"Se llama genio a la capacidad de obtener la victoria cambiando y adaptándose al enemigo". Sun Tzu
Baloncesto / Baloncesto femenino
El baloncesto femenino español certificó ayer la evolución que lleva a nivel de clubes en los últimos años. Varios equipos de nuestro país habían disputado finales continentales, e incluso se habían proclamado campeones (la última ocasión ir más lejos fue la pasada temporada, con Perfumerías Avenida). Sin embargo, lo que nunca se había visto en los 53 años de Euroliga femenina era a dos conjuntos españoles luchando por el título en la final de la competición, acontecimiento que se vivió ayer en Estambul, ciudad que acogió la Final Eight.
Nuevo formato de competición
Al igual que en su homóloga masculina, la Euroliga femenina se decidía hasta la pasada temporada en una Final Four. Sin embargo, este año el máximo organismo del baloncesto continental, Fiba Europe, decidió que el título se decidiera en una Final Eight, disputada en Estambul. Los ocho equipos participantes se dividieron en dos grupos, y los campeones de cada uno de ellos se enfrentaron en la final.
A esta Final Eight tuvieron opciones de llegar los tres equipos españoles que tomaron parte en la Euroliga 2012, ya que en los octavos de final se vivió un pleno español. Sin embargo, contra todo pronóstico, las italianas del Famila Schio apartaban de la lucha por reeditar su título a Perfumerías Avenida, que afrontó la eliminatoria en el peor momento posible de la temporada, con varias de sus jugadoras enfermas. Quienes no fallaron, asegurándose su presencia en Estambul fueron Ros Casares y Rivas Ecópolis. Las valencianas no tuvieron excesivos problemas para superar a Polkowice (ganaron por la vía rápida, superando en los dos partidos por más de 20 puntos al equipo polaco), mientras que las ripenses sufrieron ante un clásico de la competición, Bourges, haciendo valer el factor cancha para ganar en el tercer partido.
Ros, a la final cuanto antes
Después de varias temporadas rozando el título, la Euroliga se había convertido casi en una obsesión para el Ros Casares. Por ello, después de ser cuartos en Ekaterimburgo el pasado año, cayendo en semifinales ante su máximo rival (Perfumerías Avenida), reforzaron aún más el equipo con jugadoras de la talla de Maya Moore (número 1 del draft de la WNBA), Lauren Jackson (para muchos, la mejor ala-pívot del mundo), Ann Wauters (objeto de deseo del conjunto ché desde hace varias temporadas), así como Sancho Lyttle y Silvia Domínguez (procedentes ambas del equipo salmantino). En la fase de grupos demostró su favoritismo superando a Ekaterimburgo y Galatasaray en la clasificación y cediendo únicamente dos partidos (algo que no sirvió para que su entrenadora, Natalia Hejkova, mantuviera su puesto, siendo destituida tras vencer a Lotos Gdnya).
Sin embargo, el potencial había que demostrarlo en el tramo definitivo de la competición, la Final Eight, y en Estambul las valencianas, dirigidas ya por Roberto Íñiguez, corroboraron su favoritismo con un pleno en los grupos de semifinales. En primer lugar, las jugadoras del Ros Casares se impusieron a Ekaterimburgo con suficiencia, dejando a un posible finalista en menos de 50 puntos (62-49). Al día siguiente, su rival era el Spartak, el cual les había dejado sin título en dos finales (en 2007 y 2010), y que en esta ocasión buscaba apartarle de la final, peleando de esta forma por su sexta presencia consecutiva en el último partido de la Euroliga. El equipo moscovita lo tuvo en sus manos, aprovechando una mala primera mitad del Ros, llegando al descanso con una ventaja de seis puntos. Sin embargo, las de Íñiguez despertaron y a falta de un partido, certificaron su presencia en la final tras ganar 66-77.
