Todos juegan de todo

por MARTI PERARNAU el 6 enero, 2013 • 20:58

1.- ¿De qué juega Cesc? nos preguntábamos un día, hace más de un año, poco antes de que el Barça de Guardiola ofreciera una exhibición majestuosa frente al Santos en la final del Mundial de clubes. En realidad se lo preguntaron al propio Fàbregas: “¿De qué has jugado hoy?”. Y respondió: “No lo sé muy bien. De algo”. Ahora habría que ampliar la pregunta frente a este Barça de Tito: ¿De qué juegan todos?

2.- El Barça líquido de aquel Mundial, el de los centrocampistas (hasta siete llegó a juntar Pep en aquel partido), ha regresado de la mano de Cesc y Messi, de Xavi e Iniesta. Y de Busquets, un hércules del círculo central, donde ha sentado sus reales de jefe único de la zona, cobrador de todos los peajes, administrador de permisos y autorizaciones, ministro plenipotenciario del inicio del juego, palanca absoluta y absolutista del equipo. Dadme un Busquets y moveré el mundo dijo alguien cierto día. Y se ha hecho realidad, con el agravante de que el chico ha empezado a pasar en largo y eso augura un dominio inenarrable de las zonas medias.

3.- Regresó Cesc y con él, el Barça de un solo atacante. En el debate entre Alexis y Villa, la respuesta es Pedro, el más eficaz para compensar la asimetría que adquiere el equipo con tantos medios y un solo delantero. El precepto toma cuerpo: todos tienen permiso para llegar al área, pero ninguno para estar en ella, decía Pep. Y lo han puesto en práctica. Nadie está en ella y todos llegan. En avalancha.

4.- El Barça es un equipo dividido en dos tipos de jugadores: los fijos y los móviles. Los fijos son el portero, los dos centrales y Busquets. El resto no tiene posición, sino roles. Así, los laterales juegan de extremos, los centrocampistas intercambian posiciones y Messi reina en todas partes. Tras un inicio de curso donde aposentó dos posibles variantes muy específicas (el Barça de Xavi y el Barça de Cesc), el año empieza con la unión de todas las versiones: el Barça de todos para todo.

5.- El partido es otra joya del Tito Team, la segunda gran joya de esta nueva etapa, tras la exhibición ante el Athletic a principios de diciembre. El Espanyol de Aguirre ha buscado cerrar por dentro, fórmula que en 2012 se le atragantó varias veces al Barça, pero los jugadores locales tenían hoy en su poder las llaves que abrían todos los cerrojos, con lo que el partido ha durado lo que ha tardado Iniesta en inclinarlo.

6.- Messi de entrada en banda derecha, como casi siempre en los últimos partidos, buscando pulsar y sondear más que decidir. Como dejando que fueran otros compañeros quienes iniciaran las tareas de desescombro. Iniesta y Cesc lo han roto todo partiendo desde el costado izquierdo: quiebro, amago, recorte, pase atrás. Gol. Una y otra vez. El nuevo recetario de la casa.

7.- Al Espanyol se le ha hecho muy larga la primera media hora y al barcelonismo, corta porque las obras de arte siempre parecen cortas. Ha sido media hora prodigiosa de permutas e intercambios, con Busquets dominando el valle como quien está arriba de la colina, Xavi y Messi pinchando para hacer sangre e Iniesta y Cesc convertidos en funambulistas del costado izquierdo, la zona fuerte del Barça desde que llegó Jordi Alba.

8.- El tercer gol, vaselina de Pedro, nace en un pase guardioliano de Busquets, al que ya solo le faltaba dominar el pase largo para convertirse en el gran dictador del eje. Ya lo es y ahora todo el mundo percibe que Busquets es más que recorte, regate y posición. También puede ser pase largo, una suerte más en su catálogo fenomenal.

y 9.- El partido ha muerto en ese pase delicioso de Busquets, capaz de desballestar al más consistente y el Espanyol de hoy no lo era, precisamente. El resto ya ha sido accesorio, desde el piscinazo de Cesc a los goles anulados a Pedro, como si el propio equipo sintiera que con media hora de arte bastaba para sentar las bases del nuevo año y la hora final sirviera más para cumplir las pautas planificadas de minutos, la concreción de movimientos entrenados y la construcción de un estado anímico colectivo que promete un gran segundo tramo de temporada.

– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)