La grandeza del deporte

por FRAN MORENO el 23 mayo, 2013 • 22:10

1.- Tras 121 partidos y después de tres años sin conocer una sola derrota e ir aplastando rival tras rival para coronarse como el mejor equipo del mundo… después de todos estos números demoledores del Olympique de Lyon, esta noche ha sufrido la cruz del deporte. La cara de la derrota, que es la más habitual pero que las francesas casi no conocían en su reciente historia llena de éxitos. La peor noche para perder la imbatibilidad ante un Wolfsburg que ha tirado de épica, heroicidad y trabajo, mucho trabajo, para conseguir un auténtico milagro y uno de los bombazos deportivos del año.

2.- Wolfsburg ha firmado una temporada histórica. Tras Liga y Copa, era su primera final de Champions y lo ha culminado derrotando a un equipo que parecía de otro planeta que llevaba una racha sin precedentes, sumando victoria tras victoria y título tras título. Con dos bajas claves como Viola Odebrecht y Verena Faisst, aquejada de mononucleosis, y físicamente muy ‘tocadas’ tenían que tirar de heroica y épica para llegar a la cima europea. Su técnico, Kellermann, ha clavado el planteamiento y desconcertado a un OL irreconocible durante el choque.

3.- Las francesas eran las claras favoritas. Sus números no podían decir otra cosa. Solo un gol encajado en los ochos partidos disputados esta Champions. Con un potencial futbolístico enorme, la base de la selección francesa más la calidad exquisita de Rapinoe y Lotta Schelin. Da miedo con solo decir sus nombres y ver todo lo que han hecho. Pero hay días buenos, malos y otros fatídicos. La grandeza del deporte. 121 partidos, tres años donde la derrota no aparece y cuando el marcador es adverso, los condicionantes cambian.

4.- Nunca ha estado el OL cómodo. Muy fría su entrada al choque, con un Wolfsburg que robaba muy rápido y salía en pocos toques a la contra creando mucho peligro. Müller por banda izquierda, Blässe por derecha, Jakabfi lanzando las contras y Kessler desde la segunda línea creaban mucho peligro a la defensa francesa. La transición defensa-ataque alemana era más rápida que la ataque-defensa del conjunto francés. Había superioridad alemana y en los primeros minutos hubo varias ocasiones de Wolfsburg.

5.- Al minuto 20, el partido se fue inclinando hacia el campo del Wolfsburg. Cada vez se jugaba más en territorio alemán, pero no era un dominio abrumador y que no dejase respirar al equipo alemán, consciente que eso iba a ocurrir. Kellermann sabía de la rapidez de Thomis y Schelin al espacio. Colocó a Popp en el lateral zurdo supliendo la baja de Faisst y asumiendo los riesgos tuvo la defensa al borde del área para evitar los balones al espacio para Schelin que podía generar mucho peligro.

6.- Asumiendo el riesgo, el Wolfsburg se metió atrás pero ahogó a Schelin y Thomis, que nunca pudieron ganar al espacio ningún balón. Abily era la que más peligro creaba. Intentaba dar más fluidez al juego y velocidad a una circulación de balón muy espesa y que nunca encontró el ritmo necesario para superar la defensa férrea del Wolfsburg. Todo esto acompañado por el mal partido de Necib. Muy errática con el balón en los pies, incluso Patrice Lair intercambió posiciones y pasó a Abily a la mediapunta para dotar de más precisión a ese último pase que nunca aparecía con Necib.

7.- Henry empujaba al Wolfsburg hacia atrás pero a las alemanas no les importaba. Por dentro cerraron todos los huecos con un trabajo imperial de sus dos centrales, Hartmann y Henning, y el doble pivote, Kessler y Goessling, que ahogaron todo el juego entrelíneas del equipo francés, que por fuera tampoco tuvo el día. Rapinoe no pudo con Wensing y al descanso fue sustituida por Lara Dickenmann para aportar mayor desborde y rapidez por fuera.

8.- El Wolfsburg tenía el condicionante de que llegaba físicamente muy tocado. Eran conscientes de eso y que el paso de los minutos les iba debilitando. Pero el marcador lo seguían teniendo en neutro. Empate a 0 y con el paso de los minutos, mentalmente más fuertes. Las francesas seguían con muchas imprecisiones con el balón y la circulación. Demasiada imprecisiones y con la aparición de un posible tropiezo cada vez más cercano. Las alemanas jugaban con el aspecto mental, dominaban psicológicamente a un OL que cada vez se mostraba más precipitado.

9.- Patrice Lair hizo un cambio ofensivo pero a la vez muy sorprendente. Sacaba a Le Sommer para jugar con doble punta, pero quitaba a Abily, la jugadora que más inquietaba con sus llegadas de segunda línea y tenía más fluidez. Este cambio hizo que las francesas aumentasen más el fútbol directo. La salida de Abily no generaba nada de fluidez por dentro. Pero el fútbol directo lo defendió de manera impecable un Wolfsburg que atrás estaba sensacional.

10.- Jugada aislada, balón aéreo, penalti y gol a favor del conjunto alemás. A Kellermann le estaba saliendo la final soñada. Tenía el partido donde quería. Sabía quién era el favorito y sabía cómo jugar las pocas cartas que le daban como ganador. Y se agarró al último escalón que le quedaba. Había logrado lo más complicado: mandar en el partido y a solo un palmo de vencer la final y alzarse con el título.

11.- Al OL se le abría la otra ventana que no conocía. El camino de ir por detrás y remontar. Llevaban tres años que no perdían. La derrota para ellas no existía y tenían que convivir con el lastre de jugar contra el crono y remontar un choque que se le había puesto muy cuesta arriba a solo 15 minutos del final. No supieron jugar con un camino desconocido que les pasó factura y les servirá para crecer en el futuro.

12.- Fue el éxito al trabajo, al sufrimiento, a la constancia y al saber gestionar que no eres el favorito y que enfrente tienes al mejor rival que hay en la actualidad. Es saber que todas las apuestas te dan como claro derrotado. Pero la grandeza del deporte solo te llama derrotado tras los 90 minutos de partido y ahí Kellermann estuvo fantástico y supo explotar las pocas cartas que le daban por ganador para llevar al Wolfsburg al éxito europeo ante el demoledor OL.

y 13.- Hace dos años, a solo 20 minutos andando, el Olympique conquistaba su primera Champions. Lo hacía en el campo del Fulham, Craven Cottage. Esta noche, un poco más hacia dentro y alejándose de la ribera del Támesis, ha sufrido su primera derrota tras 121 partidos. La cara más difícil del deporte. 121 partidos ha costado derrotar al gigante francés, que con un presupuesto de 4 millones de euros se ha convertido en el mejor equipo del mundo. La grandeza del deporte, su trabajo, su constancia, su silencio en la oscuridad, el día a día ha hecho que todas las apuestas se derrumbaran. Porque al final esto es un juego y aunque creamos que el fútbol todo lo condiciona lo mediático, es un deporte como los otros, donde el juego, el azar, el trabajo y el día a día decide quien llega al éxito final. Costó 121 partidos que OL cayera derrotado ante un Wolsfburg que firma una temporada para la historia con triplete (Liga, Copa y Champions). Ya saben, la grandeza del deporte.