Boxeador en la lona

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Boxeador en la lona

por MARTI PERARNAU el 2 marzo, 2013 • 17:31

1.- Tras meses de boxear con la guardia abierta y encajar todos los golpes, al Barça se le acabó la paciencia: ya no más poner la mandíbula para que que te la crujan. Fue un papelito que repartió Iniesta a la media hora de partido sobre el Bernabéu y que corrió de mano en mano entre sus compañeros. Mensaje escueto: “Hasta aquí hemos llegado”.

2.- El símbolo fue ese rondo defensivo e intrascendente que pusieron en marcha Iniesta, Busquets, Thiago y Messi en el círculo central. Sin otra intención que dejar correr el reloj, como si estuviera harto de llevar siempre la iniciativa. “Sal tú”, parecen decirle al Madrid. Por cierto, la jugada termina con ocasión de peligro para Messi.

3.- El partido ya inicia con ese ambiente mutuo de no hacerse daño. Desde la alineación de Mourinho, con Pepe en el mediocentro, hasta la actitud barcelonista, la del herido que pretende evitar la nueva confrontación. A la primera pérdida de riesgo, en pase vertical de Thiago sobre Messi, apertura sobre Morata, vigilancia inane de Alves y Benzema que le gana la espalda a Mascherano, con desacierto también de Valdés. Concatenación de errores, Barça a la lona.

4.- El Barça no había cruzado el centro del campo y volvía a estar con la mandíbula rota. Emocionalmente grogui desde el martes, recibe de entrada otro directo al rostro, esta vez de un púgil que desde la alineación es más liviano de lo habitual. El equipo de Roura sale con todas las precauciones, casi caminando, como pretendiendo retrasar el choque con el duro que tiene enfrente.

5.- Momento perfecto para Mourinho, que sitúa en doble pivote a Pepe y Modric, con Essien persiguiendo por todas las zonas al liviano Villa, sombra de sí mismo por más altavoces mediáticos que ululen. El hueco que deja el ghanés en el lateral lo cubre Callejón con ímpetu y el Madrid se siente seguro y firme en ese 4-5-1 con el que viene desactivando al Barça desde hace trece meses.

6.- Messi hace por escapar de los guardianes de su jaula situándose a espaldas de Pepe y Modric, pero resulta intrascendente hasta que Alves percibe una lucecita al fondo del túnel y ahí que lanza un balón para el desmarque de Messi, control, desequilibrio a Ramos y desacierto en Diego López encajando el empate por el primer palo. Será el único instante de Messi en todo el partido.

7.- Y a partir de ahí Iniesta empieza a repartir el papelito con la instrucción del cambio. Se acabó jugar abiertos como si no hubiera mañana. Parecería que el señor de Fuentealbilla hubiera leído la Biografía táctica del Madrid de Mourinho de Francisco Ruiz Beltrán: “Si no puedes volar, corres; si no puedes correr, andas; y si no puedes andar, gateas”. Y aplica la versión blaugrana del aforismo.

8.- El Barça opta por jugar como el Madrid: a evitar hacerse daño, pero a su estilo. O sea, juguemos a toquecitos en el centro del campo. ¿Por qué? Posiblemente por las heridas previas y por los 16 puntos de ventaja con los que llega al Bernabéu. Aunque ya todos lo hayamos amortizado, en juego está la liga y no es, por cierto, un título menor aunque ahora parezca no valer nada.

9.- Estos 90 minutos no dejarán nada positivo para el conjunto de Tito Vilanova; ni siquiera la gestión del problema. Porque el equipo está en un problema. De juego y emocional. Y si no puedes resolverlo en vivo y en directo en el Bernabéu, tendrás que hacerlo otro día y en otro escenario. Los problemas se perciben en las ínfimas ayudas defensivas mínimas de Villa, Pedro e Iniesta a Busquets y Thiago, con lo que la transición defensiva siempre es un via crucis para Busquets. Por libre no se puede: pese al márketing, esto continúa siendo un juego colectivo y pesan más todos juntos que por separado.

10.- El partido se le hace intrascendente y largo al Barça porque está anonadado, sorprendido por lo que le viene ocurriendo desde hace unas semanas, como si tuviera pesadillas por las noches y jugara con el peso del insomnio. Incluso este Madrid que está con la cabeza en Old Trafford le pasa por encima, como si el equipo se hubiera volatilizado en mente y libreto.

11.- Apunta el Madrid varias veces y acaba por acertar en otro saque de esquina, con lo que Ramos rompe a pedazos el papelito a Iniesta y con ello el marcador, devolviendo al fino estilista a la lona, de donde ya no se levantará pese al esfuerzo final. El Barça está viviendo los días amargos que todo equipo padece de vez en cuando, desconcertado sin su líder, emocionalmente quebrado y sin ningún sentido en el juego. Intentó otra modalidad en el Bernabéu, la de evitar el intercambio de golpes con el Madrid, en busca de salir sin rasguños, pero tampoco le funcionó e incluso el balance final será peor, dada la desnaturalización absoluta vista sobre el césped.

12.- ¿Qué le ocurre?, se pregunta todo el mundo: nada que no le haya sucedido antes a cualquier deportista. El fútbol no es un juego lineal y cuando te han tumbado tres veces al suelo lo normal es sentirse KO. El Barça está KO, con jugadores descentrados, empeñados en batallas estériles y gestos inútiles en lugar de buscar corregir y mejorar su nivel, que en algunos no es el adecuado. No le será fácil levantarse y mucho menos con el runrún mediático barcelonés, uno de sus grandes peligros tanto en los buenos momentos como en los malos.

13.- Para el Madrid, bálsamo antes de la batalla de Manchester. Protegida en su coraza, la segunda unidad de Mourinho sale airosa del evento, sin alharacas ni nada destacable salvo el resultado, lo que no es poco para un equipo que no hace mucho también parecía bordear el abismo. Hoy se siente poderoso en su plan, gustos al margen, con Pepe excelente en la función de mediocentro, y todos comprometidos, que es la mejor rampa de salida para el momento clave de su curso: vencer en Old Trafford.

y 14.- Al Barça solo le queda persistir y corregirse. Corregirse mucho, muchísimo. Pero nada que no se haya vivido antes.Le toca aplicarse una realidad que no imaginaba: “Si no puedes volar, corres; si no puedes correr, andas; y si no puedes andar, gateas”