Azkargorta o el tratado del inútil combate

por MARTI PERARNAU el 12 enero, 2012 • 11:49

En 1983, Xabier Azkargorta tomó posesión del banquillo del RCD Espanyol. Sólo tenía 29 años, lo que le convirtió en el entrenador más joven en dirigir un equipo de Primera. Aquella década de los 80 también fue turbulenta. Para la sociedad y para el fútbol. En octubre de 1984, la redacción de deportes de El Correo Catalán (Abert del Diestro, Albert Riudeubàs y yo mismo) decidimos entrevistar en profundidad a Xabier. De aquella charla salieron dos dobles páginas en el periódico, que ahora resumo como homenaje a este sabio del fútbol que nos abandona por un tiempo, destino a su querida Bolivia. Una advertencia: hay que leerla con ojos de 1984, cuando una victoria en Liga valía dos puntos y el fuera de juego era distinto al que conocemos hoy. En definitiva, hay que recordar el contexto de hace 28 años.

Ilustración: Josep Mª Serra

Barcelona, 1984.

Decía Desmond Morris que “mientras la raza humana pueda preocuparse por algo más que la mera supervivencia, la tribu del fútbol perdurará”. Lo que no acertaba a pronosticar el célebre autor de “El mono desnudo” era la terrible crisis que atravesaría el balompié, coincidente con el inicio de la década de los años 80. Para Xabier Azkargorta, auténtico antropólogo del banquillo, la evolución del fútbol tiene raíces conocidas y tangibles, al igual que la crisis de juego posee soluciones evidentes.

Durante horas conversamos con Azkargorta sobre lo divino y lo humano del fútbol y, como el agua que fluye, de su boca surgieron multitud de inspiradas ideas, arrolladoras en su fondo, imperfectas en su forma, que nosotros simplemente reunimos en el siguiente compendio. A partir de aquí dejamos en solitario a este vasco de raíces profundas, que expone su tratado balompédico. En él se combinan utopía y pragmatismo. ¿Será un “tratado del inútil combate”? Quizás, pero también Galileo, personaje admirado por Azkargorta, se topó con la general incomprensión y sus ilusiones fueron vanas mientras vivió. Así, pues, callemos ya y dejemos hablar al tratadista.

* “La preparación física ha revolucionado las tácticas futbolísticas y la propia técnica de los jugadores. Antes, un extremo cogía un balón y tenía diez metros vacíos a la redonda para maniobrar y podía permitirse el lujo de hacer una carrera de treinta metros salvando sólo un obstáculo. ¿Por qué era así? Pues porque como la preparación física era limitada, cada jugador guardaba mucho más una zona determinada y no salía de ahí. La evolución actual de la preparación física ha hecho que los jugadores lleguen más veces a más zonas; eso permite una acumulación de futbolistas y provoca que la actual técnica sea mucho menos depurada que antes, aunque a la vez mucho más veloz en su ejecución, dado que ha de maniobrar en un espacio exageradamente más pequeño y rodeado por muchos más contrarios”.

* “Tácticamente, sucede lo mismo. Hoy en día se juega un fútbol de patio de colegio, pero ordenado. Y el equipo que gana es aquel que más veces consigue meter más número de hombres en los espacios útiles de juego. Insisto: lo que ha revolucionado las tácticas en el fútbol ha sido la preparación física. Y eso que actualmente se exige una mejor técnica individual porque antes, al no estar rodeado de rivales, aunque parases un balón y se te escapara un metro, no lo perdías. Pero hoy, si se te va el balón un metro, al estar rodeado por media docena de contrincantes, seguro que lo pierdes”.

* “Hoy en día se falla mucho más en el pase. ¿Por qué? Los espacios son infinitamente más reducidos y hay que tener una mayor precisión para pasar un balón en profundidad. Antes, para hacerlo tenías una autopista: ahora, apenas tienes un sendero. Por eso se falla mucho más. Por la acumulación de gente. Hoy en día, inicias un ataque y todo el mundo ataca. Defiendes y todo el equipo defiende. Y es así porque hay capacidad física para poder estar todo el partido arriba y abajo. Por eso me hacía mucha gracia cuando se hablaba del ‘fútbol total’ de Holanda. ¿Por qué practicaba Holanda el fútbol total? Porque tenía once atletas de tomo y lomo. Dile en aquel momento a cualquier equipo español que intentara hacer lo que Holanda. Resulta que era imposible a causa de la limitación física”.

