"El éxito se mide por el número de ojos que brillan a tu alrededor". Benjamin Zander
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Blaise Matuidi es uno de los mejores centrocampistas defensivos del fútbol europeo. Pieza clave en el Paris Saint-Germain y poco a poco un fijo en la Francia de Deschamps. De origen angoleño, puede recordar por sus características a Makélélé. Su despliegue físico, su rigor táctico y su calidad técnica lo hacen imprescindible para su equipo. A los 18 años ya era titular en el Troyes de la Ligue 1. El Saint-Etienne lo fichó dos temporadas después y con 23 fue el PSG el que decidió pagar 8 millones para conseguir la estabilidad táctica que necesita un equipo con tanto talento arriba. Internacional en todas las categorías inferiores de Francia, podremos verle en el partido de vuelta de octavos de la Champions League contra el Valencia.
Matuidi es un prodigio físico en el pleno sentido de la palabra. Su resistencia es excepcional. Pese a no ser un jugador muy grande sí que posee mucha fuerza y una poderosa zancada. También es rápido y de fuertes piernas, por lo que es buen defensor de jugadas a balón parado y muy móvil en el uno contra uno. La utilización de sus brazos es muy correcta y eso le permite robar muchos balones en el cuerpo a cuerpo. Su posición defensiva es la ideal: culo agachado, piernas abiertas y brazos flexionados.
La posición natural de Matuidi es la mediocentro defensivo. Es el jugador que se dedica a hacer la cobertura a cualquiera que le haga falta, actuando de ancla para el equipo. Se multiplica en el campo, da la impresión de no parar de correr en todo el partido. Gracias a sus cualidades físicas se incorpora en muchas ocasiones al ataque. Tácticamente es brillante, mide muy bien el corte y acepta de buen modo sacrificarse en tareas defensivas. Además no recibe muchas tarjetas, ya que decide bien qué faltas hacer. En los sistemas tácticos es polivalente: puede jugar solo o adaptarse a un doble pivote o a un trivote, convirtiéndose en interior zurdo o volante.
Su técnica defensiva es brillante. Utiliza muy bien los brazos, muy buena anticipación y expeditivo a la hora de meter el pie. Sabe muy bien cómo utilizar el cuerpo para interponerse entre el rival y el balón. También domina el arte de la entrada, por lo que es frecuente verle robar balones a ras de hierba. Con el balón en el pie es mejor de lo que parece, con una buena y muy rápida conducción. Posee un aceptable control de balón, así como un buen toque en corto y una buena visión de juego. Además, tiene un fuerte disparo con la zurda desde fuera del área aunque lo utiliza poco. Puede mejorar el pase en largo al igual que los regates, pero no suele utilizarlos con frecuencia en su juego.
* Marc Pons es periodista.
– Foto: Franck Fife (AFP)
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