"El éxito se mide por el número de ojos que brillan a tu alrededor". Benjamin Zander
La selección de Chile llega con más dudas que certezas a su debut en la Copa América. La falta de gol y de alternativas a algunos puestos sensibles para el funcionamiento que pretende Jorge Sampaoli han mermado el entusiasmo de parte de la prensa y aficionados chilenos.
La carta de presentación del once inicial, eso sí, da para ilusionar al país anfitrión. Claudio Bravo llega como ganador del triplete con el Barcelona. Situación similar es la de Arturo Vidal. Una vez superada la final de Champions League perdida en Berlín, el todoterreno de la Juventus llega a Chile como una de las grandes atracciones de esta Copa América. Gary Medel (Inter de Milán), Matías Fernández y David Pizarro (Fiorentina) alimentan las esperanzas del local de poder quedar quedarse, por primera vez, con el trofeo de selecciones más antiguo del mundo.
Pero es Alexis Sánchez quien más expectativas despierta en Chile (y Sudamérica). El delantero del Arsenal llega como la gran figura de la nómina chilena. Los 25 goles que anotó el exdelantero del Barcelona lo dejaron a un solo gol de empatar el récord de otro exjugador blaugrana, el francés Thierry Henry, quien consiguió 26 tantos en su temporada debut.
Otro de los elementos que avalan la actuación de Sánchez en esta Copa América es la experiencia. Pese a su corta edad (26 años), el tocopillano suma 80 participaciones con la camiseta de Chile y el tercer jugador con más partidos jugados por la selección, solo por detrás de Claudio Bravo (89 participaciones) y Leonel Sánchez (entre los años 50 y 60 participó en 85 juegos).
Como ya está dicho, la gran preocupación del cuerpo técnico dirigido por Jorge Sampaoli es la falta de gol. El bajo nivel de Eduardo Vargas (Queens Park Rangers) y la ausencia de una referencia de área consagrada (el último centrodelantero nato de Chile fue el exjugador del Zaragoza Humberto Suazo) han llevado al entrenador a buscar la figura del falso nueve y ha probado con Jorge Valdivia (Palmeiras) por el centro del ataque, experimento que no ha funcionado del todo mal gracias a que la habilidad del Mago logra generar espacios para intentar definir las oportunidades de Chile: de hecho, Valdivia solo ha logrado anotar siete goles vistiendo la camiseta de la selección desde su debut en 2006 (tres en su función como centrodelantero, la que comenzó en el mundial de 2010, ante la lesión de Suazo). Una de las posibilidades que maneja la dirección táctica es la de incluir a Alexis Sánchez como centrodelantero, aprovechando los movimientos que realiza en el Arsenal, donde suele aparecer por el centro del ataque para finalizar las ocasiones de gol.
Un factor que puede influir en la participación chilena es la gestión de su entrenador. Jorge Sampaoli llega a la Copa América como el entrenador de mejor rendimiento en la historia de La Roja, con un 66,67 % de victorias (20 partidos ganados, 6 empatados y 7 perdidos).
El gran problema que ha enfrentado el entrenador al mando de Chile es la falta de jugadores que sean alternativa a los titulares. Hoy, Chile cuenta con un equipo titular y pocas opciones de reemplazo en puestos clave. La defensa no presenta alternativas inmediatas. Mauricio Isla, lateral derecho del QPR inglés y de la selección, ha mostrado una bajada ostensible en su rendimiento, para un puesto en el que Chile no presenta opciones.
Quizás la gran virtud de Sampaoli sea la identidad que se refleja en sus equipos, la que podría llegar a confundirse con la tozudez. Esto tiene su interpretación en la situación vivida por Fabián Orellana y Pedro Pablo Hernández. Ambos jugadores habran sido avisados que participarían de la nómina de 30 jugadores, de la que saldrían los 23 que disputarían Copa América, pero que no serían parte de esa nómina final, por lo que decidieron no sumarse a los trabajos de la selección. El gran nivel mostrado por Orellana con el Celta no bastó para competir en igualdad de condiciones con el resto de los 26 jugadores de campo, en una señal enviada por el entrenador.
Desde la táctica, Chile seguirá mostrando su ya tradicional con 3-5-2, con un Jorge Valdivia que se incrusta por el pasillo central para terminar las jugadas de ataque en posición de nueve.
En la salida, Chile persigue la claridad desde atrás, buscando rápidamente a Marcelo Díaz o Charles Aránguiz, quienes descargan desde el eje central del campo. A partir de ahí, las aproximaciones por las bandas han aportado al juego ofensivo de Chile, aunque con diferencias respecto del equipo que ideó Marcelo Bielsa: Chile utiliza a Mauricio Isla y Eugenio Mena o Jean Beausejour como carrileros, permitiendo que tanto Alexis Sánchez como Eduardo Vargas terminen las jugadas dentro del área.
El medio, compuesto por Marcelo Díaz/David Pizarro, Arturo Vidal y Charles Aránguiz, genera fútbol asociado por el pasillo central, lo que se suma al ímpetu del volante de la Juventus, que aparece en ambas áreas, aportando también en una de las tareas pendientes de Jorge Sampaoli: el juego aéreo (Chile tiene el menor promedio de estatura de la Copa América, con 1,76 m).
Chile sale con mayor precisión por el centro, donde Medel clarifica el primer pase, generalmente hacia Aránguiz o Díaz, quienes administran el juego. Esta es una de las características del juego de posición que dispone Jorge Sampaoli, junto a la de generar superioridad a la espalda de la línea del rival que genera la presión.
Chile – corre menos, juega más vs El Salvador from Football Hunting on Vimeo.
La aparición de David Pizarro en la nómina final para el certamen le da variantes a la dirección táctica chilena. El regista de la Fiorentina aporta claridad mediante pases largos y de gran precisión que se pueden aprovechar gracias a la gran velocidad de Alexis Sánchez.
David Pizarro vs El Salvador from Football Hunting on Vimeo.
Otra buena noticia es la presencia de Matías Fernández: el volante aporta visión y precisión en la zona de los tres cuartos de cancha, además de ser un gran rematador de lasrga distancia y a balón parado.
Sin duda, la característica más clara en la identidad del juego del Chile de Sampaoli es la intensidad en la presión y el pressing. Chile tiene la urgencia de recuperar la pelota apenas el equipo rival la consigue, mientras que los desmarques (sobre todo los de ruptura) provocan que la presión colectiva genere superioridad en la fase ofensiva mediante transiciones rápidas.
Chile pressing vs El Salvador from Football Hunting on Vimeo.
Queda planteada la opción chilena para la Copa América. Un juego valiente, de mucho toque, posición y frontalidad que tiene su mayor debilidad en una defensa de baja estatura y con falencias en el juego aéreo. Es tiempo de ver si la selección local es capaz de superar lo realizado en 1991, última vez que se celebró la Copa América en Chile, cuando el equipo dirigido por Arturo Salah se quedó con el tercer lugar de la competencia en medio de un inmenso fervor por recibir a los mejores jugadores de Sudamérica.
* Cristóbal Rojas.
– Foto: EFE
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