Cazorla no fue suficiente

por SEBASTIAN DUQUE el 18 marzo, 2015 • 0:10

1.- El Monaco eliminó al Arsenal tras un partido dominado de cabo a rabo por los cañoneros de Londres. La renta conseguida hace dos semanas en el Emirates Stadium (1-3) le bastó al equipo del Principado para clasificar a cuartos de final por primera vez desde la 2003-2004, temporada en la que llegó a la final. Los de Arsène Wenger, por su parte, ya completan un lustro sin superar la instancia de los dieciséis mejores equipos del continente. Esta vez estuvieron cerca, muy cerca de romper esa dinámica, porque Santi Cazorla se apropió del desarrollo del encuentro en favor de los suyos a partir de una presencia dominante y un mandato irrebatible. Faltó el detalle decisivo, como casi siempre.

2.- Wenger decidió enviar al césped del que una vez fue su estadio a Ospina bajo palos; Bellerín, Mertesacker, Koscielny y Monreal en la defensa; Cazorla y Coquelin en el doble pivote; Alexis, Özil y Welbeck por delante; y Giroud como punta de lanza. En lo que respecta a Jardim, alineó a Subasic en la portería; Fabinho y Kurzawa como laterales; Wallace y Abdennour en el eje de la zaga; Toulalan y Kondogbia en el círculo central, con Moutinho por delante; Dirar y Martial por las bandas. Y de centrodelantero estuvo el veterano Berbatov.

3.- El inicio del encuentro fue favorable al conjunto local, organizado de manera férrea en un sólido 4-4-2 con el que presionó en campo contrario cuando debió, replegó cerca de su portero con orden y concentración y anuló las ideas del Arsenal en el primer tramo. Los visitantes se vieron maniatados los 15 minutos de apertura, sin el ritmo y la intensidad para superar lo que estaba haciendo su rival sin la pelota. Los ingleses perdieron balones en su propia mitad y el cuero estaba más tiempo cerca de Ospina que de Subasic gracias a Martial y Kurzawa. Kondogbia y Toulalan, conectados para dominar su zona, no cedieron ni un metro durante ese pasaje del choque. Pero solo durante ese período, ya que la dinámica se alteraría el resto del envite, pues Santi Cazorla se presentó en el campo y a Kondogbia eso lo alteró.

4.- La inmovilidad de Alexis, Özil y Welbeck cobró sentido con un surtidor de balones en el círculo central. El Arsenal ganó una altura cuando Cazorla leyó con maestría el panorama y comenzó a obrar según lo que observó. Antes de esto, Özil se había notado poco; en el ambiente estaba ese tufillo desagradable de cuando aparece y desaparece en el transcurso de un mismo partido. Apareció de manera esporádica para acercarse a Coquelin y Cazorla, pero luego de que este último se encendiera, activó al exjugador Real Madrid y creció el fútbol de los gunners.

5.- Cuando los de Wenger comenzaron a fluir, Alexis Sánchez se mostró muy participativo. Muchas veces para bien y muchas veces para mal. Por cada acción positiva que conseguía, sumaba una pérdida. Pero puede decirse que para su equipo esto no representó un problema, pues con Coquelin en el estado de forma en el que está, el Arsenal no se ve tan penalizado por perder la pelota. A la par de Alexis apareció también Welbeck para aportar con movimientos punzantes y cambios de ritmo audaces.

7.- La parcela a la espalda de Kondogbia fue aprovechada por los tres cañoneros de la zona de tres cuartos. Los laterales aparecían cada vez más arriba, sobre todo Bellerín, pero no con el acierto técnico necesario para dotar de calidad la ofensiva. Lo cierto es que los visitantes se aproximaban cada vez más.

6.-Toulalan y Abdennour apagaban todos los fuegos que iban surgiendo. El primero, interceptando y tocando veloz y sabiamente, intentado encargarse de los metros que su compañero de zona no cuidaba. El segundo, con despejes y cruces imponentes. Hay que mencionar a Moutinho, que aunque no apareció seguido, cuando se mostró fue para quitar tiempo y espacio a su rival y dárselo a los suyos. En esta línea se mantuvo la primera mitad hasta el gol de Giroud, quien ya había tenido un cabezazo para abrir el marcador. Después del 0-1 vinieron los minutos más débiles del Mónaco, minutos en los que el Arsenal no aumentó, por poco, la cuenta para su beneficio.

8.- Los de Jardim ganaron entereza tras el descanso. En los primeros 15 minutos de la segunda parte se vio prácticamente lo mismo que en la mayoría del primer acto. A los 60’ ingresó Ferreira Carrasco en detrimento de Martial, y dos minutos después saltó al verde Ramsey por Coquelin. Las modificaciones surtieron efecto de inmediato. Ferreira sumó energía, velocidad y recorrido con la pelota para alejar el peligro de su arco. Ramsey, mucho más dinámico que Coquelin, agitó con sus movimientos hacia arriba y hacia los flancos, pero no destacó en el retroceso, como sí lo hace en sus días más enérgicos. El duelo comenzaba a romperse.

9.- La transición defensiva del Arsenal se hacía endeble, pero ahí surgieron Koscielny y Mertesacker, cada uno con sus características. El primero, anticipando, y el segundo, corrigiendo como último hombre antes de Ospina. Wenger ordenó también a Bellerín cuidar la zona posterior de su equipo.

10.- El Arsenal comenzó a caer en el efecto de la U, que consiste en mover la pelota de orilla a orilla sin productividad, dibujando una U con la trayectoria del esférico. Hasta que Mesut Özil, que había tenido mucha presencia, trazó un envío diagonal impresionante desde atrás hacia Monreal, quien tocó de primera hacia el centro del área. Balón al poste, rebote y gol. Ramsey puso el 0-2 a falta de once minutos para el final.

11.- El Mónaco se dispuso a encerrarse y esperar los arreones del Arsenal, movidos y empujados desde atrás por Cazorla, fino y sapiente. El asturiano completó el 88 % de los 121 pases que dio, todos con sentido e intención clara. Sin embargo, el acoso de desenlace no tuvo la fuerza necesaria porque el Arsenal estaba roto en lo físico, a excepción de Gibbs y Walcott. Faltó el dictamen de la sentencia, y pitó el juez. El estadio, de pie, aplaudió al Mónaco, metido ya entre los ocho mejores equipos.

y 12.- La escuadra que avanzó a cuartos de final, en una buena noche, puede demoler las aspiraciones de los candidatos al título. No se les puede dar por muertos. La Champions determinó, de nuevo con el gol visitante, que el Arsenal se quedara a centímetros del pase. Ni un Cazorla excelso fue suficiente para lograr el objetivo, muy complicado, bien sea dicho. Tal vez sea eso: que el partido de vuelta estos últimos años va cuesta arriba para Wenger y sus alumnos.