"Lo que equilibra a un equipo es la pelota. Pierde muchas y serás un equipo desequilibrado". Johan Cruyff
La primera decisión de Tito Vilanova ha sido confirmar la continuidad de Dani Alves. La primera que tomó Pep Guardiola fue cortar la cabeza de Ronaldinho y Deco (y la de Eto’o, con un año de carencia). Ahí hay una diferencia, pero no reside en el diferente modo de ver las cosas de ambos técnicos, sino en el punto de partida. En verano de 2008, el vestuario del Barça contenía elementos tóxicos que lo habían llevado a la degradante situación vivida en dos años de caída libre. El nuevo entrenador, joven y enérgico, optó por cortar de raíz el problema. Ahora, el vestuario es otro. No diré que es una balsa de aceite porque en toda colectividad existen roces o desavenencias, pero las evidencias hablan de un grupo unido, motivado y con voluntad de seguir trabajando duro para incrementar los éxitos. Si alguna toxicidad se percibe pertenece a los arrabales del entorno, ese eterno intangible con olor a tinta fresca, y no a las interioridades del equipo. Así que, arrancando en sentidos opuestos, Vilanova y Guardiola coinciden en un punto común: su primer paso hace referencia a los futbolistas, únicas piezas imprescindibles en este deporte, junto al balón.
Recuerdo bien que con aquella primera medida y su verbo fluido, Guardiola se ganó la sala de prensa en la comparecencia inicial. Tito no posee el temple de su antecesor, ni el brillante discurso, ni su expresión corporal es la de Pep, pero posee una virtud elocuente: el sentido común, punto de encuentro indiscutible con Zubizarreta. Harán lo hay que hacer: un par de fichajes, algunos retoques y ampliar variantes en ataque. Es poco, pero intenso. E imprescindible. Siendo excelente la temporada concluida, se han percibido ámbitos de mejora, como se comprobó en los partidos más complejos del año. Se intuye que por ahí incidirá Vilanova, con el apoyo del director deportivo: reforzar el centro de la defensa y su costado izquierdo, confiar en los atacantes que ya existen (en la certeza de que Villa será como un fichaje nuevo y Pedro, casi otro) y dar un nuevo paso en el proceso evolutivo Xavi-Cesc, que es el equivalente a un mayor grado de verticalidad.
Tito no seducirá en las salas de prensa como lo hacía su antecesor y amigo, pero su misión no es agradar al periodismo aunque la historia nos diga que el periodismo es capaz de segar mucha hierba bajo los pies. Vilanova está para conducir el trasatlántico por las mismas rutas que lo hizo Guardiola y encontrar nuevos atajos entre los icebergs. No es fácil la misión sucesoria, pero Tito posee lo más importante: sentido común, sensatez, apoyo y fantásticos futbolistas. La primera decisión de mantener a Dani Alves en el equipo es un paso inicial excelente, síntoma de que el técnico sabe lo que hace.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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