"Lo que equilibra a un equipo es la pelota. Pierde muchas y serás un equipo desequilibrado". Johan Cruyff
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No le temblaron las piernas cuando Marcelo Bielsa decidió alinearlo en Haifa para la disputa de un partido de Europa League. Aquel día lució el número 38 a la espalda. Hoy, a sus 21 años de edad, luce el número 4 y se ha convertido en el líder de la defensa vasca. Una progresión espectacular que le ha situado en el punto de mira de equipos como el Barça.
Desmenuzamos al joven jugador francés en cinco puntos:
Su porcentaje de pases totales en partido y de pases completados presenta un muy buen balance teniendo en cuenta el marco del propio equipo. Además, hay un aspecto muy importante: el concepto de dividir. Este concepto futbolístico consiste en tratar de provocar la presión del rival a una distancia relativamente cercana para inmediatamente después realizar el pase. De esta manera liberas la presión de un rival y, en consecuencia, la marca de un compañero. En resumen, tu provocación en la salida abre una o más líneas de pase.
Debe pulir la temporización. En futbol entendemos como temporización retroceder defensivamente con el rival, haciéndole dudar y disminuir el ritmo con el objetivo final de que lleguen las ayudas de los compañeros. Creo que tiene que aplicarla más y hacerla más ágil.
Volviendo a la comparación con los centrales de referencia en Europa, tiene un alcance de juego largo muy parecido al de Piqué, el más aventajado en ese apartado del juego.
Aunque la magia del futbol es precisamente que el futuro es impredecible, a mi modo de ver Aymeric Laporte encajaría muy bien en la defensa blaugrana porque reúne gran parte de las fortalezas que el equipo azulgrana busca desde hace años en su defensa:
Tiene que mejorar varios aspectos de juego, como la gestión de los espacios a su espalda. Tiene que intentar mejorar sus vueltas y evitar que los rivales puedan encararlo con espacios. En ocasiones se pasa de definitivo en los cortes defensivos. Ello provoca que sea superado sin opción de recuperar posición cuando el rival le gana la partida. Tiene que aprender a identificar cuándo le da ventaja la jugada y cuándo no.
Con todo, solo el futuro sabe lo que tiene reservado para este central francés, aunque es incuestionable que ha conseguido algo al alcance de muy pocos: que los grande se peleen por él. Aymeric Laporte tiene al futbol entregado a su tranquilo y elegante talento.
* Álex Delmàs es exfutbolista y analista.
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