Champions 2012-2013 / Fútbol 2012-2013 / Fútbol
1.- Partido mil veces visto y cien veces interpretado en el Camp Nou. La misma “partita” de siempre. La del Chelsea. La del Spartak. El Barça ahogado en su propio jugo: cuanto más aprieta al rival contra su portería más se asfixia por esa falta de espacios que su misma presión provoca. A cambio de semejante problema, la solución de la persistencia paciente: ¿Suerte? ¿Flor? Posiblemente. Pero mucho más que eso.
2.- Antes de la final de Champions, Petr Cech había estudiado todos los lanzamientos de penalti del Bayern Munich desde 2007: ¡Cinco años completos! En esa final del pasado mayo, Cech se enfrentó a seis lanzamientos alemanes (uno en la prórroga y los cinco de la tanda reglamentaria) y evitó que tres fueran gol. Su Chelsea se proclamó campeón de Europa.
3.- Ante defensas tan cerradas como la impresionante del Celtic, amartillada por un excelente Fraser Forster en la portería, el Barça no remató bien ni excesivamente, pero incluso así remató 25 veces: una al poste, 10 a portería y 9 fuera. Marcó en los minutos de la agonía: 44’ y 94’, cuando el tiempo ya se deslizaba por los dedos, pero también cuando su rival boqueaba exhausto tras larguísimos minutos persiguiendo y persiguiendo rivales. ¿Flor? ¿Casualidad? Veamos:
4.- Estos son los goles logrados en la presente temporada por el Barça después del minuto 70: El 5-1 a la Real Sociedad; el 2-1 y 3-1 al Madrid en Supercopa ida; el 1-1 y 1-2 a Osasuna; el 0-2, 0-3 y 1-4 al Getafe; el 2-2 y 3-2 al Spartak; el 1-0 y 2-0 al Granada; el 2-2 y 2-3 al Sevilla; el 3-5 al Depor; y el 2-1 al Celtic. ¡Dieciséis goles en nueve partidos! 16 goles conseguidos en el tramo final. ¿De verdad eso es casualidad? Añadamos: gol de Messi en el minuto 44 en el Bernabéu (Supercopa vuelta); gol de Iniesta contra el Celtic en el 44’… ¿Flor? Permítanme decir: derribo paciente de una muralla.
5.- Por supuesto, no, no ha sido un buen partido del Barça aunque sí interesante en el primer cuarto de hora, cuando el Celtic todavía se mantenía con las líneas algo abiertas: el Barça ha sido bastante peligroso en esos minutos porque el eje vertical escocés era una autopista. Alexis ha estado muy cerca de colarse por ahí. Interesantes también las dos acciones a balón parado en que Bartra ha rondado el gol de cabeza. Pero el tanto de Samaras desviado por Mascherano (que pugna en serio por ser Pichichi inverso) ha sido el martillazo con que se ha cerrado el armario visitante.
6.- Tras el 0-1, el Celtic se coloca en 4-5-1 antes de acabar en 4-6-0. A Pep le gustaba enfrentar defensas de ese tipo hasta que ocurrió lo del Chelsea y dejó de hacerle gracia. Desde aquel día, 24 de Abril, esas defensas ya no solo no hacen gracia en Can Barça, sino que han pasado a ser traumáticas porque el equipo está construido como está construido, de acuerdo a una idea de juego que no prevé delanteros centro gigantescos para cabecear, ni cañoneros formidables para rematar desde lejos. Ni lo contempla ni lo hará. Uno es lo que es y no puede ser lo contrario. ¿Que esto es un hándicap? Pues sí, pero en el fútbol, como en la vida, no se puede tener todo.
7.- Bueno, pues tras el 0-1 ha sido la del Chelsea o la del Spartak. Soplar y soplar contra un muro para intentar derribarlo. A veces, empujando tan arriba que facilitas el repliegue máximo del contrario y acabas ahogándote tu mismo sin espacios. Barça muy ortodoxo en posiciones y movimientos, modo Xavi, con dos centrales en centro del campo; laterales empezando de laterales y acabando de extremos; extremos empezando de estacas para acabar por dentro; y Xavi, Iniesta y Messi en el balcón del área buscando la rendija imposible.
8.- Pocas noticias en la línea trasera. Con Bartra y su excelente salida de balón, Valdés ha parecido más tranquilo con el pie; Mascherano igual de arriesgado en los 1 vs 1: a veces busca demasiado a su rival y creo que no acierta en ese movimiento; y Bartra ha justificado -siendo muy poco exigido, digámoslo todo- que la reclamación de su titularidad no era ninguna memez. Song, sufridor en las transiciones defensivas en tanto que único mediocentro de un 2-1-4-3, no ha cometido errores, pero tampoco ha creado las ventajas en ataque que genera Busquets.
9.- Delante, Alexis mejora notablemente cuando se va al centro para desbrozar la zona de centrales aunque los del Celtic no han “picado” su anzuelo precisamente. Sí mucho más el de Villa, que en la posición de 9 se ha mostrado efervescente, lo que apunta a un retorno súbito. Por momentos, el Barça se ha pasmado, ensimismado en sí mismo, esperando que Messi resolviera como siempre. El Celtic gustaba de su doble muro y al trío Xavi, Messi, Iniesta le costaba sudores introducirse por los pequeños ventanucos.
10.- Cuando el resultado no acompaña se echa la vista al banquillo y ahí estaba Cesc. Tengo serias dudas de que esa hubiera sido la solución: ¿Verticalizar el partido con un Celtic que solo ansiaba eso? El prodigioso gol de Iniesta, obra maestra de la Santísima Trinidad blaugrana en un baldosín, parece decir que no estaba mal apostada la persistencia, por desesperante y agónica que sea.
11.- Y lo ha sido aún más durante el segundo tiempo, cuando el Celtic se ha defendido con los once dentro de su área y el cerrajero blaugrana parecía incapaz de encontrar la llave adecuada. Al equipo no le ha faltado paciencia, desde luego, para repetir cien veces la misma operación aunque la operación fallara una y otra vez, ya con Forster agigantado.
12.- La victoria final deja dos lecturas apropiadas: la primera habla de dificultad. Dificultad para afrontar este tipo de retos cada vez más habituales que augura convertir los partidos del Barça en un duelo entre una idea y su antídoto, lo que lleva a pensar que el proceso Xavi-Cesc, para ir rotando de un Barça a otro, resulta inevitable más allá de la edad cronológica de los protagonistas.
y 13.- La segunda lectura habla de paciencia geológica. Dieciséis goles conseguidos en el último tramo de partidos bastante similares no son fruto de la casualidad. Quien quiera creerlo es libre de hacerlo. A mi me parecen más bien hijos de la persistencia y el convencimiento de que golpe a golpe se acaba derribando cualquier muralla. Quizás resultará que 90 minuti al Camp Nou sono molto lunghi…
– Fotos: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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