1-. Partido de postureo. En noventa minutos, el Miniestadi era una ensoñación del Camp Nou. Gradas casi llenas, banderas del equipo local ondeando, jugadores en el campo vistiendo de blanco y de blaugrana. F. C. Barcelona vs. Real Madrid. Daba igual que fuera Segunda División y la posición de cada uno en la tabla. En el Barça B, Rafinha quería hacer magia, Deulofeu driblar, Araujo rematar…;y en el Castilla, Morata ser referencia, Álex equilibrar, Nacho Fernández cortar… Todos querían sentirse entre los mejores, como su escudo indica.
2.- El Castilla tenía un plan. Apretar la salida del balón del Barça B. Colmillo blanco, como un lobo hambriento de carne, el más cercano perseguía el balón y el resto de la manada rodeaba a los posibles receptores. Ladrar y morder, encimar y anticipar. El filial blaugrana sentía el aliento y las garras de los jugadores blancos. En su propio campo no podían superar la presión y perdían la pelota al no poderse dar la vuelta ni perfilarse para progresar al toque. Todo fue bien hasta que el equipo perdió un eslabón. La expulsión de Álex Fernández por un absurdo manotazo como respuesta a un rifirrafe con Araujo dejó a la jauría debilitada. El F. C. Barcelona B encontró su coto de caza y se hizo pieles de un lobo herido: 3-1.
3.- Despresurización blaugrana. Amagues, fintas y giros, individualidades entre Deulofeu y Rafinha. Al principio no sirvieron como solución a la tensión e intensidad del filial merengue pero a su paso fueron encontrando debilidades. El Real Madrid Castilla no podía mantener ese umbral de concentración durante todo el partido. Cada vez que la pelota saltaba de un territorio a otro y habçia una pérdida se podía apreciar que de una transición ataque-defensa el desenlace del duelo podía variar.
4.- Morata, el obelisco. Asumió el rol de jugador de Primera División. Se fajó entre los centrales, Planas y Lombán. En defensa no dio respiro a los zagueros blaugranas en la salida de balón. En ataque, dio oxígeno a su equipo. De espaldas, para jugar de cara o girarse y dar sentido a un fútbol vertical definido por la recuperación del balón presionando al adversario y yendo al marco rival en pocos toques. Encontró su gol, el primero del partido. Un certero cabezazo a centro de Juanfran. Por su ambición de atacar al balón, Lombán perdió su marca en el interior del área.
5.- Deulofeu hoy no se llevó los flashes. Le tocó una labor de desgaste. Su actuación fue de menos talento y show y más de trabajo en cadena. Se encargó de encarar y hacer el campo ancho. No desequilibró tanto porque le vigilaba Casado y hacía la cobertura Mosquera pero Gerard siguió cumpliendo con sus funciones de principio a fin hasta que su jornada laboral se cerró con un gol de penalti para sellar el triunfo final. Rafinha fue lo más especial de la tarde-noche sin llegar a marcar la diferencia. Muchos trucos e imaginación aunque pocos momentos de aplausos. Todos se los llevó el actor blaugrana de la nueva temporada, Sergio Araujo. Procedente del Boca Juniors, ya sabe lo que es hacer un doblete contra el Real Madrid, aunque sea el Castilla y en Segunda División. Ha dado con sus goles una victoria al Barça en un clásico, mini, pero al fin y al cabo un clásico.
6.- Tras el descanso, el balón pasó a jugarse en el campo que defendía el Real Madrid Castilla. El Barça B encontró su ecosistema y el filial blanco sufrió de dislexia emocional, paró de presionar, morder, ladrar, correr y atacar. Replegó sus líneas. Quizás cuando llegó la expulsión de Álex Fernández, en el minuto 55, solo era un momento de tanteo, pero tras la roja su actitud ya fue perenne. Fin del juego, comenzó la supervivencia.
7.- Álex Fernández pecó de inmaduro, no supo aguantar sus emociones. Una jugada aislada que comienza con Araujo cayendo al suelo y golpeando con sus piernas en el pelirrojo, continuó con un careo entre los dos que el centrocampista del Real Madrid quiso cerrar con un manotazo en la cara que parecía querer decir quítate de mi vista. Lo que no podrá borrar es el recuero de la tarjeta roja que le mostró el árbitro a continuación. Dejar a su equipo con diez por un calentón. Debe entenderlo como un error, un paso más en su formación como deportista y profesional del fútbol.
8.- El lobo herido y un equipo de cazadores en plena batida. Al Barcelona B no le hizo falta estrategia ni siquiera un plan, tan sólo siguió el reguero por donde perdía sangre el Castilla y los blaugranas usaron su instinto. Menos estilo de juego y más competición. El filial blaugrana ajustició a un adversario que jugaba con uno menos con un fútbol contra natura para La Masia. Al contraataque aprovechó dos perdidas, una de José Rodríguez y otra de Juanfran, para correr desde su propio campo hasta la portería adversaria. Lanzar, asistir y rematar a un Castilla desorganizado y frágil cuando cambiaba el rol de ataque a defensa. Araujo en el papel de the punisher, el castigador, demuestra que no todo es cantera en el club blaugrana.
9.- Una mano de Morata en el interior del área fruto de una falta lateral se convirtió en la sentencia. Deulofeu no desaprovechó la oportunidad y el Miniestadi rugió con la victoria. El resultado es lo importante. Mucho talento en el campo pero nada deslumbró. Fútbol mecanicista y una expulsión que castigó la constancia y el orgullo del Castilla. Los chicos de Toril, como buenos estudiantes, se aprendieron el temario. Id a la yugular, presionar en defensa, sed profundos y veloces en ataque. Con ingenio e ímpetu no dejaron pensar a los chicos del Barça, todo iba según lo estudiado. Nadie les dijo que a mitad de camino les cambiarían la hoja de examen, y sin un compañero más ya no supieron las respuestas a las preguntas.
y 10.- El Barça B, como la teoría de las judías secas explicada por Rexach en el libro Senda de campeones, esperaba que el partido volviese a su orden natural a través del pase y de los apoyos. Algún jugador se quiso salir del guión y lo que cambió en el segundo tiempo fue completamente la trama de la película. Tanto fue así que se ganó al contragolpe, con dos goles de un argentino fichado de Boca Juniors esta temporada, pero cada día la permanencia matemática está más cerca, lo que permite que formación y competición puedan conjugarse en una misma frase.
* Miguel Ángel Montoya es periodista. En la web: zidanesypavonesfc.blogspot.com
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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