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Decía hace unos días Pepe Mel que Cedrick (Kinsasa, 1992) tiene algo que no tenían ni Juan Carlos ni Jefferson Montero, extremos izquierdos titulares en las dos últimas temporadas. El técnico bético destacaba la capacidad de mirar a puerta del veloz centrocampista, y razón no le falta. Pese a jugar en la misma posición, Cedrick guarda diferencias importantes con Juan Carlos, Jefferson Montero e, incluso, Joel Campbell y Álvaro Vadillo. Él es un extremo que le aporta cosas diferentes. El congoleño es un jugador más hecho, controla mejor los tiempos, lo cual le permite ser más productivo. Además, tiene gol, al menos más que el resto. No duda en encarar la meta rival, y eso Pepe Mel lo valora especialmente, ya que es conocedor de que gran parte de peso del gol recae sobre una sola persona: Rubén Castro.
Potencialmente es más que posible que Cedrick sea inferior a los antes mencionados, pero su volumen de errores también lo es. Él es capaz de hacer menos cosas, pero hace fantásticamente bien lo que sabe. Conoce sus límites y virtudes. Por lo pronto, Cedrick fue una de las sensaciones de la primera jornada de la temporada, y quién sabe si en abril estaremos hablando de unas de las revelaciones de la liga. En el Santiago Bernabéu, en el que fue su debut en primera, se mostró sumamente incisivo y exhibió una velocidad endiablada. Un sprint y un cambio de ritmo que, con casi toda seguridad, pondrá en aprietos a varios laterales derechos del campeonato.
Apenas tiene 21 años, aunque a sus espaldas ya hay mucho fútbol. Debutó muy joven, a los 17 años, con el Atlético de Madrid en Copa del Rey, y ya cuenta en su haber con más de cien partidos en Segunda con el Numancia. Esa experiencia es sumamente visible en su fútbol. No estamos ante el típico jugador incapaz de controlar su velocidad. Domina la pausa y los tiempos. Además, a su facilidad para tomar línea de fondo le acompaña un buen centro al área. En este Betis tan vertical, Cedrick es un jugador que encaja a la perfección. Un elemento desestabilizador que puede encontrar en Verdú a alguien que le potencie con precisos e incisivos balones al espacio.
Las carencias futbolísticas de Cedrick aparecen en ataque posicional, cuando no disfruta de espacios. Técnicamente está lejos de ser notable, y apenas es capaz de lograr ventajas desde el gesto técnico. De hecho, esprintando es como logra la mayoría de las ventajas. Sin metros, este recurso le es imposible. Por otro lado, su posicionamiento no termina de ser el óptimo, se le observa muy incómodo sin metros para correr. La parte positiva para él es que Pepe Mel sabe que su equipo, en general, se siente cómodo en el frenesí, y actúa en consecuencia para que dicho contexto aparezca. Se puede decir que Cedrick ha aterrizado en el lugar ideal para mostrar lo mejor de sí.
Hasta la fecha, Pepe Mel se muestra más que satisfecho con el ex del Numancia, quien a base de méritos ha comenzado ganándole a Juan Carlos la pelea por la titularidad. El técnico bético agradece ese mayor grado de experiencia, esa menor tendencia a la precipitación y, sobre todo, la capacidad de percutir también lejos de la línea de cal. Tanto el jugador como el entrenador están llamados a disfrutarse. Es un binomio que promete muchísimo para los intereses béticos en particular, y para los amantes del balompié en general. El jugador diferente apunta a alegrar muchas tardes de domingo.
* Miguel Verdugo.
– Foto: J. A. Orihuela (As)
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