Illarramendi ha firmado un partido extraordinario. Siempre fue el faro que alumbró la salida desde atrás de España, estuvo atento, expeditivo y bien colocado en defensa, utilizó los espacios con una inteligencia absoluta y terminó por convertirse en el jugador clave para que España derrotase por un gol a cero a Alemania.
La selección española dominó durante prácticamente todo el partido, utilizando como herramienta la posesión, pero le sigue costando tener profundidad, que ese control del balón se convierta en ocasiones claras. Es posible que esto suceda porque hay varios jugadores del frente de ataque, concretamente los tres que ocupan la línea por delante de los mediocentros, que no encuentran la posición que más potencia sus virtudes.
Lopetegui eligió a Koke como pareja de Illarramendi en la zona de gestación. Probablemente para dotar al equipo de un mayor equilibrio. Koke completó un buen partido, recuperando balones y asomando varias veces a la frontal del área para disparar, otro asunto es que sea la mejor opción en esa posición concreta.
Por delante, España inició el encuentro con Tello en la derecha, Thiago como mediapunta e Isco tirado a la izquierda, la posición donde terminó el partido ante Rusia a muy buen nivel. En un primer momento, tanto Thiago como Isco parecían liberados en sus respectivas posiciones, pero este hecho no se tradujo en ocasiones claras. Con el paso de los minutos intercambiaron sus posiciones; Tello cambió de banda buscando la izquierda y por ahí generó algo más de peligro.
Si España estuvo un poco más suelta fue en parte porque Alemania sí buscaba la portería contraria cuando tenía ocasión, aunque la mayoría de veces sólo alcanzó la frontal contraria, con poca continuidad. Rudy y Rode eran inferiores a Illarramendi y Koke en la sala de máquinas, lo que se tradujo en que Hermann, Holtby y Volland, la línea de volantes alemana, ganaron pocas veces a la espalda a los medios españoles. Clemens quedaba aislado arriba.
El cero a cero al descanso presentaba un escenario que con el paso de los minutos iba a obligar a Alemania a arriesgar, como consecuencia de su derrota ante Holanda en el primer partido. España seguía dominando; Isco pasó a jugar por todo el frente de ataque y capitalizó casi todas las acciones ofensivas, pero seguían sin llegar opciones de gol claras.
Con Illarramendi omnipresente en la zona ancha, España se garantizó la ausencia de sufrimiento a la espera de su momento. La ansiedad y los cambios de Alemania contribuyeron a la causa. Adrion, técnico alemán, retiró primero a Rode y más tarde a Rudy, desarmando la zona ancha de su equipo.
La entrada de Lassoga, delantero tanque de área, tenía la intención de crear una referencia ofensiva, un recurso para el juego directo. Con Emre Can buscó revitalizar el medio, pero realmente sin Rode ni Rudy Alemania perdió su blindaje y fue más vulnerable.
Lopetegui dio entrada a Morata en sustitución de un Rodrigo que se mueve mucho pero recibe muy pocos balones. De nuevo el delantero del Real Madrid aprovechó su oportunidad. Recibió a campo abierto cerca de la banda izquierda, hizo un gran reverso dejando atrás a Rüdiger, entró en el área y sorprendió a un desafortunado Leno por el palo corto.
Un nuevo gol de Morata en las postrimerías del partido, como ante Rusia, le iba a dar la victoria a España. Merecida, pero con detalles por pulir, que de no hacerlo tendrán consecuencias negativas de cara a las semifinales del torneo. Debe acertar con la pareja de Illarramendi, pese al buen partido de Koke a nivel individual, y con la posición de los jugadores en la línea de tres por delante. Arriba, Morata comienza a pedir el puesto.
El tercer partido de España ante Holanda decidirá el primer puesto del grupo, Alemania y Rusia ya están eliminadas.
* Alberto López Frau es periodista.
– Foto: Reuters
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