"La audacia tiene genio, poder y magia. Comienza ahora, ponte en marcha”. Johann W. Von Goethe
Champions 2012-2013 / Fútbol 2012-2013 / Fútbol
1.- Aunque todos los momentos del juego están relacionados entre sí, la transición defensiva es aquello que hace un equipo cuando pierde el balón con el que está atacando (no es una definición muy ortodoxa, pero espero que sirva para entendernos). Posiblemente esta fue la mejor virtud colectiva del Pep Team, pero de momento es la peor faceta del Barça de Tito. Su sangría, una de las grandes razones por las que ha encajado 9 goles en 7 partidos oficiales disputados, la responsable de esa sensación de fragilidad contradictoria con sus seis victorias en los siete encuentros.
2.- Como si se tratase de un capicúa, el último partido de Champions que dirigió Pep y el primero que dirige Tito han resultado muy similares, salvo en el desenlace: el Chelsea logró la abdicación del Barça en la semifinal de abril, el Spartak no la ha conseguido en los albores del nuevo curso. Pero el desarrollo ha tenido mucha similitud, incluida la baja temprana de Piqué en ambos encuentros, decisiva en los dos casos.
3.- Unai Emery demuestra una vez más, por si hacía falta, que el nivel de los entrenadores españoles es muy elevado, de los mejores que se pueden encontrar en el fútbol mundial. Con un Spartak sin grandes potencialidades le ha hecho un “Chelsea” de manual al Barça. Dado que Tito lo intuía ha salido ligero en el centro del campo y con extremos abiertos, consciente de que el técnico visitante regalaría las bandas para embotellar por medio.
4.- Seis minutos iniciales de despistes (la Teoría de las Judías Secas, aún pendiente de explicar en detalle) hasta que Xavi se ha aposentado y todas las piezas han encajado. Tello por izquierda, Pedro en derecha, Cesc y Messi flotando por delante de Busquets y Xavi (4-4-2), y los laterales doblando a los extremos cuando estos iban hacia dentro, acción que ha desembocado en el primer gol de Tello, aroma de Henry.
5.- Luego ha llegado la lesión de Piqué que, como ante el Chelsea hace unos meses, ha segado el ritmo del equipo local. Su baja desnuda definitivamente la decisión institucional de no contratar un central, y Tito Vilanova ha priorizado a Song antes que Bartra. Decisión chocante en mi opinión. Imagino que habrá pesado la experiencia competitiva del camerunés, pero parecía el escenario idóneo para el debut serio del catalán, en especial porque su mezcla con Mascherano es la que, en apariencia, mejor debería funcionar.
6.- Minutos más tarde se ha revelado que la decisión de Tito ha sido un fiasco, cuando Song se ha mostrado frágil y desubicado, fuera de sitio y de punto, perdido en las transiciones defensivas. Sin embargo, la mala actuación de Song no sería entendible sin detenernos antes en Alves y Mascherano.
7.- El brasileño, que siempre ha viajado por libre, ha incrementado en los últimos tiempos su indisciplina táctica: hoy es un lateral que apenas retorna, problema mayúsculo pues exige un sobreesfuerzo constante del central diestro. El argentino ha dejado de ser -mentalmente- central desde su pifia en el Bernabéu. Carente de los fundamentos tácticos de un defensa de oficio, Mascherano ha sido central soberbio a partir de su anticipación generosa y una mente maravillosa. Esa cabeza, tantas noches lúcida y prodigiosa, está hoy tensa y desconfiada, otro factor más para comprender las penurias colectivas de la parte trasera.
8.- Con Emenike emulando a Drogba, el Barça ha vivido un martirio porque perder el balón es un martirio para un equipo acostumbrado a tenerlo en propiedad. ¿Causas? El número de errores técnicos en el pase se ha incrementado exponencialmente desde el inicio de la temporada. Desconozco las razones por las que sucede, pero sucede. Ni Xavi ni Messi son ajenos a ello. Se multiplican incesantemente las pérdidas no forzadas y por ahí llega la sangría: los jugadores están lejos de quien pierde el balón, lo que hace inviable su rápida recuperación y equivale a transición rápida del rival.
9.- Correr hacia atrás es lo que más odia el Barça porque no está preparado para ello. Ni táctica ni mentalmente, ni siquiera por perfil de sus jugadores. Lo sabe Emery, lo transmitió a sus hombres y se benefició de la baja de Piqué y el caos que organizaron Alves, Song y Mascherano, cada uno con lo suyo. Así que sin tocar un balón, Valdés encajó dos goles y el Spartak se puso en modo Chelsea, doble muralla 4-5-1 y a remar.
10.- Déjenme insistir en un asunto: la transición defensiva. Tres causas para comprender este grave problema actual: primero, el mal juego posicional, pues el equipo ha dejado de avanzar junto y agregado; segundo, el colosal incremento de errores no forzados en el pase (posiblemente, a causa del primer punto); y tercero, la pésima colocación de los defensores. Nueve goles en 7 partidos (promedio 1,28) a un equipo cuyo promedio en los cuatro años de Guardiola fue de 0,74 goles por partido (178 goles en 247 encuentros). Esto no es coyuntural, sino estructural. De concepto colectivo.
11.- Luego llegaron las soluciones. Defensa de tres (Alexis por Alves); Busquets y Xavi imperiales girando de un costado a otro al Spartak; Tello y Pedro abiertos hasta el límite y todos a golpear la muralla hasta derribarla, con Alexis ya en referencia atacante (3-3-4). Como ante el Chelsea, persistencia, mover la cuna de un lado a otro y a esperar que caiga la fruta del árbol.
12.- Cae a través de la jugada inesperada de Tello, que se va por el costado cerrado cuando todos le esperan por el abierto; y se desploma definitivamente el equipo moscovita cuando Pedro, Villa y Alexis sacuden dos veces completas al Spartak de lado a lado hasta que llega Messi de cabeza para derrumbar. Ejercicio más fluido que ante el Chelsea porque el Spartak es menos que el actual campeón de Europa y porque Messi, sin estar en forma, tiene ahora la cabeza más fresca que en abril y el gatillo impertérrito.
y 13.- La victoria debería sumir a Tito y los principales cerebros del equipo en una reflexión contundente. Que juegue Bartra o Song de central no es la cuestión (que también), sino que incluso puede ser una distracción respecto del auténtico problema. O el equipo vuelve a progresar junto, concentrándose en no errar pases sencillos y mentalizado para cambiar rápidamente de chip en cuanto se pierde un balón (y estando cerca unos de otros para conseguirlo) o seguirá corriendo hacia atrás, que es la perdición. Y eso es así, jueguen Song, Bartra, Olivella o Migueli.
– Fotos: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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