Mismo director de película y mismo guión, pero con un desenlace más afortunado que hace un año en Las Rozas. Rumanía repitió todo el planteamiento, lo que le valió para complicar el choque de manera desmesurada. Eso le pudo costar un verdadero susto a una España que con el gol de Ruth salvó un encuentro muy complicado para seguir una jornada más imbatida y sumando de tres en tres.
Las dos líneas de cuatro y cinco jugadoras rumanas en campo propio se convirtieron en otros noventa minutos de pausa, tranquilidad y mucha paciencia para la selección si quería derribar una estructura defensiva que cerró de forma magnífica los pasillos interiores y regaló las bandas esperando los centros españoles, que apenas sufrían para defenderlos. España dominaba el balón, tenía mucha más posesión, pero las sensaciones y ocasiones de gol tenían escasa correspondencia con el porcentaje de posesión.
La oportunidad para desatascar el partido la tuvo Vero Boquete en un penalti cometido sobre Natalia Pablos. La gallega se encontró con la portera Ganea, que le adivinó el lanzamiento. Tras el penalti, el guión seguía igual. Rumanía se encontraba muy cómoda y crecía mentalmente en un encuentro que transcurría por los derroteros soñados por el conjunto rumano.
A España le faltaba más paciencia para generar espacios interiores, totalmente cerrados, por lo que tenía que llevar el esférico hacia fuera y atraer contrarias para generar huecos por dentro. No ocurría por ningún lado y a España le costaba un mundo superar el excepcional sistema defensivo de Rumanía, a pesar de los grandes movimientos de Natalia Pablos en la punta del ataque.
De la manera más inesperada llegó el único gol del partido. Un córner sacado por Sonia fue peinado por Vero Boquete y en el segundo palo apareció la central del Barça Ruth, que como hace diez días en Zúrich atacó de manera excepcional la pelota firmando un gol trascendental a solo cinco minutos del descanso.
El gol tranquilizó mucho más a España, que pudo solventar la segunda parte con el marcador a favor. Además, en los primeros diez minutos se quedó con una jugadora más tras la expulsión de la rumana Bortan. El guión no variaba una sola línea de lo que vimos el pasado año. Rumanía, que veía que solo estaba a un gol del empate; España, que no lograba generar por fuera para acabar sentenciando por dentro. Muchos centros al área sin rematadora, porque las centrales rumanas se encontraban demasiado cómodas en ese tipo de jugadas.
Quereda buscó más control y juego interior con la entrada de Vicky. La situación respecto a hace un año era diferente, porque España mandaba, aunque el choque transmitiese las mismas sensaciones. El gol de diferencia daba a las jugadoras de Quereda un margen para manejar el partido y no volverse locas en busca de la portería rumana. Con Vicky, España fue durmiendo lo que restaba de encuentro. Si no llegaba el segundo gol, al menos no se perdía lo que se tenía y se sumaban tres puntos muy importantes, que era el reto antes de comenzar el choque. Rumanía, con diez jugadoras tras la expulsión de Bortan, tampoco se estiró los minutos finales y el partido fue acabando en manos españolas.
Tres partidos, tres victorias y paso firme hacia la clasificación directa para el mundial. El próximo miércoles, España se enfrentará en Fuenlabrada a la República Checa con el objetivo es seguir sumando de tres en tres y llegar a Italia habiendo ganando todo, porque en tierras transalpinas puede dejar sellada su clasificación si no falla en ninguno de estos partidos anteriores.
* Fran Moreno es periodista.
– Foto: RFEF
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