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La gran oportunidad de Bosnia
En noviembre de 1995 los acuerdos de Dayton pusieron fin un conflicto bélico iniciado en abril de 1992 y sentaron las bases de la independencia de Bosnia y Herzegovina.Los máximos representantes de las tres partes enfrentadas se comprometieron a cesar las hostilidades y acordaron la organización interna del nuevo estado balcánico. Conviene recordar que Bosnia es un territorio multiétnico, lo que contribuyó a la mayor intensidad de las hostilidades. Este hecho resultó determinante en la formación política del país, que adoptó el siguiente modelo: la federación comprende el territorio habitado por musulmanes y croatas, mientras que la Republika Srpska constituye una entidad autónoma y habitada en su mayor porcentaje por serbios. El sistema es complejo y su aplicación ha tenido altibajos, pero la respuesta social ha sido progresiva y satisfactoria. Zenica, Mostar o la capital Sarajevo son algunos ejemplos de la multiculturalidad bosnia, el compromiso y la tolerancia para dar un paso adelante hacia un futuro común donde las cicatrices, probablemente imborrables, pesen un poco menos.
Volvemos a dar un paso atrás, nuevamente a 1995, al primer encuentro disputado por la selección bosnia. Fue un amistoso y se disputó en Tirana ante Albania. Entonces, once jugadores de confesión musulmana, seleccionados a su vez por un musulmán, representaron al país por primera vez. De vuelta a la actualidad, es perceptible el contraste. La selección es un reflejo social e integra a las tres etnias que forman la nación, así encontramos, por ejemplo, a Dzeko (musulmán), Misimovic (serbio) y Pandza (croata). La química es total dentro y fuera del terreno de juego, y la buena gestión del grupo de Pape Susic hace el resto. La federación nacional de fútbol, por su parte, bajo amenaza de sanción por la FIFA por los escándalos de corrupción en años anteriores, ha sufrido una profesionalización a escala, consolidándose así los esfuerzos del comité de normalización con el exseleccionador yugoslavo Ivica Osim al cabeza.
Los dragones están ante la oportunidad única de acudir a su primer gran torneo internacional tras caer en las repescas del Mundial 2010 y la Eurocopa 2012 ante Portugal. El éxito reciente ha desatado la euforia en todo el país, llegando incluso a Banja Luka, algo impensable hace escasos años (por no hablar ya de 1995),una ciudad tradicionalmente reticente a verse identificada con el equipo nacional bosnio. Las cuentas de los de Susic son simples: dos victorias ante rivales bastante inferiores como Liechtenstein y Lituania garantizan el billete directo al país de la samba. El goal average general es muy favorable a Bosnia sobre su rival directo, Grecia, que además enfrenta a un rival más complicado, Eslovaquia.
El grupo de jugadores del que dispone el seleccionador ha gozado de continuidad en el ciclo de clasificación, con alguna incorporación eventual en los últimos meses. Esto tiene consecuencias positivas en términos de unidad del vestuario y mejor entendimiento sobre el campo, pero el seleccionador ha manifestado que le gustaría contar con un mayor fondo de armario, ya que el campeonato nacional de fútbol apenas ofrece soluciones de calidad y otros jugadores en campeonatos extranjeros no tienen minutos en sus equipos. La federación se ha puesto manos a la obra y busca alternativas en la diáspora: al grupo se han sumado Hajrovic (Grasshopper) y Bicakcic (Eintracht Braunschweig), mientras que Kolasinac (Schalke 04) completará la tramitación en las próximas semanas.
Bosnia, bajo el mando de Susic, realiza un fútbol ofensivo, eminentemente vertical y de bandas profundas. El seleccionador no cuenta con jugadores para especular ni contempla la posibilidad. Naturalmente esto requiere un mayor despliegue físico, por lo que Susic ve fundamental que los jugadores jueguen en sus equipos.Los esquemas utilizados hasta ahora son el 4-4-2 en rombo (habitual), el 4-2-3-1 y el 3-4-1-2 (circunstancial). A diferencia de años anteriores, Bosnia goza de jugadores de nivel en cada línea. Begovic, o el ministro de defensa como le conoce la afición, es un seguroy sus intervenciones le han situado en la órbita de los mejores equipos de Inglaterra. La defensa tiene como líder al capitán Spahic, el jugador de más jerarquía en el campo, pero encontrar su acompañante es un auténtico dolor de cabeza para Susic; no podríamos hablar de una pareja estable y hasta ahora han sido varias las opciones para la posición de central: Bicakcic, Zukanovic, Pandza (sin equipo hasta hace escasas dos semanas) y Vranjes (de rendimiento irregular; tiene problemas con las lesiones).
El centro del campo reúne entre otros a Medunjanin, cada vez más equilibrado y asentado como mediocentro, el polivalente Salihovic y el cerebro Miralem Pjanic, que ha encontrado continuidad en la selección al rol que desempeña en la Roma: como interior, en contacto permanente con el pivote, participando en la salida y dirigiendo al equipo. Las bandas son otra de las problemáticas del equipo: mientras que Lulic (Lazio), de velocidad endiablada, es el dueño de la izquierda, la derecha ha tenido varios dueños, desde un Ibisevic sacrificado a un Stevanovic que no cuenta de forma regular en el Elche. Hajrovic parece ser la solución, siendo un extremo derecho muy versátil y eléctrico, ideal por su perfil. Misimovic, por su parte, es fijo como enganche, pese a un rendimiento algo discreto y haberse marchado a China, algo que costó a Muslimovic no volver a la selección, ya que el técnico da prioridad a los campeonatos europeos. Susic le ve cerca del area, donde por su disparo y último pase resulta letal para el rival. En punta. el dúo Dzeko-Ibisevic es garantía de gol, y la selección depende de ellos, ya que Susic no cuenta con alternativas. El rol de ambos es complementario: mientras que Dzeko es un jugador que realiza mejor los apoyos, se asocia y genera espacios, Ibisevic goza de mejor instinto en los últimos metros.
La selección tiene su casa en Zenica, por el pésimo estado de los estadios de la capital y porque el Bilino Polje, que carece de pista de atletismo, garantiza la cercanía y el calor dela apasionada afición.
* Juan Pedro Ramírez.
– Foto: Reuters
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