Internacional / Champions League 2013-2014 / Fútbol / Crónicas 2013-2014
1.- Durante los primeros 120 segundos de partido, un jugador del Celtic logró rozar el balón con la punta de la bota, pero sin desviarlo siquiera. Pasaron dos minutos y un segundo hasta que un futbolista local consiguiera tocar el cuero: fue para enviarlo a corner. En esos dos minutos, el Barça se ubicó en el balcón del área escocesa y acunó tanto el balón que pareció con ganas de secuestrarlo.
2.- Ambos equipos tenían el partido del año pasado en la memoria, pero sobre todo el Barça. Para el Celtic no había problema alguno en repetir el mismo concepto: repliegue intensivo, bloque bajo, pie agresivo y a buscar una única oportunidad para matar. Así que los de Glasgow se han plantado como los de Custer, defendiendo el fortín, y el Barça ha decidido atacar y dominar, pero sin arriesgar.
3.- El plan del Celtic pasaba por buscar a Samaras y que este derrumbase al joven Bartra. Ahí han pinchado en hueso porque el triángulo Bartra-Busquets-Piqué no ha perdido la concentración ni un instante y el novel defensa ha dado otro paso adelante en el largo y prometedor camino que se le augura desde hace años. Ni siquiera en el ámbito de la contundencia o el cuerpo a cuerpo, cuyas limitaciones aún deben corregir, ha salido perdedor ante un Samaras que le ha buscado insistentemente, como la pulga al perro.
4.- Esta novena victoria consecutiva del equipo de El Tata Martino ha dejado una magnífica impresión de regularidad y homogeneidad, si bien ha nacido de una voluntad de mucho control que no se ha coronado con profundidad atacante. Como si recordara lo del año pasado, el Barça se ha soltado poco, prefiriendo cocer al Celtic en su propia salsa, esperando que cayera como fruta madura con el paso de los minutos.
5.- En una primera parte en que las áreas apenas se han visitado, Iniesta y Neymar han manejado el equipo. La movilidad general, la permuta de posiciones y la ubicación de jugadores entre líneas enemigas han sido los rasgos identitarios del juego blaugrana y, además, de manera constante y regular. Mal en la ejecución, pero excelente en las intenciones, Iniesta se ha mostrado mejorado respecto de noches anteriores, aunque siga lejos de su mejor versión. Pero su intención ha bastado para que la armonía general haya mejorado, incluso si su entendimiento con Neymar en la banda izquierda dista muchísimo para ser fluido.
6.- El equipo se ha mostrado colectivamente bien organizado, ortodoxo la mayoría de momentos y con cambios de orientación a media distancia en otros, aunque en el área del Celtic se desvanecía. Falto de Messi, podríamos decir que el equipo llegaba mejor coordinado al área, pero mucho menos punzante que con el argentino, lo que es una obviedad dado el tamaño del gigante argentino. Sin duda, el Celtic ha facilitado que el Barça tuviera balón y control, pero ello ha permitido reencontrar la mejor versión del conjunto barcelonés.
7.- Maniatado Samaras por los centrales catalanes, atento Busquets a recuperar balones como en sus mejores días, movido el colectivo por Iniesta pese a su menor acierto en las entregas, era Neymar quien asumía responsabilidades. Al principio, en la cal, doblemente vigilado por Lustig y Matthews; más adelante, suelto por el centro, donde ha rematado de botepronto cerca del poste; en el segundo tiempo, finalmente tan desatado como azotados los tobillos por la dureza de sus pares. Se advertía en el Barça, no obstante, la madurez del competidor escamado por lo que sucediera hace doce meses en el mismo escenario.
8.- El segundo tiempo se ha iniciado de forma peligrosa para los de Martino porque se han sentido confortables y, en vez de dormir al Celtic, parecían adormecerse ellos. Ensimismado el Barça y encerrado el Celtic, el partido discurría entre el temor y el vacío cuando lo ha agitado el capitán Brown con un puntapié en los riñones de Neymar, lo que ha descompuesto la rutina. Con diez sobre el campo, el Celtic se ha defendido igual y ha creído atacar mejor porque el Barça amenazaba con ir a por la victoria, lo que en semejante estadio, no deja de ser un peligro.
9.- De hecho, Valdés ha tenido que hacer una de las suyas, como cada semana, lo que no tiene precio, pues al sacar a dos manos un zurdazo de Forrest no solo ha mantenido cerrada su cueva, sino que ha espabilado a sus compañeros. De pronto, el Barça ha sentido que podía perder si no buscaba ganar. Y a la primera, Xavi ha dado la orden, Busquets ha lanzado una pequeña banana con backspin, Neymar la ha recogido como las condesas recogían sus faldas al bailar valses en las películas de blanco y negro y el gol lo han compuesto dos miradas volcánicas de Alexis y una llegada puntual de Cesc.
10.- Después, el Celtic se ha colgado de la soga y ha buscado empatar, regalando todos los espacios que había escatimado durante 75 minutos, con lo que Alexis y Neymar han gozado, aunque Forster, autor de un recital el pasado año, ha vuelto a mostrar una agilidad impropia de semejante bigardo, así que el Barça no ha logrado golear, pero el Celtic tampoco ha conseguido asustar, más fiero en su ataque a los tobillos que a la portería rival.
y 11.- Aunque el partido deja interesantes crecimientos individuales, como la serenidad de Bartra, la fiereza de Alexis, la inteligencia de Busquets e, incluso, el pasito delante de Iniesta y, por descontado, la asunción de galones del recién llegado Neymar, es en colectividad donde mayores avances se han mostrado, mérito a compartir por entrenador y jugadores. Pese a la debilidad en el área ajena por la ausencia de Messi, los movimientos globales han tenido sentido e intención, lo que ha desembocado en una escuadra reconocible que ha sido, por encima de detalles, competitiva en un campo especial.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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