Una pieza ya engranada

por JESUS GARRIDO el 6 enero, 2014 • 21:23

1.- ¿Merece la pena jugar tan bonito, regalando al espectador jugadas precisas y artísticas como una pincelada, y no sacar nada positivo de ello? ¿Es útil elaborar un fútbol propio de los más grandes en un equipo pequeño? A estas preguntas habrá miles de respuestas y me atrevo a decir que pocas serán inválidas. Al fútbol se puede jugar como se quiera: bien, mal, regular; es indiferente la forma, lo importante es el numerito que señala el marcador. La belleza en la cancha se queda en la retina y en las hemerotecas y como aficionados imparciales la buscamos y la exigimos, porque podemos. Es más, debemos exigirla. Pero Rayo y Celta, dos equipos elegantes en el juego, están es descenso.

2.- El Celta está tercero por la cola porque ha perdido 3-0 contra el Real Madrid, pero no solo por eso. La brillantez de Rafinha, la sobriedad de Oubiña y la seguridad de Yoel no son suficientes para que el buen conjunto de Luis Enrique esquive el pozo momentáneamente. ¿Se equivocan Lucho y Paco Jémez al intentar otorgar a sus equipos un estilo alegre y visualmente muy agradable? Rotundamente no. Si esa es la fundamentación de su juego y son capaces de aplicarla correctamente, es el camino a seguir. Tanto Celta como Rayo juegan bien y pierden. Lo que el aficionado parcial les pedirá es un equilibrio consistente entre el juego y el resultado.

3.- Esta reflexión surge de la lástima que produce comprobar cómo los esfuerzos del Celta han sido vanos en el Bernabéu. Han hecho un partido magnífico, rozando el diez que pedía Lucho y sin embargo se llevan tres en la maleta, a pesar del partido más bien flojete del Real Madrid. Incluso si el balón de Charles hubiese superado a Diego López al poco del inicio, el Madrid podría haber remontado, como bien sabe el Valladolid. Los celtiñas se sentirán orgullosos, y con mucha razón, del desempeño en campo madrileño, no es habitual que un visitante sea mejor que el local en ese estadio blanco.

4.- No es el primer partido que le sucede a Cristiano Ronaldo, ni en su carrera, ni siquiera en esta temporada. Aparece poco, disimulado en el ajetreo del área rival, pero acaba el encuentro con dos goles más, y van 20 este curso y 400 en su carrera. Y los dos los convirtió como hombre referencia arriba, como ariete clásico. En la banda izquierda no sacó de Hugo Mallo ni la mitad de lo que logró Jesé en apenas media hora. Hoy no era el día para romper cinturas y salir disparado, hoy era solo día de marcar y, como es Cristiano, parece hasta poca cosa.

5.- Jugó Cristiano como punta porque Ancelotti le entregó su banda al canario que quiere comerse el mundo. No se puede aportar mucho más de lo que ya se ha dicho estos días sobre Jesé. Lo que debemos hacer es ir actualizando los comentarios conforme vaya asombrándonos con su calidad, que si nada cambia radicalmente, será bastante a menudo. Jesé ya no es un parche que se pone el Madrid en un momento de desesperación ofensiva. Es una pieza más ya engranada y en perfecto funcionamiento dentro de esta máquina de Ancelotti.

6.- La relevancia de Jesé destaca especialmente por la comparación con los hombres que salieron del campo para dejar sus puestos tanto a él como a Bale. La primera parte de Di María ha sido correcta, el jugador más móvil de un frente de ataque estático, demasiado próximo al área celta como para crear espacios. Oubiña era el rey de la medular y nadie le reclamaba su trono. Pero aun así, aunque no estuvo apático como en otras ocasiones, Di María sigue sin dar muestras claras de mejoría. Las continuas permutaciones de puesto, de interior a extremo, tampoco le ayudan. La participación, sin embargo, menos vistosa ha sido la de Isco, incrustado en la línea de cuatro de arriba e inflexible en su posición. Abandonó el campo justo cuando más y mejor estaba bajando a recibir.

7.- Si no hay conexión entre Modric-Alonso y el ataque, es complicado que el Madrid arme una jugada de gol. Más cuando Alonso no estaba en plenas condiciones. Entró Illarramendi por su paisano y aunque la reestructuración de Ancelotti podía llevar a más estancamiento, con cuatro hombres en línea de ataque, el resultado fue todo lo contrario por dos de los factores más determinantes de la segunda parte. El primero, la posición de Karim Benzema como segundo punta, su puesto natural. ¡Qué bueno es el francés jugando ahí! Busca los espacios, toca rápido para generar movimientos, en resumidas cuentas, engancha entre medio y ataque.

8.- El segundo factor fue la insistencia de Dani Carvajal por la banda derecha. Dobló y sacó centro tres veces en la primera parte y no se cansó hasta crear la jugada del primer tanto y dar una asistencia de gol a Ronaldo. Su profundidad compensa la plenitud en la madurez de Marcelo, cada vez más presente en labores creativas y menos (que también) en la búsqueda de profundidad. Arbeloa seguirá, seguramente, siendo titular en los partidos grandes, como gran defensor que es, pero Carvajal es fundamental en este tipo de partidos. De hecho, hicieron más daño Rafinha y Augusto por la izquierda que Orellana y Álex López por la derecha.

9.- El 4-3-3 de Lucho no varió en ningún momento en su base, pero sí en las piezas que lo conformaban. Arriesgó el asturiano al devolver a Rafinha al interior y buscar el desborde de Orellana y Nolito. Quiso fijar a Carvajal y aprovechar los espacios que dejaran los hombres de ataque blancos, que bajarían cada vez menos a defender. No le faltaron momentos de peligro en el área de Diego López, pero no hubo balón que entrara en su meta.

y 10.- Parece que Bale apareció menos de Jesé en el tiempo que estuvieron en el campo, y puede ser. Eso sí, cada intervención del galés era droga dura. Lo primero que hizo fue crear una ocasión con un centro al segundo palo, luego buscó un disparo y después empezó a cogerle el gusto a eso de asistir desde la banda derecha. Su potencia física le permite ser capaz, como en la jugada del tercero, de romper a su marcador, perfilarse para su zurda y ponérsela a Cristiano. Si tiene problemas físicos, da igual: sigue yendo sobrado.