Debemos estar eternamente agradecidos a Charles Miller, puesto que gracias a él hemos tenido la posibilidad de disfrutar del juego de Brasil y de las innumerables estrellas que el país sudamericano ha dado a la historia del fútbol. Nació en 1874 en Bras (Sao Paulo). Era descendiente de una familia rica de ingleses y escoceses y se marchó muy joven a estudiar a Inglaterra. Allí, con sus compañeros de clase jugaba al fútbol y hacia gala de su gusto por el regate, el control de balón y un estilo de juego alegre y vistoso. No tuvo una demarcación fija durante su carrera, pero si algo habría que resaltar sería su vocación ofensiva y su facilidad para meter goles. En Inglaterra le colocaron el apodo de Nipper, moleque en brasileño, que significa muchacho.
Comenzó a destacar en el equipo de su colegio, el Banister Court, en el que marcó 41 goles, y posteriormente en el Saints, un conjunto de Southampton. A los 17 años le invitaron a jugar un partido con el Corinthians, un club inglés amateur y que fue el germen de la fundación tiempo después del conjunto brasileño paulista. Destacó por encima del resto de jugadores, demostrando su gran regate e imaginación con la pelota, algo que sorprendió a los aficionados allí presentes. En 1894 regresó a Brasil con dos balones, un par de botas, uniformes usados y un reglamento de la Football Association y empezó a introducir el fútbol en el país sudamericano. El 14 de abril de 1895 se disputó un encuentro en un campo perteneciente a su familia entre empleados de la Compañía de Gas y de la Sao Paulo Railway Company, que acabó con victoria de éste último, donde militaba Miller, por 4-2. Convenció, no sin dificultades, a sus compañeros de trabajo y de cricket (funcionarios de la Compañia de Gas, la Sao Paulo Railway y el Banco de Londres) para la fundación de un club de fútbol y entre todos los británicos residentes en la ciudad constituyeron el Sao Paulo Athletic, el primer equipo de todo Brasil.
La creación del Campeonato Paulista tuvo lugar en 1902 y Miller se convirtió en la gran figura de la competición. Su club se proclamó campeón tras disputar una final de desempate ante el Paulistano y derrotarle por 2-1, ambos tantos firmados por Miller. Además, fue el máximo artillero esa campaña con 10 tantos. A continuación llegarían dos trofeos más, logrados de forma consecutiva en 1903 y 1904. De nuevo el gran rival fue Paulistano y las finales de desempate acabaron con resultado de 2-1 en la primera de ellas y 1-0 en la segunda. En 1904 Miller se alzó con su segundo premio de máximo goleador, esta vez compartido con su compañero Boyes al anotar ambos 9 goles. En alguna ocasión jugó de portero, llegando a encajar 9 goles en 1906 frente al Sport Club de Sao Paulo, hasta que en 1910 dejó el fútbol para dedicarse a su trabajo en la Royal Mail y sus labores como Vicecónsul británico.
Como legado en un terreno de juego dejó una acción que ha llegado hasta nuestros días y que Miller realizaba con mucha frecuencia: tocar el balón con la espuela. Fue bautizada como dar de Charles y con el paso del tiempo evolucionó en chaleira. Estuvo casado con una famosa pianista llamada Antonieta Rudge y disfrutó del fútbol arbitrando algunos partidos y más tarde como un simple aficionado hasta su fallecimiento, en 1953, a la edad de 79 años.
* Alberto Cosín.
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