Roma sueña. Se sienten fuertes ante el abismo, confiados en su fútbol, mirando a la cara a su pasado reciente y también a los tiempos en que la ciudad se hizo eterna. Los rescoldos de aquel recuerdo han vuelto a prender en el Olímpico esta temporada, donde un hombre llegado desde la Galia, irreductible, como sus antecesores, intenta pelear ante el imperio del norte. He ahí el abismo. Teñido de bianconero, capaz de mostrarse impasible con el histórico arranque giallorossi, imperturbable, incluso, ante el batacazo europeo ya dominan en Italia con la gallardía de antaño. Son el campeón y el aspirante, son los dos mejores equipos del calcio, son Juventus y Roma y sus trayectorias se cruzan en el primer gran partido de 2014.
La Bruja Befana, la encargada de repartir los regalos en Italia, ha tenido a bien obsequiarnos con este encuentro el mismo 5 de enero. Buen presente para saber cuántas de las ilusiones y aspiraciones que pululan por los hogares italianos esa noche se confirman y se hacen realidad. Para ello, para conceder esos deseos trabajan Antonio Conte y Rudi Garcia, entrenadores de las dos escuadras que se juegan buena parte de sus aspiraciones en este partido. La victoria de los romanos apretaría aún más la clasificación menguando la diferencia que es hoy de cinco puntos a favor de las cebras. Pero en Turín no se alarman, juegan con el calor de su grada y con el aplomo de quien transita por un camino recorrido treintaiuna veces. En el peor de los escenarios continuarán liderando la clasificación; sofocar la rebelión supondría alejar a la Roma a ocho puntos.
No olvidan en Roma. Tampoco en Turín. Dos fechas sobresalen por encima de todas. Al 10 de mayo de 1981 se remontan los giallorossi para detallar el rencor. La Roma de Falcao, Di Bartolomei, Bruno Conti y Ancelotti peleaba por el Scudetto con la todopoderosa Juventus. A tres jornadas del final disputaban el partido trascendental en el Comunale. Los bianconeri eran líderes con un punto de ventaja y el encuentro transitaba igualado hacia el 0-0 final, algo que beneficiaba a los del norte de Italia. En ese momento, un centro de Ancelotti fue cabeceado por Pruzo. Turone, defensa central de aquella escuadra remachó llegando desde atrás a las mallas. El tanto fue anulado por un supuesto fuera de juego que solo vio el linier. El reparto de puntos dejó en ventaja a la Juve para certificar su decimonoveno campeonato en los siguientes partidos. Aquel gol anulado esfumó las posibilidades romanas de alzar su segundo Scudetto. Tanto unos como otros todavía tienen pesadillas con aquel (no) gol de Turone.
El 8 de febrero de 2004 es el día de la infamia para los bianconeri. Toda Italia recuerda la afrenta. Dedo índice a los labios, cuatro dedos que se agitan alevosamente. Y una mano que invita a los foráneos a marcharse a casa. Todo muy romanesco. El gesto lo hace Francesco Totti en la victoria por 4-0 frente a la Juve en el Olímpico. “La Roma no sabe ganar”, clamaron en Turín. “Vale, vosotros nos enseñáis a ganar, y nosotros os enseñamos a perder”, respondieron con sorna desde la Ciudad Eterna. Lo recordará bien Antonio Conte, hoy técnico de los turineses y ese día espectador privilegiado sobre el césped del baño de fútbol y gestos. Al final, ni unos ni otros consiguieron alzarse con el título. La Roma de Capello fue subcampeona y la Juventus de Lippi quedó tercera, pero ninguna imagen, ni siquiera la del Milan levantando el Scudetto, escoció tanto en Turín como aquella mano de Totti.
Entre medias, antes y después, goles, polémicas, errores arbitrales, regalos sospechosos y, sobre todo, grandes jugadores que han ido engrandeciendo una rivalidad marcada por el orgullo de ambas escuadras. En esta ocasión, además, el Scudetto vuelve a estar en juego. Es un duelo infinito, como lo catalogaba La Gazzetta dello Sport estos días.
Il Capitano está de vuelta. Totalmente recuperado de su lesión, Roma cree con más fuerza. Vital en el fulgurante inicio de los giallorossi desde su atalaya en la mediapunta, el estancamiento de su equipo llegó con su lesión. Los números no dejan lugar a dudas: con Totti sobre el campo, la Roma consiguió 24 puntos en las primeras ocho jornadas, con 22 goles a favor y solo uno en contra; sin él, los romanos disputaron siete partidos, en los que lograron 13 de 21 puntos posibles, con 7 goles a favor y 4 en contra. Estas cifras se vieron agravadas por la lesión de Gervinho, la otra punta de lanza del equipo de Rudi Garcia, aunque el costamarfileño se perdió menos partidos y durante el mes de diciembre se ha erigido como el auténtico jugador franquicia de los romanos.
