1.- El Atlético de Madrid ganó 2-0 con justicia en un partido en el que cedió el balón al Real Madrid, se ordenó bien en defensa y a raíz de ponerse por delante en el marcador hizo una lectura perfecta del encuentro, sin perder el orden en defensa y guardando todo lo que pudo el balón cuando lo recuperaba. Los contragolpes tuvieron la pausa necesaria para que el Madrid no convirtiese los últimos minutos en un asedio permanente.
2.- Comenzó mandando el Madrid. Ancelotti retornó al 4-4-2 con el que jugó los partidos decisivos de la pasada temporada. La inclusión de James e Isco en los costados, junto a Kroos y Khedira en la zona central, otorgó más facilidad aún a los blancos para tener el balón. Lo que no tuvieron fue profundidad. Bale fue el compañero de Benzema en la punta de ataque y ambos estuvieron bastante difuminados, en parte por el buen de hacer de Giménez y Godín, que rayaron a un nivel altísimo.
3.- Todo pudo cambiar en el minuto uno cuando Oblak, titular hoy en la portería atlética, rechazó un remate de cabeza a bocajarro de Sergio Ramos. Para el Atleti era fundamental que el Madrid no se adelantase en el marcador si quería cumplir con éxito su planteamiento. El Madrid amasaba el balón, pero carecía de profundidad. Arbeloa doblaba a James, pero no podía sorprender porque el Atlético esperaba atrás y sus centros eran sin ventaja, más fáciles de defender. En el otro costado, Marcelo tenía mucho trabajo. El Cholo colocó a Raúl García en el lado derecho para ser el receptor de los envíos largos, como ya hizo en la pasada Champions League ante el Barça emparejándose con Jordi Alba. Griezmann, que jugó por detrás de Fernando Torres, caía a la derecha buscando los balones que Raúl García le pudiese ganar a Marcelo, y por ahí el Atleti creo algo de peligro en el primer acto. Además, Griezmann estuvo muy atento a cualquier posible pérdida de balón de los centrales del Madrid. Varane tuvo que corregir con una velocidad asombrosa una pérdida propia precisamente delante de Griezmann.
4.- El juego se fue atascando. Kroos parece cansado y Khedira está muy falto de ritmo. Enfrente, Mario Suárez y Gabi trabajaron a destajo y poco a poco, con la ayuda de Saúl y la intensidad de Jesús Gámez y Lucas, los laterales del Atlético, fueron neutralizando el dominio de balón del Madrid. El conjunto de Ancelotti tenía el dominio de la pelota, pero no del partido; careció de profundidad y de ocasiones claras. Sin Cristiano Ronaldo, suplente, el Madrid buscó mucho a Isco en la elaboración. El malagueño arrancaba desde el costado izquierdo hacia dentro con criterio, pero al Madrid le faltaba mucha movilidad ofensiva. Los pases eran al pie, y ante un equipo que se aplica en defensa como este Atlético, es casi imposible sorprender así.
5.- El comienzo del segundo acto fue similar al del primero. El Madrid tenía más el balón porque jugar con un centrocampista más le otorga un mayor equilibrio defensivo y más facilidad para tener la posesión, pero tener la pelota no garantiza nada. No tuvo los recursos suficientes para darle sentido al monopolio de la posesión que tuvo. Un inocente penalti de Sergio Ramos, apoyando los brazos por delante de Raúl García, le puso el partido al Atlético en bandeja de plata. El propio Raúl García lo transformó con seguridad lanzando a la izquierda de Keylor Navas.
6.- Tras el gol, el Atlético hizo una lectura magistral del partido. El Madrid intentó reaccionar con la entrada paulatina de Cristiano, Jesé y Carvajal por James, Benzema y Arbeloa, pero el equipo siguió mezclando mal. No consiguió en ningún momento someter al Atlético. Simeone dio entrada a Koke en sustitución de un Torres muy voluntarioso, pero algo espeso en las pocas ocasiones que entró en contacto con el balón. Dejó a Griezmann en punta y el equipo agudizó más aún su vocación de jugar a la contra.
7.- Para que los contragolpes tuvieran sentido, y sobre todo para que la pelota le durase un poco más, entraron Arda Turan y Mandzukic. El Atlético se colocó en un sistema 4-4-2 con ambos arriba. El turco daba la pausa necesaria a cada acción y el croata era el receptor de los envíos largos para recibir de espaldas y forzar esas faltas que permiten a su equipo salir de atrás y adelantar 20 metros sus líneas. El Madrid intentaba elaborar ataques de lado a lado, pero el ritmo era muy lento y los ataques solían morir en pérdidas en la frontal o en acciones en las bandas en las que el Atlético hacía muy bien las ayudas de dos contra uno. El 2-0 de Giménez, tras un gran remate de cabeza a la salida de un córner, colocaba la eliminatoria en el escenario soñado para el Atlético. El plan estaba saliendo perfecto para los rojiblancos.
8.- El tramo final no fue un asedio por parte del Madrid, que probablemente pasa por un momento delicado también en el apartado físico en este momento de la temporada. El árbitro perdonó la expulsión a Arbeloa por una entrada durísima sobre Gabi. El Madrid estaba nervioso, muy incómodo. Quizá la victoria en el Mundial de Clubes creó un estado de falsa euforia ante rivales inferiores. Después llegó el viaje a Dubái tras las vacaciones y una vuelta a la competición muy dura ante dos rivales como Valencia y Atlético de Madrid que no conceden espacios a la espalda de su defensa y que dificultan muchísimo la elaboración del contrario, con un nivel de concentración altísimo y muchísima intensidad. Al Madrid le ha faltado frescura y dinamismo, y como consecuencia de ello también profundidad en ambos partidos, pese a que ha tenido el balón durante gran parte de los mismos.
y 9.- La eliminatoria está muy de cara para el Atlético por su ventaja en el marcador y porque sus características como equipo se potencian más aún con una ventaja de dos goles. Pero si hay un equipo capaz de levantar un resultado así, ese es el Real Madrid. Nos espera un partido de vuelta apasionante el próximo jueves en el Bernabéu.
* Alberto López Frau es periodista.
– Foto: Ángel Gutiérrez (Atlético de Madrid)
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