El Frankfurt y Vero Boquete besan la gloria

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El Frankfurt y Vero Boquete besan la gloria

por FRAN MORENO el 14 mayo, 2015 • 23:41

Después de que Nadine Kessler hiciera la jugada de su vida a orillas del Tajo y Vero Boquete perdiera la Champions, la vida y el fútbol le ha devuelto el premio a la perseverancia, la lucha y la pasión por este deporte. En el minuto 92, una volea de Mandy Islacker ha desatado la locura en Berlín y le ha dado la cuarta Champions al equipo alemán y la primera a esta gallega de oro que lo celebrará como ella solo sabe: comiéndose un buen pulpo.

En un choque disputado, intenso, el título se decidió en los pequeños detalles y con un final agónico. El Frankfurt dominó, vivió en campo contrario ante un PSG al que no le importaba replegarse y buscar los contragolpes con su bala Delie en ataque. La primera media hora fue de domino absoluto de las alemanas que se posicionaron en campo contrario con sus dos carrileras: Schmidt y Laudehr dando amplitud por fuera y Vero Boquete y Marozsan por dentro, respaldadas por una estelar Garefrekes que estuvo formidable en todos los aspectos del juego: despliegue físico, dominio del balón aéreo, escoba para recuperar rápido tras pérdida y llegando desde la segunda línea.

Con este planteamiento, el PSG sufría porque por dentro estaba en inferioridad y siempre llegaba tarde a las ayudas por fuera, pero se agarraba a al marcador. El Frankfurt no definía con Celia Sasic, que se encontraba con una estelar Kiedrzynek, la más destacada del equipo francés. Con este panorama, el PSG sufría porque apenas tenía el balón y no amenazaba al contragolpe al conjunto alemán. Hasta que en el minuto 32, el marcador se desniveló gracias a una acción de Garefrekes que en una acción donde disparó, pero se convirtió en un centro. Sasic fue más rápida que las centrales francesas y fulminó con un formidable cabezazo para que el Frankfurt se adelantase.

El gol hizo reaccionar a un PSG que dio el paso adelante que necesitaba para comenzar a respirar. De la mano de Dali, que comenzó aparecer entrelíneas, el PSG se juntó en ataque y obligó a defender y correr hacia atrás a las alemanas. Dali avisó con un disparo que las francesas no renunciaban a esta final y en el córner puso un balón perfecto a la cabeza de Delie, que la puso en la red alemana. El PSG, con muy poco, pero levantándose del gol, empató antes del descanso.

El conjunto alemán se olvidó en el segundo tiempo de lo bien que lo hizo en la primera media hora. Atacó de manera muy precipitada y desordenada sin generar ningún peligro y viendo cómo el PSG se defendía con mucha comodidad. Pero las francesas pecaron de exceso defensivo. El Frankfurt estaba peor colocado que en el primer tiempo. A cada minuto, el conjunto alemán se volvía más largo en ataque y le costaba recuperar en defensa, pero veía que su rival no aprovechaba esos riesgos que estaba asumiendo.

Y el choque comenzó a entrar en la fase decisiva donde intervienen factores como la épica, el coraje y la fortuna. El PSG quiso abrirse más y buscar las cosquillas al Frankfurt, que también buscó los contragolpes al ver a las francesas irse hacia arriba. El partido estaba abocado a la prórroga hasta que un balón suelto en el área francesa fue resuelto de manera magnífica por Islacker con una volea preciosa que desató la locura alemana. Fue un gol que velió una Champions que pudo truncarse si en la última jugada las francesas hubieran aprovechado la falta que tuvieron a su favor.

El Frankfurt se convierte en el único equipo con cuatro Champions y el fútbol alemán sigue de fiesta porque por tercer año consecutivo un conjunto alemán se proclama campeón de Europa. El fútbol español está de enhorabuena porque su máximo exponente en el fútbol femenino ha alcanzado el cielo berlinés proclamándose emperadora del Viejo Continente. Vero Boquete, la gallega que paso a paso sigue haciendo historia, se ha sacado la espina que le quedó clavada el año pasado en Lisboa y ya puede decir que tiene su ansiada Champions y que Galicia, Santiago de Compostela y el pulpo gallego siguen paseándose por todo el mundo de la mano de su gallega de oro.