La vuelta al once titular de Totti en el último partido del 2013 supuso el regreso del líder que la Roma necesitaba sobre el campo. La referencia a la que acudir cuando sus compañeros levantaban la cabeza y oteaban el horizonte en busca de apoyos para mejorar y hacer progresar la jugada. Totti, que antes de su lesión se situaba en el 4-3-3 en la posición de falso nueve, jugó ese día, frente al Catania, por delante del doble pivote (Pjanic-Bradley), más cerca de la creación que de la definición. La Roma volvió a ganar con autoridad (4-0) gracias también al buen momento de forma de Ljajic, al que le ha costado hacerse un hueco en el equipo, pero que en las últimas fechas ha sido un habitual para Garcia en detrimento de Florenzi. Su verticalidad y su movilidad constante por todo el frente de ataque han revitalizado a la Roma, han dotado de mayor protagonismo a la banda izquierda, huérfana de profundidad tras la lesión de Balzaretti, y ha supuesto un reajuste del equipo, más simétrico con Gervinho y el serbio en las bandas. El costamarfileño ha vuelto a recuperar la excelencia de inicio de temporada y de nuevo cuenta con la confianza suficiente para atreverse con todo. Quizá sus repetidos fallos ante el gol sean a día de hoy su única asignatura pendiente.
Por todo ello, el parón no ha beneficiado precisamente a la Roma, ni al propio Totti, al que la final de Turín le llega sin el ritmo competitivo necesario después de estar siete semanas de baja y disputar apenas 112 minutos en los últimos dos meses. Pero Il Capitano sabe lo que hay en juego y ya ha comenzado a jugar el partido: “La Juventus siempre tiene alguna ayudita. Involuntaria, espero”, disparó Totti en los días previos, aunque también reconoció que como equipo son mejores los de Turín y que la Roma tiene mejores individualidades. Desde la ciudad de los Saboya, Antonio Conte le ha replicado: “Son conversaciones de bar. La respuesta la daremos sobre el campo”.
Rudi Garcia busca reafirmarse en su idea, y a pesar de lo poblado del centro del campo bianconeri no tiene pensado cambiar su dibujo táctico, ese 4-3-3 que tantos réditos le ha dado. No ha buscado protegerse en ninguno de los encuentros importantes que ha disputado este año. Ante Milan e Inter, ambos en San Siro, ante el Nápoles o en el derbi de Roma frente a la Lazio, un medio defensivo y dos interiores han mantenido a flote a la Roma. En esta ocasión, el terceto formado por De Rossi, Strootman y Pjanic intentará hacerse valer ante la intensidad y mayor físico del centro del campo de la Juve. En cualquier caso tendrán mucho trabajo y es posible que De Rossi necesite más de una ayuda del interior neerlandés para barrer todo lo que sucederá por su zona. A la espalda del italiano buscará acostarse Tévez para romper el entramado defensivo romano jugando entre líneas, mientras que Pjanic y Strootman deberán ayudar ante las acometidas de Pogba, Vidal y los carrileros. Estos últimos serán los encargados de poner un ritmo alto de partido, intentando ahogar con su presión y verticalidad las salidas de los giallorossi.
No sería descartable que fuera la Roma la que dominara la pelota y la posesión, con la Juventus agazapada esperando un zarpazo de algunas de sus estrellas, cómoda ante el ritmo bajo que en la creación imprimen los de Rudi Garcia. Ya han jugado así algún partido importante los de Conte, aunque recordando el rodillo que impusieron ante el Nápoles, también en el Juventus Stadium, si se adelantan en el marcador será muy difícil pararles. De hecho, en casa lo han ganado todo, ocho partidos en la Serie A. Necesitará la Roma de toda su inspiración, de la visión de juego de Pjanic y de las incorporaciones al ataque de este y de Strootman para el disparo de media distancia o la filtración de pases a la espalda de los defensas. Especialmente sensibles son los costados de la retaguardia bianconera, donde Asamoah y Liechtsteiner no llegan siempre. Si a eso sumamos que en esas zonas se moverán Gervinho y Destro, tras sus últimas buenas actuaciones frente a Milan y Catania, ahí tendrán los visitantes sus principales opciones para llevarse el partido.
