Messi es el sistema

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Messi es el sistema

por ISMAEL LEDESMA el 7 diciembre, 2014 • 22:42

1.- La apuesta en el once titular del Espanyol, con Sergio González dejando en el banquillo a Colotto y Héctor Moreno para que la pareja de centrales fuera la formada por Álvaro Gonzalez y Bailly, contrastaba con el equipo titular clásico del Barcelona (Iniesta aparte), cuya defensa estaba formada por los mismos cuatro jugadores de los últimos tres años. Mathieu estaba en el banquillo y Bartra en la grada.

2.- Empezó bien el Espanyol, situado en un 4-4-2 muy claro, dejando a Caicedo y Sergio García para lanzar los contraataques y situando a Víctor Sánchez en el costado derecho para tapar a Alves y Messi. Porque el argentino volvió a jugar una vez más escorado a banda. Suárez ocupaba el centro del ataque y los interiores eran Xavi y Rakitic. El capitán del Barcelona, una vez más, ocupaba el sector izquierdo, donde es menos decisivo. Pero Luis Enrique quería priorizar, como viene haciendo últimamente, las ayudas defensivas a la espalda de Alves, y por eso Rakitic fue el interior derecho.

3.- El Barcelona tenía el balón (sin peligro) y el Espanyol buscaba la transición ofensiva, cuya acción más clara llegó del modo menos inesperado. Un balón dividido en el sector izquierdo provocó la pérdida de Busquets en una acción que cada vez realiza más veces. El de Badia, que empezó siendo jugador de un toque y ninguna complicación, ahora sostiene -en ocasiones- demasiado tiempo el balón, haciendo amagos cuando puede jugar fácil al primer toque. Esto lo aprovechó el Espanyol, que le robó el esférico y habilitó un dos contra dos entre Sergio García y Caicedo con los dos centrales. Pero el exjugador del Barcelona no necesitó más. Encaró a Piqué, que en lugar de achicar retrocedió su posición, y solo tuvo que conducir y definir fácil con la izquierda.

4.- El Barcelona tenía más el balón que el dominio. Su porcentaje de posesión era altísimo, y arrinconaba al Espanyol casi en su propia área, pero gran parte de esta posesión era intrascendente, y daba la sensación, como así sucedió, de que el Espanyol podía trazar algún contraataque peligroso. El carril de Alves era siempre el atacado por el Espanyol, que tuvo un par de ocasiones, pero Claudio Bravo estuvo atento.

5.- Por suerte para el Barcelona, en su equipo juega Leo Messi. El peligro llegaba cuando el argentino realizaba una de sus conducciones fuera-dentro, Neymar hacía el desmarque hacia dentro y Jordi Alba ocupaba una y otra vez, solo, el carril izquierdo. El Espanyol, a partir del minuto 25, se hundió en un 6-2-2 con los laterales y extremos muy retrasados. Messi, al verlo, ocupó posiciones más interiores, y Xavi y Rakitic pudieron jugar con más libertad, aunque uno fue más determinante que otro.

6.- El argentino, mientras tanto, seguía haciéndolo todo. Provocó una amarilla en el minuto 29 a Salva Sevilla, lanzó la falta al palo, le dio una asistencia definitiva a Alba (pero Casilla tapó muy bien) y marcó un gran gol al filo del descanso. Xavi le asistió en la frontal del área, Messi amagó y disparó con efecto para que Casilla (que se lanzó muy bien) no llegara al balón. El ’10’ puso el empate y sus acciones individuales empezaron a dominar al desorden colectivo de su propio equipo.

7.- Un posible penalti no pitado a Neymar dio comienzo la segunda parte y despertó al brasileño, que en la siguiente acción condujo el balón desde propio campo, habilitó a Suárez (que cayó a su lado bueno, el izquierdo), que se desmarcó hacia el área y permitió que Messi pudiera recibir en el borde del área. Y ahí se detuvo el tiempo: caño y definición con la derecha. Contraataque, Neymar, Suárez y Messi. Gol. Cada vez lo veremos más.

8.- Aún estaba el público admirando la nueva genialidad de Messi cuando Rakitic sacó un córner y buscó, como siempre, a Piqué. Esta vez, el central se zafó de su defensor y remató de cabeza para poner el 3-1. Entró Iniesta por Rakitic y Xavi ocupó el lado derecho, donde participa más, es más decisivo y llegan los mejores (y más académicos) minutos del Barcelona. En un gran balón largo de Jordi Alba, Pedro recibió desde del costado derecho y definió muy bien ante la salida de Kiko Casilla.

9.- Pero, pese al 4-1, Messi aún no había dicho su última palabra. El argentino recibió, se giró, aceleró, regateó, asistió a Pedro y, tras su devolución, definió con la derecha (otra vez). El mejor zurdo del planeta juega y marca con la derecha como lo hacen pocos. Pero Messi no es solo calidad. Es inteligencia. Supo interpretar cómo estaba desarrollándose el partido y en qué zonas podía hacer daño al Espanyol. Además, colaboró en la presión tras pérdida.

y 10.- El ’10’ es final, pero también principio. Inicia las jugadas, organiza al equipo, asiste y marca. Ante la falta de claridad en el plan de juego propuesto por Luis Enrique, Messi sigue dando puntos a su equipo, necesarios a la espera de que el técnico asturiano encuentre la partitura idónea para dirigir la orquesta de la que dispone. Mientras, Messi sigue haciendo historia con actuaciones difíciles de imaginar en un deportista, por su trascendencia estadística, moral y futbolística. A la espera de dar con la tecla colectiva, Messi es el sistema.