1.- Los derbis entre Madrid y Atlético recuerdan a Bill Murray cruzándose día sí y día también con el mismo chico, la misma calle e idéntica canción para despertarse. Es un cromo repetido, un partido en bucle. Da igual cómo se desarrolle porque el final siempre es el mismo: gana el Madrid.
2.- Y debe ser especialmente hiriente en esta ocasión para los atléticos. Les ganaron los suplentes, con Nacho y Morata (un exrecogepelotas rojiblanco), dando impresión de nulo peligro y marcando dos veces de las tres que pisaron el área. Perder contra este Madrid merece un análisis que puede tornar en depresión.
3.- El Atlético se convierte en el rival perfecto para alentar la remontada madridista del martes e infunde algo de moral al maltrecho ánimo blanco. No obstante, Mourinho no debe engañarse puesto que su única razón para ser optimista es el rival que tuvo hoy enfrente. Es cierto que los titulares descansaron, de no ser así el Dortmund tendría medio billete para Wembley.
4.- La película del Calderón contó con todos y cada uno de los elementos de cada derbi, también en lo arbitral. Pérez Lasa prefirió no intervenir cuando Essien arrolló a Falcao en el área (con fuera de juego previo) y dejó hacer, uno más, a Mourinho en la banda. Me pregunto qué pensaran todos y cada uno de los entrenadores (especialmente españoles) que han sido expulsados este año por nada cuando ven al portugués protestar cualquier acción contraria a sus intereses.
5.- De fútbol hasta el momento casi ni una línea, realmente hay poco de lo que escribir. El partido fue de ínfima calidad. Ninguno merece el aprobado, la diferencia es que el Atlético puso lo mejor que tenía y el Madrid, con perdón, a lo peor que tenía. Esta frase resume la impotencia de un conjunto rojiblanco que se somete al dominio y la tiranía madridista casi para los restos.
6.- En el Atlético nada ni nadie es igual cuando ve el escudo del Madrid en el campo. Todos ofrecen su peor versión, algunos hasta una jamás vista. Ni el estadio parece animar, ni Simeone creer; Courtois tarda más en reaccionar, Miranda pasa de infalible a inseguro, Filipe sube menos, Juanfran ni sube… En definitiva, éste es el miedo escénico que los merengues confían encontrar en el Dortmund.
7.- A los madridistas les valió con estar ordenados y dejar que el Atlético se suicidara. Es lo habitual. Realmente no mereció ganar, pero qué importancia tiene merecerlo cuando ganas siempre. Parecía que eran conscientes de que llegaría su momento (siempre pasa). El primer gol no hizo falta ni empujarlo porque para eso estaba Juanfran. El segundo se lo fabrica Di María con un gran tiro cruzado. ¿Para qué más? No hacía falta.
8.- El Fideo dedicó el gol a su recién nacido bebé. Será clave en el intento de remontada champions. Su dinámica y desborde alterna momentos brillantes con instantes de locura, pero es un tipo de juego que necesita el Madrid para agitar el Bernabéu. Por otro lado, y me parece más importante aún, permitirá a Özil jugar donde debe. Ver al alemán en la banda derecha es un sacrilegio que Mourinho no puede repetir.
9.- Muchos amigos madridistas me cuentan su frustración con Kaká. Empiezan cada partido pensando que puede ser el de su reencuentro consigo mismo y lo acaban topándose con la realidad. En el Calderón no ocurrió nada diferente. El brillantísimo y genial jugador brasileño se fue hace bastante tiempo y tiene pinta de no volver.
10.- Simeone no estuvo afortunado en la interpretación del partido. Su apuesta por Raúl García no le pudo salir peor y tardó demasiado en rectificar. El navarro ni siquiera llegó a la media del pobre nivel ofrecido por sus compañeros. Adrián y el Cebolla entraron demasiado tarde y además con dos minutos entre sí, lo que hace preguntarse por qué no lo hicieron juntos. Y mientras nadie creaba nada, el joven Óliver Torres tendrá que esperar a otro derbi. Imposible que al chaval le pasara por encima el partido tan pobre y descafeinado que se dio.
11.- Se hace muy difícil en este punto pensar que el final de la maldición blanca llegará el día 17 de mayo. La diferencia entre los dos equipos es amplísima y además se une la seguridad que otorga la sensación de sentirte superior. Quizá por ahí pueda radicar alguna esperanza atlética: que el Madrid se sienta demasiado mejor. Por otro lado, la historia del Atlético es capaz de explicar cosas que la razón no entiende.
y 12.- Los de Mourinho tienen ahora otra guerra: se juegan la temporada en noventa minutos. A la afición blanca no le valdrá un título de Copa del Rey con doble fracaso en liga y Champions. El espíritu de Juanito, la fe, el miedo escénico del Bernabéu, todos esos factores no futbolísticos son los que deben sujetar las esperanzas de remontada, porque si toca hablar de juego no hay argumentos a los que agarrarse.
* Alberto Pérez es periodista.
– Foto: Ángel Gutiérrez (Atlético de Madrid)
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