1.- Gana el Barça la Liga de un modo aplastante, igualando el récord histórico de puntos, batiendo su plusmarca goleadora, sufriendo apenas dos derrotas en todo el torneo y alejando al subcampeón a la distancia de 15 puntos, un mundo. Al mismo tiempo, despide a un futbolista que será histórico, Éric Abidal, en quien confluyen virtudes innumerables que le convierten en un símbolo transversal y de larga duración. Le despide en las dos acepciones del término.
2.- Un Málaga reblandecido y gomoso, como esos panes de máquina actuales, ha sido el saco de todos los golpes para un Barça fresco y chisposo, el de sus mejores días en este campeonato que empezó como un trueno y amarró en invierno. Nada que ver con ese conjunto que palideció en los partidos grandes de marzo y abril, mostrándose agotado mentalmente, cansino y yermo.
3.- Ya al tercer minuto, Pedro le hizo un “Marcelo” a Eliseu: le ganó la espalda a un lateral petrificado y por ahí empezó la debacle de una defensa, la malacitana, que parece haberse quedado clavada en aquel fatídico último minuto de Dortmund. Luego Cesc Fàbregas quebró la cadera de Lugano y, de una tacada, la de Weligton para lograr uno de sus mejores goles del año. Y sin dilación, el Montoyazo, raso, seco y duro. Lo que le detuvo el larguero ante el Madrid en Liga, hoy ha ido bien adentro.
4.- Tres tantos en un cuarto de hora y directos al rondo. Con Busquets en una de sus grandes exhibiciones y los cuatro medios en rombo, Cesc en el extremo superior, Xavi e Iniesta en los costados. Y mucho equilibrio en los laterales pues Montoya, por perfil, conserva la posición y permite girar el equipo más a la izquierda merced a las subidas de Jordi Alba. En esa alternancia de los laterales, el Barça se mostró más seguro atrás, más pausado en medio y más fiable arriba, si bien el rival estaba noqueado muy pronto.
5.- El cuarto gol, ya en el segundo tiempo, fue otra delicia de Iniesta, culminando de disparo enroscado un movimiento de banda a banda que concluyó con la cintura de Lugano nuevamente en trofeo de caza. Sirvió ese gol para acelerar a un Málaga adormecido que, de la mano de Pedro Morales, pasó al asalto de Pinto, excelente como acostumbra, con una buena exhibición de manos y reflejos, similar a la de Mascherano en los tackles. Una gran volea de Morales ha cerrado, de manera práctica, el partido.
6.- Luego ha llegado la parte emotiva: Abidal al campo para sus últimos 15 minutos como barcelonista, mientras Villa también recibía la ovación por los años vividos y Valdés se mantenía en el banquillo, en una decisión que parece ir bastante más allá del ámbito deportivo. El final del partido ha visto incluso una de las subidas meteóricas de Abidal, como reivindicando que aún tiene un porvenir como jugador, mientras se iba una Liga espléndida en resultados para el equipo de Tito Vilanova.
y 7.- Más tarde, y después de que el Camp Nou le ovacionara con la emoción incrustada en la piel colectiva del estadio, y se escucharan los primeros pitos hacia una directiva que ha cambiado valor por precio, el propio Abidal ha reconocido que hizo muchas preguntas en los últimos meses pero obtuvo “cero respuestas”. Se va un futbolista que ha trascendido en símbolo y a quien no le faltarán ofertas de primera categoría para seguir jugando.
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