
3.- Pepe Mel modificó su esquema base –pasó a formar en 4-4-2– para potenciar a Salva Sevilla. Le alejó de su posición ideal –la mediapunta– para que encontrara en la banda izquierda los espacios necesarios para poder ejecutar su clarividencia en el pase. El movimiento era interesante, pero al ritmo que se jugaba a Salva Sevilla le era imposible pesar en el juego. El Betis optaba por una vía más directa: Molina ejercía de apoyo y enlazaba con Chuli, quien rompía al espacio y castigaba la rigidez de la zaga rival.
4.- La presión alta del Athletic daba sus frutos. Robaban cerca de la frontal y de manera continua. El Betis apenas podía despejar y tomar el poco aire que el despeje permitía. El dominio, apabullante en ocasiones, era local.
5.- Pese a la contundencia con la que la medular vasca se impuso, el partido estuvo en los costados. Susaeta y, especialmente, Ibai transmitían peligro en cada uno de sus centros. Chica y Nacho en sus respectivas bandas cedían metros para pensar y, sobre todo, ejecutar. El Athletic era consciente de la circunstancias y no dudó en volcar su juego a los carriles exteriores. Ibai exhibía repertorio en sus centros y disparos. Se erigía como el hombre del partido.
6.- Al contrario que en partidos anteriores, el centro del campo del Athletic sí mezcló bien. Sí se pudo ver a un gran Ander Herrera luciendo al mismo nivel o superior que sus escuderos. El reparto de roles funcionaba: Mikel Rico aseguraba equilibrio, Beñat dinamizaba las jugadas y Ander Herrera dominaba y agitaba en tres cuartos de cancha, con una otable presencia en las inmediaciones del área.
7.- Movió el banquillo Pepe Mel en busca de soluciones: consistencia en el medio con Lorenzo Reyes y algo más de atino en la gestión del balón con Verdú. Funcionó, pero Ibai seguía a lo suyo. El gol de los locales se mascaba, pero el fútbol es caprichoso y quien golpeó primero fue el Betis gracias a un oportunista Jorge Molina.
8.- Al Betis le interesaba calmar el partido, pero aquello no era posible. El Athletic marcaba el ritmo, y el vértigo presente durante todo el encuentro alcanzó una cuota mayor. El partido ya había pasado por encima a un Ander Herrera que fue de mucho a poco, y Valverde actuó en consecuencia introduciendo a De Marcos. Lógico, nadie mejor que él en dicho contexto. Disfruta y castiga al contrario en el correcalles en el que se había convertido el encuentro.
y 9.- Ante tan frenético ritmo, la clave estaba en el físico, también en la fe, y el Athletic tuvo mucho de ello. Empujó, creyó, y logró la segunda remontada en el nuevo San Mamés de forma más que merecida. Los de Valverde permanecen en la zona noble de la tabla clasificatoria, mientras que ésta y los resultados siembran algo de dudas en el equipo de Pepe Mel.
* Miguel Verdugo.
– Foto: EFE
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