1.- Como ocurrió en la edición anterior de la Copa América disputada en Argentina cuatro años atrás, la albirroja volvió a eliminar a Brasil en cuartos de final y en la definición por penales. Por un lado, deleite y felicidad ya que es la segunda clasificación a semifinales de forma consecutiva. Por el otro, una tristeza inmensa ya que a las últimas dos caídas en el trofeo continental hay que agregarle el terrible 1-7 ante Alemania en el pasado Mundial. Menezes, Scolari, Dunga, y la continuidad de la nada en un equipo con cinco estrellas en el pecho pero que últimamente sólo acumula decepciones y pesadillas. A este paso, los maltratados jugadores del Maracanazo en 1950, acabarán siendo queridos.
2.- Paraguay tenía un inconveniente en la previa que era como sustituir a un Ortigoza que ha sido el único jugador preciso de la mitad de la cancha a la hora de entregar un pase entrelíneas o al espacio. AunqueWillian no es Neymar, Piris estuvo muy atento y con una marca personal (fue disminuyendo de forma ostensible) y pegajosa sobre el jugador del Chelsea (en un inicio, similar a la de Arias con Messi). Los pentacampeones del mundo tuvieron un inicio ilusionante que se desmoronó con la rapidez en la que se cae un castillo de naipes. Un pequeño soplo en forma de presión ordenada con las líneas juntas y Brasil se deshizo. Víctor Cáceres y Aranda apretaron a Fernandinho y Elías y tras robo, abrieron hacia el sector de un inspirado Benítez junto a un siempre correcto Santa Cruz. Esta situación dio una cierta comodidad sobre el tapete a la selección que, en teoría, partía en desventaja en las casas de apuestas. Su repliegue en forma de 4-4-2 con escasos metros entre la defensa y los mediocampistas, negaron todo espacio posible al rival.
3.- Pero en la primera combinación, Elías abrió el juego hacia Alves quien centró para que Robinho a placer, pusiera por delante a los suyos ante la mirada incrédula de Bruno Valdez y Aranda. Un 1-0 que no reflejaba lo acaecido en la contienda pero que evidenciaba la calidad de los cuatro jugadores más adelantados. Tras la ventaja, el sempiterno repliegue dunguista y a esperar. Robinho se ofrecía de forma correcta a espaldas de Aranda-Cáceres pero las imprecisiones eran reiteradas en ambos conjuntos y el exjugador del Real Madrid y del Milán, entre otros, desapareció. Filipe Luis, participativo en ataque, y Willian, dejando algún que otro destello, fueron lo único rescatable. A Coutinho y a Firmino no les llegaba el balón y el flamante fichaje del Liverpool demostró que tiene margen de maniobra en ataque posicional, como resaltó entre semana Guillermo Valverde en Marcador Internacional.
4.– A la desconexión de Firmino también se le añadió la escasa participación de un Willian muy estático y demasiado cercano a la linea de banda. Ortigoza se echaba en falta para batir líneas con sus pases y el balón largo, pero cargando la zona de Alves y Miranda fue creciendo con el correr de los minutos. Brasil insinuaba ante algún fallo puntual de Da Silva.
5.- Tras un primer tiempo cansino, la segunda mitad no ofreció mucho más pero si se visualizó un equipo que buscaba una y otra vez la meta de Jefferson y otro que se olvidaba de cualquier contraataque o interacción con los hombres de arriba. Despejes en forma de pelotazos a ninguna parte, para volver a enclaustrarse en área propia con una tendencia marcada de Thiago Silva durante su carrera a cometer esta equivocación en lugar de intentar adelantar metros junto a Miranda para salir del encierro. El portero del Botafogo salvó la igualdad ante un cabezazo de Da Silva, pero el empate estaba cada vez más próximo.
6.- Thiago Silva despejó con la mano un centro dirigido a Santa Cruz. Penal y gol transformado por Derlis González; un deja vu a lo que acaecería en la tanda de penaltis, minutos más tarde. El central del PSG es reincidente: ya cometió este error en Stamford Bridge en la última Champions League. Con el 1-1 firmado, los pupilos de Ramón Díaz intentaron ganarlo con un gran González, que dejó en evidencia a Filipe Luis en más de una ocasión, y con el ingreso positivo de Romero, que dejó algunas perlitas ante un Dani Alves que no ha sido ni la sombra del que terminó la temporada con el F. C. Barcelona.
7.- Brasil especuló con el resultado y ya no pudo recuperarse tras el tanto de la igualdad. Lo positivo ante Venezuela fue una auténtica quimera. Los dirigidos por Dunga no lograron jamás un equilibrio tras la pérdida del esférico. Paraguay acabó el partido ordenado y controlando todos los aspectos del juego. González ejecutó su segunda pena máxima con efectividad y se aprovechó de los fallos de Everton Ribeiro y Douglas Costa para darle el billete a los suyos rumbo a las semifinales que les enfrentará a Argentina, en lo que será una repetición del debut de ambos en el torneo (2-2).
y 8.- Paraguay, otra vez la selección guaraní se encarga de fastidiar otro proyecto deportivo de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). El fútbol brasilero está atravesando una crisis que se manifiesta no sólo a nivel selección sino también en un campeonato doméstico donde el público no acude como antaño, debido a que los eventos no invitan al optimismo. En el futuro más cercano, se hallan las Eliminatorias, los JJ. OO. y la edición especial de la Copa América en EE. UU. En un artículo previo hicimos hincapié en la situación actual en general de Brasil. O la CBF realiza un cambio radical o la herida puede seguir abriéndose hasta límites insospechados para los que no estamos acostumbrados a ver a los que visten de amarillo convertirse en perdedores por naturaleza. De continuar por este camino, la camiseta blanca no será la única terminalmente prohibida.
* Nicolás Quiroga.
– Fotos: AFP
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