* “Sin embargo, ahora se empieza a trabajar mejor físicamente y ya hay gente aquí con capacidad para practicar este tipo de fútbol. ¿Que lo de antes era más bonito? Pues no lo sé: depende del espectador y del concepto que tenga del espectáculo. La Eurocopa lo ha demostrado. Por eso me río cuando algunos periodistas me hablan del 4-4-2 y del 4-3-3… Yo digo: quiero que en mi equipo ataquen todos cuando tengamos el balón; y que defiendan todos cuando no lo tengamos. Y aunque parezca un tópico, sucede que es así. Eso de tener dos hombres en punta… pues no. Cuando no tengo el balón, no quiero a ningún hombre en punta; y cuando lo tengo, quiero a siete. En la Eurocopa, todos los equipos han jugado con un solo hombre en punta como máximo. Francia te ponía a Lacombe pegándose tortas delante y a Platini, Giresse, Tigana, Fernandez y compañía detrás. ¿Pero qué pasaba? Robaban un balón y, de repente, todos arriba. Lo perdían, pues todos a defender”.

* “El fútbol vive su evolución de la mano de la preparación física, que teóricamente acabará matando el llamado ‘espectáculo’ del fútbol… Lo que sucede es que es necesario cambiar el concepto de espectáculo que posee el fútbol. Si hoy en día, Gento quisiera hacer una de sus galopadas de antaño, tendría que ir apartando a la gente con las manos. Antes, en cambio, le salía el lateral de turno, Gento echaba el balón hacia delante, corría y ya se había plantado en el primer palo. Para mí, el único jugador de antes que sería capaz de adaptarse al fútbol de ahora sería Di Stéfano, que ya entonces organizó la revolución: subía, bajaba, armaba el taco en todas las zonas… De ahí también la trascendencia de los conocimientos de preparación física que han de tener los entrenadores. Creo que eso es tan básico que los equipos no deberían tener preparador físico… porque el entrenador debería saber suficiente en esta materia”.

* “Habría que meter mano en el reglamento con urgencia. Lo necesita. Existe como una especie de chauvinismo entre los dirigentes y los árbitros, que sentencian así: ‘El reglamento del fútbol es perfecto. Lo abarca todo’. ¡Narices! Y, para colmo, cuando hay una duda sacan aquello del ‘criterio arbitral’. A mi entender deberían realizarse una serie de variaciones fundamentales en el reglamento del fútbol. De entrada, el fuera de juego. No digo abolirlo, pero sí limitarlo. Estamos quejándonos porque hay excesiva acumulación de hombres en unas determinadas zonas y resulta que, encima, se estimula el fuera de juego, lo que equivale a acotar aún más el terreno útil. Si llevásemos el tema al absurdo resultaría que dos equipos que practican la táctica del fuera de juego estarían todo el partido encima de la línea del centro del campo… y los que quedarían hechos unos zorros serían los dos porteros, que continuamente saldrían del área”.

* “Hay que readaptar las reglas del fútbol. Dar facilidades para que entren jugadores en las zonas que normalmente no están ocupadas. O sea, reducir y limitar el fuera de juego. Hay que cambiar el concepto del espectáculo: yo no estoy de acuerdo en eso de que el gol es el summum del fútbol. Puede serlo, pero prefiero una jugada bonita, con disparo al palo, que un gol metido con la espalda en un rebote durante un follón dentro del área”.

* “Habría que variar también el sistema de puntuación e imitar a los ingleses. Si tú les das tres puntos al partido ganado y uno solo al empatado, los equipos se lo pensarían mucho a la hora de plantear un encuentro, porque ganando dos partidos seguidos sumas 6 puntos y, si los empatas, sólo dos”.

* “En realidad, las reglas de ahora favorecen enormemente los defectos y deficiencias que ya existen y eso hay que cambiarlo. ¿Quién debe hacerlo? Pues quien tiene la autoridad. Decía Tierno Galván que la autoridad es la suma de poder y respeto. Por eso, tú puedes ser respetado por tus ideas, pero si no tienes poder, no consigues nada. Si voy a la Federación y les explico todas estas teorías, como no tengo poder no me harán caso. Mientras los que estén arriba sigan con esas estructuras caducas, ¿qué podemos hacer? Y eso que el baloncesto nos da lecciones de este tipo como, por ejemplo, la personal intencionada. Para mí, cuando un futbolista se escapa en solitario desde medio campo y le viene un defensa y le derriba, esa jugada, aunque tenga lugar a cuatro metros del área, esa jugada hay que castigarla con penalty. Porque ese hombre va cara a gol y tiene posibilidades de hacer gol: penalty. Ni límite de área, ni gaitas: penalty. Intención de obstruir una jugada de gol con claridad: penalty”.