El 3-5-2 de la Juventus volverá a contar con la batuta inigualable de Andrea Pirlo, recuperado para este partido tras superar la lesión en los ligamentos de su rodilla que se produjo el pasado 1 de diciembre. El centrocampista pasó la prueba definitiva esta semana tras jugar medio partido en un amistoso organizado por Conte. Para escoltar su espalda el técnico italiano confiará en el despliegue físico de Pogba y Vidal, dos pulmones teñidos de blanco y negro para dar aire a su equipo siempre que lo necesite. El jóven francés ha seguido creciendo esta temporada, aportando cada vez más al ataque, llegando desde segunda línea para el remate o para lanzar obuses como ante el Nápoles y asumiendo unas responsabilidades que le han abierto las puertas del once titular. Quizá la faceta defensiva sea el lunar que le falte por maquillar al portentoso mediocentro. Las despreocupaciones defensivas de Pirlo, que se las verá con De Rossi en otro de los duelos del partido, obligarán a un trabajo extra tanto a Pogba y Vidal como a los carrileros Asamoah y Liechtsteiner, que tendrán que estar muy pendientes de lo que ocurre a sus espaldas. Y precisamente la Juve crece cuando ambos se incorporan, dando amplitud y nuevos caminos al ataque. Especialmente peligrosa se presenta la banda derecha, donde Maicon y Gervinho darán más de un dolor de cabeza a Asamoah y Chiellini.
La Roma, además, podrá añadir otro elemento a su centro del campo si su fútbol no carbura. En ese instante, Totti, consciente siempre de las necesidades de su equipo, se retrasará unos metros para dar fluidez y salida de balón a los suyos, lanzar a los extremos y flotar entre líneas para evitar una marca directa. Rudi Garcia ha sacado mucho jugo de esa posición del romano y con la disposición de la Juve (y la motivación extra que suponen estos partidos para Totti) amenaza con repetir ese plan. Por contra, los problemas de última hora de Barzagli, que arrastra una tendinopatía, colocan en ese flanco otro punto débil para los bianconeri, en caso de que finalmente sea Cáceres quien ocupe esa demarcación. Entre otras cosas, el uruguayo no tiene la salida del balón que caracteriza a Barzagli y Chiellini y que en muchas ocasiones supone un desahogo para superar líneas ante equipos cerrados o cuando los centrocampistas no encuentran los caminos.
Todo lo dicho anteriormente puede saltar por los aires si estos dos se asocian. Hoy día es una de las mejores parejas ofensivas del calcio. Más que por los goles empiezan a destacar por su entendimiento. Tévez suma once dianas en la liga, convertido ya en la bandera del nuevo proyecto, en el top player que necesitaban para portar la ’10’ bianconeri. Llorente ha marcado cinco goles tras un inicio titubeante, pero ya es pieza fundamental en el equipo. No solo remata, también asiste (tres asistencias en la Serie A), participa, regatea y deja goles para el recuerdo como frente al Atlanta, tras romper la cintura a su defensor. Con él, la Juventus ha ampliado sus recursos y ha cargado aún más su juego por las bandas para aprovechar a su delantero boya. Algo que sumado a la movilidad de Tévez y a las incorporaciones de los mediocentros provocan un torrente ofensivo que nadie ha conseguido parar en Italia. Llevan nueve partidos consecutivos ganando y gracias a ese ritmo endiablado han conseguido dejar en anécdota el espectacular arranque de la Roma.
Será un buen examen para ambos. Si Tévez está en vena goleadora, haciendo hat-tricks como ante el Sassuolo, apareciendo por todo el frente de ataque y llevando peligro en cada aproximación, en la Roma Benatia y Castán, sus dos centrales, se han convertido en dos auténticos muros defensivos. La Roma es el equipo menos goleado (7) de la Serie A. En el caso del marroquí, incluso, podríamos estar ante el mejor central de la competición, no solo por lo que aporta atrás si no también por los goles logrados en remates de cabeza (4). El juego aéreo puede marcar el devenir del encuentro: además del propio Llorente, las cebras cuentan con Pogba, Chiellini, Bonucci o el propio Vidal.
Apuran el panettone en Turín y Roma mirando de reojo al calcio. En juego, medio Scudetto. Con la Juve embalada y los giallorossi reencontrándose tras su fenomenal inicio. Ahora ambos se cruzan con demasiadas cuentas pendientes y con la necesidad de ganar para reafirmarse en su idea, para imponer su libreto y para dejar tocado al otro. Será la prueba definitiva para la Roma de Rudi Garcia, que llega al encuentro en el Juventus Stadium imbatida, algo que solo puede decir el Bayern de Guardiola. Y sin embargo, un zarpazo bianconeri en forma de victoria puede acabar de un plumazo con la sobresaliente temporada romana. Será difícil que Befana tenga regalos para todos. Así es el calcio en Italia, todo o nada, ganar o miseria. El Juventus-Roma no es si no una secuencia más de esta historia infinita.
* Emmanuel Ramiro es periodista.
– Fotos: Action Images – reuters
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