1.- El Real Madrid se impuso por 0-2 al Malmö en un partido que dominó de principio a fin, pero en el que le costó crear superioridades claras en la zona de definición. El conjunto sueco replegó con un 4-4-2 muy estrecho, casi siempre en campo propio, y el Madrid no siempre encontró los mecanismos necesarios para desarmar el entramado defensivo que dispuso Age Haredie, técnico del conjunto sueco.
2.- Rafa Benítez apostó por un once alternativo con algunos jugadores menos habituales. Varane y Nacho repitieron el centro de la zaga que jugó ante el Málaga y Arbeloa debutó en partido oficial esta temporada como lateral izquierdo. En el centro del campo apareció Casemiro. Quizá Benítez tenía la intención de que Kroos y Kovacic escoltasen al brasileño, pero en la práctica el sistema fue un 4-2-2-2 con un cuadrado en mediocampo con Casemiro y Kroos en la parte inferior e Isco y Kovacic en la más cercana a la frontal del área. Arriba, la pareja elegida fue Cristiano y Benzema.
3.- El sistema está siendo solo un punto de partida para Benítez. Ya es habitual que lo modifique varias veces cada partido. El Madrid fue un equipo asimétrico durante prácticamente 75 minutos. Optó por ejercer un control absoluto a través de la pelota, pero solo volcó el juego sobre una banda, la derecha, durante todo el primer acto. Con Casemiro especialmente inspirado con los envíos largos, el Madrid entretenía el juego con los cuatro medios por dentro y volcaba el balón casi siempre que podía hacia el costado derecho para favorecer las incorporaciones de Carvajal. Arbeloa detectó la necesidad que tenía su equipo de equilibrar el campo por el costado izquierdo y se incorporó con criterio, pero el Madrid volcaba el juego una y otra vez por la banda opuesta. El Madrid atacaba por momentos con Carvajal, Isco, Kovacic y Arbeloa en línea, con Kroos y Casemiro por detrás y Cristiano y Benzema por delante, pero sin verticalidad.
4.- El Malmö defendía muy atrás. Sus mediocentros, Adu y Lewicki, se multiplicaban para llegar en auxilio de sus laterales y al Real Madrid le faltaba velocidad y desborde para generar ocasiones claras. Solo Benzema mejoraba las jugadas por dentro; el ataque era un embudo que terminaba en los centros sin ventaja de Carvajal. Era un dominio incontestable, pero estéril. Al Madrid siempre le queda un recurso que maneja desde hace muchos años, y por épocas de una forma demoledora: los contragolpes verticales y en pocos pases. Kovacic habilitó a Isco y este a Cristiano. El atasco en el juego de posición lo superó con tres pases. Tres flashes, un gol.
5.- El Malmö no tenía respuesta para cambiar su discurso si se ponía por detrás en el marcador. No podía desplegarse en transición y mucho menos aposentarse en campo contrario. Sus puntas, Djurdjic y Rosenberg, solo eran aplicados soldados en defensa. No podían tener trascendencia en ataque. Oscar Lewicki, mediocentro sueco que deslumbró en la Suecia campeona de la pasada Eurocopa sub-21, no podía aportar a su equipo ninguna de las virtudes creativas que tiene en ese contexto de partido. El Madrid amasó la posesión hasta el descanso y minimizó riesgos.
6.- La segunda parte siguió la misma tónica, pero el partido cambió en los últimos 20 minutos. Benítez dio entrada al centrocampista con mejor lectura de juego que tiene, Luka Modric, y retiró a un Karim Benzema que estaba jugando de un modo magnífico. La proximidad del derbi ante el Atlético de Madrid seguro que fue un argumento de peso a la hora de sustituir al francés. En los minutos previos al cambio, Benzema había encontrado tiempo y espacio cuando nadie más era capaz, ni sus compañeros ni los rivales. Con Modric al mando de las operaciones, vimos un Kroos con más vuelo. Invirtieron los papeles y el alemán cayó más hacia la banda derecha para armar el juego desde allí hacia dentro de un modo más dinámico, incluso asomó varias veces por la frontal del área.
7.- Con Modric sobre la hierba, el Madrid ya tenía un dominio más claro. Entonces Benítez decidió añadir desborde y vértigo. Primero con Lucas Vázquez, que entró por Kovacic para encarar una y otra vez por la derecha, y más tarde con Cherysev, que sustituyó a Isco para ensanchar el campo por el otro costado e intentar al fin desarbolar al rival. Con el resultado a favor, quizá sea menos necesario, pero es interesante la variante que tiene el Madrid 2015-16 con Lucas Vázquez y Cherysev para abrir el campo e intentar desarmar defensas muy cerradas. En los últimos minutos, con diez jugadores y las líneas más adelantadas, el Malmö sucumbió definitivamente. Sus jugadores estaban exhaustos tras correr detrás del balón y las modificaciones del Madrid tuvieron el efecto deseado.
8.- Lucas Vázquez le sacó la segunda amarilla a Yotún con un intento de autopase que abortó el lateral peruano con una obstrucción clara. El Madrid ya era un equipo con más desborde y Cristiano, ya jugando como delantero centro puro, olía sangre en la zona de definición. El portugués acumuló hasta cuatro remates en los últimos minutos. El cuarto y último supuso el 0-2 tras puntear a la red una buena jugada previa entre Modric, Carvajal y Lucas Vázquez. Rafa Benítez fue quitando el blindaje al equipo. El control lo fió en Modric y en la escoba Casemiro; arriba encontró el vértigo ausente en los primeros 75 minutos de partido por los costados y terminó sentenciando el marcador al filo del minuto 90.
y 9.– El último punto de la crónica es para Cristiano Ronaldo. Muchas veces hemos hablado de su ambición ilimitada, a veces perjudicial, de su forma de entender el juego e incluso el colectivo, pero hay que destacar que va a ser el máximo goleador de la historia del Real Madrid en sólo seis años como jugador del club. Es una barbaridad a la que solo el tiempo pondrá en su justa dimensión.
* Alberto López Frau es periodista.
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