Ya con la resaca de la Final de Munich y leyendo comentarios, crónicas, blogs de periodistas e incluso de entrenadores de nivel, me resulta curioso que la mayoría hablen de tal evento como si de una “mierda” se tratara (palabras textuales), tachando el partido de una de las peores finales que han existido, incluso atreviéndose a calificar de antifútbol la propuesta de Roberto Di Matteo
Ya eran muchos los que en la previa del partido estaban matando al entrenador italiano por la alineación de inicio: que si debe ir al ataque, no puede encerrarse atrás, etc… Y ahora yo me pregunto: ¿De verdad pensábais que Chelsea iba a cambiar su modelo de juego, ese que tanto rendimiento le ha dado y gracias al cual ha podido llegar donde está? La respuesta es sí, algunos lo pensaban.
Ahora pongo otro ejemplo: ¿Os imagináis al Barça de Pep jugando dicha final con una línea defensiva de 5 hombres, por delante otra de 4 en repliegue intensivo y Leo Messi en campo contrario como única referencia? Pues tampoco. No habría renunciado al modelo o filosofía que tanto éxito ha dado a su equipo.
Pues en los blues lo mismo. Si Chelsea sale al campo con la idea de jugarle al Bayern como los propios bávaros al conjunto de Londes, les habrían matado atacando los espacios libres a espaldas de sus interiores o mediocentros de equilibrio, así como también laterales. Robben-Ribéry hubieran estado en su salsa para proporcionar a Mario Gomez tiempo y espacio en zonas de finalización, algo que apenas tuvo. Por no hablar de Kroos si recibe con metros para conducir y pensar como ocurrió en el Bernabéu.
La propuesta del Chelsea va mucho mas allá que dos simples líneas cerrando pasillos interiores cerca de tu propia área y una referencia inmensa en campo rival como Didier Drogba. Es más complejo de lo simple que parece en el terreno de juego.
Primero, para emplear una ideología de juego como plantea el técnico italiano no solo has de tener conocimiento de la táctica sino, lo que es más importante, conocimiento del grupo. Director de orquesta para hacer creer a tus futbolistas que esa es la única manera por la que juntos van a conseguir la ansiada Liga de Campeones.
Convencer a peloteros como Lampard o Mata que se sacrifiquen sin balón en favor del grupo; conseguir que el marfileño juegue 35 minutos de lateral derecho o Torres en ciertas situaciones, hacen de Di Matteo un líder con altísimas capacidades de mando.
Conseguir la implicación colectiva de todos tus jugadores es muy difícil. Él lo ha hecho fácil. Ha elevado ese compromiso grupal a la máxima potencia.
Me viene a la mente el Inter de Mourinho, con Eto’o de lateral diestro en el Camp Nou, otro entrenador que hizo creer a sus futbolistas que de esa manera se podía lograr dicha hazaña: Mentalidad, equipo. Todos o ninguno.
Te puede gustar más o menos, o simplemente no gustarte, pero respetemos un estilo que ha dado tantísimo al Chelsea en tan corto periodo de tiempo.
Si a todo este trabajo de equipo se le llama antifútbol… Bendito antifútbol.
* Daniel Alonso en licenciado en INEF y entrenador nivel II.
– Fotos: Chelsea FC
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