1.- La alineaciones iniciales dejaban claro que se iban a enfrentar dos estilos opuestos. Por un lado, la apuesta croata de tener el balón y crecer en torno a él, siempre que encuentre su ritmo adecuado, que tiene que ser lento, buscando la pausa. Enfrente el vigor irlandés, que busca un partido de alto voltaje, sin freno, vertical y directo, aprovechando las bandas y trasladando la pelota al área contraria lo más rápido posible.
2.- Comienza el partido bajo la lluvia en Poznan; con el césped rápido el partido es intenso, cada balón se disputa al límite y se cometen muchas imprecisiones. Pese al tempranero gol de cabeza del croata Mandzukic en el minuto 4, en una jugada aislada, las constantes del juego han teñido el encuentro de verde irlandés. En ese contexto, Irlanda se mueve como pez en el agua y es la mejor forma que tiene de poder competir en el torneo.
3.- Mientras el encuentro no ha bajado de revoluciones, era imposible que Croacia plasmase la diferencia técnica a su favor ante Irlanda. Con esas constantes no ha tardado en llegar el empate en una jugada de la Irlanda de toda la vida. Una falta lateral lanzada de maravilla por el extremo McGeady la ha rematado el central St. Ledger de cabeza, ganando la espalda en el segundo palo a Corluka.
4.- El medio campo en su zona central se presentaba como un duelo de parejas. Por un lado, Vukojevic-Modric; por el otro, Andrews-Whelan. Vukojevic es un mediocentro posicional, de ofrecerse y tocar fácil. Modric rinde más cerca del área contraria pero tanto en el Tottenham como en la selección juega más retrasado. El empuje irlandés ha facilitado el trabajo de contención y empuje de Andrews y Whelan en la primera media hora. Irlanda ha tenido el partido donde más le interesaba pero no ha podido mantener la intensidad ni conseguido que aparezcan los suficiente sus extremos, McGeady y Duff, casi inadvertidos.
5.- Uno de los fuertes del juego de Irlanda son sus extremos. Hoy casi no se les ha visto. McGeady es diestro pero Trappattoni prefiere que juegue en la banda izquierda. Tenía delante a Srna, que es un buen lateral, y no ha podido desequilibrar nunca. En otra época, el veterano Duff podría haber destrozado a un lateral como Strinic, pero parece que los mejores días del pelirrojo ya pasaron y, al menos en el partido de hoy, no ha tenido ningún peso en el juego.
6.- Que Irlanda bajase el ritmo y su presión ha sido directamente proporcional al crecimiento de Croacia en el partido. Modric ha empezado a recibir más el balón en el último tramo de la primera parte y con él han comenzado a funcionar los satélites, Rakitic y Perisic. En la apuesta ofensiva de Slaven Bilic es fundamental tener el balón. De ese modo, Jelavic ha podido fijar a los lentos centrales irlandeses, Dunne y St. Ledger, generando espacios para los satélites de la segunda línea. También se beneficia de ello Mandzukic, que llega libre de marca al remate en muchas jugadas y puede explotar su mejor arma, el remate de cabeza.
7.- Cumpliendo el tópico de los goles psicológicos, Croacia ha vuelto a golpear al final del primer tiempo y al principio del segundo, firmando el segundo y el tercer tanto. En ese momento ha echado el candado al partido. Irlanda no tiene un Plan B, que le permita innovar para remontar un resultado así ante una selección tan superior técnicamente. Trappattoni ha movido sus piezas, pero sin variar nada tácticamente, porque tampoco tiene jugadores para poderlo hacer.
y 8.- La segunda parte ha seguido el mismo guión. Bilic ha reafirmado su idea con la entrada del centrocampista Nico Kranjcar en sustitución de Jelavic. Un satélite más para tener el balón y evitar cualquier ataque frontal de Irlanda. Aún así, han cometido errores que le podían haber complicado el partido. Si los repiten ante un rival más certero en los últimos metros, lo pueden pagar. Croacia ha mostrado detalles interesantes pero plantea una duda: si será capaz de imponer el juego que necesita ante un rival que le juegue con armas parecidas. La Italia actual y España también necesitan el balón para imponer su estilo.
– Foto: PA Photos
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