"El modelo de juego es tan fuerte como el más débil de sus eslabones". Fran Cervera
Crónicas 2015-2016 / España / Liga BBVA 2015-2016 / Fútbol
1.- Más allá de las expectativas que de por sí siempre suscita un Sevilla-Barça, las circunstancias en que se encuentran los dos equipos hacían que el partido fuera especialmente interesante desde un punto de vista de análisis futbolístico. Después de un gran final de temporada pasada culminado con la conquista de la Europa League, y de un arranque de la presente en la que pusieron en grandes aprietos al Barcelona en la final de la Supercopa de Europa, las últimas semanas de los de Emery no podían calificarse más que como decepcionantes: solo dos victorias (una en liga y otra en Champions) por cuatro derrotas y dos empates. Y lo que es peor, cierta sensación de zozobra y de que los planteamientos del técnico no se ajustan a lo que le ofrece la plantilla.
2.- Por lo que respecta al Barcelona, el juego irregular mostrado en los primeros partidos del curso puede explicarse en parte por la plaga de lesiones que está asolando la plantilla y que ha afectado piezas clave en el juego que el equipo desarrolló la temporada pasada. Las más recientes de Iniesta, y sobretodo la de Messi, hacen que intentar replicar los mecanismos que llevaron a los azulgrana a la consecución del triplete sea simplemente imposible, por lo que había gran interés en descubrir qué sistema plantearía Luis Enrique y qué piezas tendrían cabida en él.
3.- La alineación de Emery priorizaba el músculo, apostando en ataque por las zancadas de Vitolo y la velocidad de Gameiro. Por lo que respecta al Barça, a pesar de presentarse en un teórico 4-3-3, de facto el dibujo variaba según la fase del juego: 4-4-2 con Munir de cuarto centrocampista en defensa; en transición ofensiva, un 4-3-3 que mutaba rápidamente a 4-3-1-2 cuando Neymar se desplazaba hacia el centro para hacer de enganche tras Suárez y Munir; y las pocas veces que el equipo conseguía asentarse en campo contrario, acababa haciéndolo en 3-5-2 con Mascherano cerrando de tercer central entre Piqué y Mathieu.
4.- La primera parte fue un correcalles en el cual ninguno de los dos equipos era capaz de asentarse en campo contrario, pero donde el Barcelona conseguía llegar con mayor claridad. A pesar de eso, y como viene siendo habitual en lo que va de temporada, los azulgrana volvieron a pecar de falta de puntería: una falta de Neymar al palo, el rechace que se pasea por la línea de gol para que Suárez acabe mandándola al palo contrario, otro remate al larguero del uruguayo y un par más de ocasiones claras también desaprovechadas explican por qué se llegó con 0-0 al descanso. Los primeros 45 minutos del charrúa fueron tan buenos por sus movimientos sin balón como decepcionantes con él.
5.- La arrancada del segundo tiempo cambió totalmente el partido. Un Sevilla más agresivo y sobretodo más acertado se ponía 2-0 con dos zarpazos en los minutos 51 y 57. En el primero, una salida de balón precipitada provocaba que el Barcelona perdiera el esférico por banda izquierda, Gameiro superaba por velocidad a Alba y a un Mathieu condicionado por la amarilla que ya llevaba a cuestas, cruzaba desde la línea de fondo y Krohn-Dehli remataba solo en el segundo palo. El danés y el francés volvían a protagonizar el segundo, el primero centrando desde la frontal, y el segundo dejando que Iborra le ganara la espalda para peinar fuera del alcance de Bravo.
6.- Los dos goles le hicieron tan bien al Sevilla en el marcador como mal en el juego. El equipo se echó atrás y así dejó que el Barça consiguiera por dejadez sevillista lo que no había podido hacer hasta el momento por juego propio: asentarse en campo rival y asediar la portería contraria. Para este nuevo escenario Luis Enrique sentó a Mathieu, recolocó a Mascherano de central y a Busquets de pivote, movió Sergi Roberto al interior izquierdo, y dio entrada a Alves en el lateral derecho. Por su parte, Emery cambió a Iborra y Gameiro por Reyes y Llorente, movimientos que todavía restaron más posibilidades a los contrataque locales.
7.- Desde ese momento hasta el final se sucedieron las llegadas con peligro del Barça, casi siempre a partir de las intervenciones de un Neymar que asumió los galones que se le reclamaban. Fuera rematando, asistiendo, o iniciando la jugada, el brasileño estuvo presente en todas las ocasiones azulgrana. Pero a pesar del asedio (11 tiros fuera, 4 al palo y 14 a puerta), el Barcelona solo pudo batir a un crecido Rico desde el punto de penalti, dejándose los 3 puntos por segunda salida consecutiva. Nada mejor que el remate al palo de Sandro para ejemplificar hasta qué punto los culés están negados de cara a puerta.
8.- El Sevilla puede darse por muy satisfecho por una victoria conseguida a pesar de empezar aceptando el intercambio de golpes contra un equipo con Neymar y Suárez en sus filas, y de terminar echándose atrás y permitiendo el asedio rival. Dos apuestas que parecían perdedoras a priori, pero que terminaron resultando. Emery consiguió derrotar al Barcelona por primera vez en su carrera como técnico en primera división en uno de los partidos peor planteados por su parte.
y 9.- Por lo que respecta al Barcelona, su partido no fue malo si aceptamos la renuncia al control del juego, pero por segunda vez esta temporada terminó derrotado por ser peor en las áreas que equipos teóricamente muy inferiores en ese aspecto del juego. Veremos en los próximos partidos si Luis Enrique mantiene su apuesta confiando en que cambie la suerte en la pegada, o si por el contrario introduce modificaciones que faciliten conseguir ese control del partido que dice buscar cuando se le pregunta en rueda de prensa, pero que no transmite ni en los planteamientos ni en las alineaciones que hace. La apuesta por Mascherano en el mediocentro es seguramente el mejor indicador de que el técnico asturiano visualiza un partido con el Barça incapaz de asentarse en campo contrario y abocado por tanto a las transiciones continuas, ya que ese es el único escenario donde Mascherano puede rendir mejor que Busquets como pivote. Solo nos falta saber si realmente Luis Enrique querría controlar el partido pero se ve incapaz de conseguirlo con las piezas que tiene disponibles, o si por el contrario el intercambio de golpes le gusta más de lo que reconoce públicamente.
* Xavier Codina.
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