"La audacia tiene genio, poder y magia. Comienza ahora, ponte en marcha”. Johann W. Von Goethe
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Una de las barreras del atletismo que está más cercana a romperse es la de los 80 metros en el lanzamiento de martillo en categoría femenina. La polaca Anita Wlodarczyk ha batido este año el récord mundial con 79.58 y apenas le faltan un par de palmos para entrar en la historia del deporte por la puerta grande.
El primer hombre en lanzar en martillo más allá de los 80 metros fue el soviético Boris Zaychuk, con 80.14 en 1978. Nació el 28 de agosto de 1947 en Tokmak (Kirguizistán), una ciudad muy oriental no muy lejos de la frontera china, y empezó dedicándose al boxeo, pero un antiguo lanzador (Vasiliy Voronkin) lo captó para los lanzamientos.
Comenzó a destacar en 1975 con una marca de 72.38 el 18 de agosto en Stávropol (Rusia). Fue la 27ª marca del año. En 1976 mejoró hasta 75.42 en Vinnitsa (hoy ciudad ucraniana) y subió hasta el 14º lugar en el ranking mundial. Al año siguiente ya fue el quinto del mundo con un lanzamiento de 76.50 el 17 de julio en Moscú.
En aquellos tiempos los soviéticos y los alemanes eran los grandes dominadores de la especialidad. Bondarchuk, Spiridonov y Sedykh, por un lado, y Schmidt, Theimer y Riehm, por el otro, iban quitándose el récord del mundo unos a otros y la frontera de los 80 metros estaba cerca. Zaychuk era un lanzador liviano (1,83 m y 93 kg) en comparación con los 116 kg de Bondarchuk, los 110 de Sedykh o los 108 de Spiridonov, pero al ser más ligero era más rápido.
Walter Schmidt había lanzado 79.30 en 1975, pero fue un soviético el que consiguió meter el martillo dentro del sector de lanzamientos más allá de los 80 metros. Además, uno de los menos conocidos, tal como ocurrió con Povarnitsyn en salto de altura.
Zaychuk realizó una buena temporada en 1978. Quedó tercero en el campeonato de la URSS con 74.10, fue el ganador en un encuentro con Alemania Federal con 75.92, realizó marca personal el 4 de junio en Moscú con 78.80 (apenas a ocho centímetros del récord soviético de Sedykh) y doce días después lanzó 78.62 en Tiflis (Georgia). Estaba en buena forma.
Y el 9 de julio lo corroboró en el estadio dedicado a Lenin de la capital moscovita. En su primer ensayo, el martillo voló hasta los 80,14 metros. Hizo otro lanzamiento de 78.64 y dejó la competición. Testigos de excepción fueron sus compatriotas Igor Lebedev (69.78) y Pavel Dmitriyev (65.46). Apenas le duró un mes el récord, ya que el alemán Karl-Has Riehm lanzó 80.32 el 6 de agosto en Heidenhem (Alemania).
Nuestro protagonista se había ganado el derecho a ir al campeonato de Europa que se celebraba ese año, concretamente en Praga (Checoslovaquia). Zaychuk lanzó 71.34 en la clasificación (se pedían 70 metros), pero en la final solo pudo ser sexto con 75.62 y esta serie: 73.44 – x – 73.38 – 73.38 – 75.62 – x.
En el horizonte estaban los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980. Su mejor marca en 1979 fue de 77.42, conseguida en en la capital rusa el 8 de julio, lo que le sirvió para ser el octavo martillista del año. No pudo conseguir su sueño de ser olímpico, aunque mejoró su marca personal hasta 80.48 en Sochi el 24 de mayo. Le precedieron en el ranking mundial Sedykh, Litvinov y Tamm, que fueron los tres medallistas olímpicos.
* Joan Pelayo es juez-árbitro de atletismo, especialista en pértiga y miembro fundador de la AEEA.
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