"La audacia tiene genio, poder y magia. Comienza ahora, ponte en marcha”. Johann W. Von Goethe
La U. D. Almería llega al tramo final de la temporada tal y como se presagiaba: al límite. Las dos últimas derrotas ante rivales directos –Valladolid y Osasuna– han dejado muy tocado anímicamente al equipo de Francisco. Para más inri su próxima visita es al Santiago Bernabéu. La sensación que se tiene en el seno de la plantilla almeriense es que se han metido en un buen lío. Después de arañar in extremis cuatro puntos ante Real Sociedad y Valencia, lo que parecía un gran paso para lograr el objetivo se ha transformado en un espejismo.
El repunte de juego en los rojiblancos tuvo que ver con la mejor versión de su capitán. Corona, sin lugar a dudas el centrocampista con más calidad de la plantilla, ha pasado durante el año más minutos en el banquillo que en el césped, aunque poco a poco Francisco le ha ido dando el protagonismo que el talaverano se ha ido ganando. La irrupción de Corona en el equipo ha supuesto un soplo de aire fresco a un centro del campo más pensado para la contención que la elaboración. Los rojiblancos han ganado en posesión y control de balón, algo que habían ido perdiendo exponencialmente respecto al comienzo de temporada. La idea cambia cuando está Corona en el campo. La iniciativa tiende a ser del Almería, cuyos jugadores están siempre dispuestos a llevar el balón a una banda, donde entran en escena los jugadores más resolutivos del conjunto rojiblanco: Suso y Aleix Vidal.
Francisco no ha acabado de dar solución a los grandes males de este equipo. La U. D. Almería se convierte en un conjunto plano, predecible y con mucha separación entre las líneas. Este último concepto es el que más preocupa al joven entrenador almeriense. Ha buscado soluciones. Una de ellas es la inclusión de Azeez en el once titular, para de esta forma ocupar todos los espacios libres que deja un equipo que no repliega bien. Pero el nigeriano resta mucho a la hora de elaborar. En esa disyuntiva han ido dando tumbos los del Mediterráneo.
Francisco parece haber optado por la opción Corona para el centro del campo. De los últimos siete partidos ha sido titular en seis, dejando un buen poso futbolístico (algo habitual en él), pero además siendo importante en la jerarquía defensiva. Su experiencia y su posicionamiento táctico cuando los rojiblancos no tienen el balón han terminado por convencer al entrenador del Almería. Junto a Corona, el otro futbolista que ha crecido en el último mes ha sido Suso. El gaditano, reconciliado cada vez más con la afición, sigue siendo el futbolista más desequilibrante de la plantilla. Partiendo desde la banda derecha, a pierna cambiada, y acabando las jugadas en el centro, Suso se ha echado el equipo a las espaldas. El desahogo de sus compañeros es darle el balón cuando no hay forma de penetrar en las defensas rivales. El zurdo se encarga de encarar, conducir y llevar el balón hasta el área contraria.
Parte de las opciones que tienen los rojiblancos de salvar la categoría pasa por las botas de Suso. Sus arrancadas tirando diagonales hacia la portería mientras dribla oponentes y busca un pase interior o un disparo son de lo más salvable de un equipo al que le cuesta tener la tranquilidad necesaria para elaborar cerca del área rival. Francisco espera recuperar la conexión Suso-Rodri que tan buen rendimiento dio a comienzo de temporada. Después de la lesión, Rodri no ha vuelto a ser el que era: ese delantero molesto para los centrales que tira múltiples desmarques y no da un balón por perdido. Todo ello le hace ser un jugador muy vivo en el área, cualquier rebote o rechazo le llega. Siempre está preparado. Suso entendía a la perfección sus movimientos. Ahora le falta ese rodaje lógico después de tantos meses sin jugar.
El tiempo se acaba y la difícil situación del Almería debe tener una pronta solución para poder salvarse. Con una línea defensiva muy expuesta y poco resolutiva, Francisco se agarra al fútbol de Corona, la inspiración de Suso y el resurgimiento a base de goles de Rodri para sacar a flote un equipo que pende de un hilo. Más allá del calendario, de lo que viene o vendrá, los rojiblancos ya no buscan una seña de identidad con la que poder combatir. Más bien se preparan para lo bueno o malo de la única forma posible: compitiendo. Después de toda una temporada viviendo al límite, el último mes de liga no iba a ser menos.
* Christian Moya.
– Foto: EFE
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