* “Sin ánimo de meterme con ella, creo también que la clase arbitral tiene muchísima culpa de que haya pocos goles porque el criterio que se aplica a la hora de valorar la falta de un defensa o la de un delantero varía como del cero al diez. Yo tengo una frase que suelo decir en el banquillo cuando a un delantero mío le pitan una falta en el área por una ligera carga a un defensa contrario: ¿Si hace lo mismo el defensa, habría señalado penalty el árbitro…?”

* “En el 80% de los saques de esquina que se lanzan, los árbitros señalan falta del delantero. Y, sin embargo, los defensas hacen tres veces más faltas que los atacantes. ¡Pues vaya criterio! Luego dicen que no hay goles, pero es que para señalar un penalty al delantero hay que dejarlo cojo o sangrando o con la pierna colgando. En cambio, en cuanto el delantero acosa mínimamente al defensa, falta. Empezaron por quitar lo de la carga al portero. Lo quitaron y cada vez hay menos goles. Pero es que esa ley no sólo la aplican con los porteros, sino también con los defensas: un delantero se inclina un poco hacia delante en un córner… seguro que pitan falta. El defensa, sin embargo, te puede tirar de los pelos, pegarte un codazo, bajarte los pantalones… Si el criterio arbitral fuese el mismo para defensas y delanteros, en cada partido habría siete penalties y perderían esa trascendencia exagerada que tienen ahora. Serían como una falta personal en básket. O, si no, que no castiguen ni a uno ni a otro y démosle al delantero la oportunidad de pelear con hombros y codos. Seguro que así habría más goles”.

* “Nosotros hacemos una jugada estudiada en el Español, la del fuera de banda largo sobre el área. Pues bien, de cada 10 que hacemos, en 6 le pitan falta a nuestro delantero que intenta cabecear hacia atrás. es entonces cuando yo me pregunto lo de si habría pitado penalty en caso de que esa falta -un roce- la hubiese hecho el defensa…”.

* “Habría que realizar una adaptación clara en el reglamento, en el sentido de favorecer el gol. Ejemplos: penalty si derriban a un jugador escapado en solitario, aunque no esté en el área; línea que delimitase una penalización del tipo ‘campo atrás’; línea de 22 metros, al estilo del rugby, para faltas intencionadas; en aquella jugada en que portero y defensas, para perder tiempo, cometen una irregularidad en su área y deben repetir la operación, sancionada con libre indirecto contra ellos; línea de 25 metros para que cuando el portero saque de puerta, nadie de su equipo pueda encontrarse más cerca de esa raya de 25 metros; córner corto, cuando el balón sale fuera, pero por dentro del área, que se sacaría desde la intersección del área con la línea de fondo; supresión de las barreras en las faltas próximas al área… En fin, una variedad de posibles adaptaciones del reglamento que servirían para estimular al delantero, frenar el halo intocable de los defensas, elevar el número de goles, evitar tantas interrupciones y pérdidas de tiempo. Y supondría un desafío para los entrenadores, que ya va siendo hora que pasen un reciclaje”.

* “El básket está mostrando el camino. ¡Sus dirigentes piensan! Cuando ves que con dos gigantes de 2,30 m. de estatura el juego pierde interés, meditan y se inventan la canasta de 3 puntos para estimular al lanzador habilidoso. Yo no digo que mis propuestas u otras sean implantadas ya. Sólo pido que se estudien. Que alguna autoridad las estudie”.

* “Uno de los canales para conseguir todo esto sería el de los técnicos, pero la verdad es que el colectivo de entrenadores es algo que deberíamos cambiar ya. Pero resulta que el pensamiento del colectivo de entrenadores es un fiel reflejo de la estructura del fútbol, que está tan mal montada que hace que el puesto de entrenador sea el más inestable, cuando debería ser el más seguro. Por eso, a mí no me importaría iniciar ese movimiento de cambio, pero antes deberían variar las estructuras por completo. Porque si no se hace así, podríamos reunirnos en Madrid todos los técnicos para sentar unas bases y unos criterios, pero si tres o cuatro, por la espalda, intrigasen sobre los equipos que van mal… entonces no serviría para nada. Por eso digo que antes de hacer un cambio de criterios hay que cambiar la estructura del fútbol y convertir el puesto de entrenador en el más seguro y no en el más inestable”.