Para acabar con la fase de grupos, ya sin nada en juego superaron fácilmente al Wisla de Cracovia (90-61), equipo dirigido por el seleccionador de España, José Ignacio Hernández. También en un partido intrascendente en la lucha por el título, Ekaterimburgo lograba al fin superar a Spartak en una Final Four, aunque únicamente le sirvió al conjunto ruso para luchar por quinta vez consecutiva por la tercera posición final, algo que consiguió al ganar a Fenerbahce en el partido por el bronce.
Rivas da la sorpresa
Pese a que llegaban a la Final Eight como una de las cenicientas, Rivas Ecópolis daba la sorpresa ante uno de los anfitriones en el primer partido, y presentaba su candidatura al título. Las ripenses superaban a Galatasaray (75-68) y a una de las mejores jugadoras del mundo, Diana Taurasi, cuyo sueldo es muy similar al presupuesto total de las madrileñas. En el segundo encuentro, las de Miguel Méndez vencieron a Famila Schio (65-58), dispuestas a aprovechar la oportunidad que se les había presentado tras el primer partido.
El derbi de Estambul, ganado por Fenerbahce a Galatasaray, además de dejar unas imágenes vergonzosas, con peleas entre los hinchas radicales de ambos equipos y el lanzamiento de petardos y bengalas tanto a la cancha como a la zona de prensa, acotaba la lucha por la final al encuentro de la última jornada entre turcas y Rivas. En dicho partido, las ripenses tuvieron en su mano sentenciar el partido (llegaron a contar con 14 puntos de renta), pero acabaron jugándoselo en los últimos instantes, donde una penetración de Anna Cruz a diez segundos del bocinazo final certificaba la gesta del Rivas Ecópolis y la primera final española de la historia.
La final española
El histórico encuentro entre Rivas y Ros no decepcionó, y aunque las valencianas hicieron patente su superioridad, sufrieron para superar a su rival, llegando a rememorar los fantasmas de la Copa de la Reina de la pasada temporada, en la que el conjunto ripense sumó su primer título. Dirigidas por una excelente Elisa Aguilar, y con Ashja Jones (nombrada MVP de la Final Eight) como referente ofensivo, Rivas Ecópolis se mantuvo por delante en el marcador hasta los últimos minutos del tercer cuarto. Sin embargo, hasta ahí llegó la gasolina del conjunto ripense, que recibió un parcial de 4-18 en los últimos trece minutos, desistiendo ante el mayor fondo de armario del Ros Casares.
Gracias a esta victoria, las valencianas consiguieron al fin repetir la gesta de su predecesor, Dorna Godella, campeón de la Euroliga en 1992 y 1993, después de muchos años luchando por el título continental. Aún así, Rivas Ecópolis tendrá bien pronto la opción de vengarse, ya que esta misma semana comienzan los play-off por el título de Liga, donde chés y ripenses se enfrentarán en semifinales.
El buen momento del baloncesto femenino español
La final española pone de manifiesto el crecimiento que ha logrado el baloncesto femenino de nuestro país en los últimos años. Estos éxitos también se traducen en la selección, la cual se ha instalado en la élite, tanto continental, como mundial. No en vano, en el último Mundial, celebrado en 2010 en República Checa, la selección dirigida por José Ignacio Hernández consiguió el mejor resultado de su historia, una medalla de bronce.
Sin embargo, este éxito contrasta con el pasado Europeo, en el que una mala segunda fase, con derrotas ante Francia y Croacia, dejaba a las nuestras fuera de los cuartos de final, y lo que es peor, de los Juegos Olímpicos que se disputan este verano en Londres. Aún así, el camino que debe seguir el baloncesto femenino español está marcado, ya que antes del traspié en Polonia, la selección acumulaba cinco podios, destacando la segunda plaza en Italia 2007. Además, la cantera parece asegurada, ya que el pasado verano tanto las selecciones Sub-20 como Sub-16 lograron el oro continental, mientras que las Sub-19 fueron segundas del Mundo y las Sub-18 terceras de Europa.
* Ricardo Alonso-Bartol es periodista. En Twitter: @ralonsobartol
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