1.- Parsimonioso, el partido empezó con menos revoluciones que en el 2-2 de la primera fase entre ambos conjuntos. Solo un disparo desviado de Roque Santa Cruz y un tibio remate de Pastore alteraron la tónica y el ritmo dominante. Paraguay defendía en repliegue medio, Argentina no conseguía batir líneas y Messi no aparecía.
2.- Hasta que en el minuto 14 apareció, quien sabe si como homenaje a un Cruyff que también ha sido protagonista durante las últimas horas. Messi puso un centro medido desde el costado izquierdo que dificultó el despeje de la defensa paraguaya, poco contundente. El balón quedó dividido y Marcos Rojo lo aprovechó para adelantar a su equipo.
3.- El transcurso de la Copa América venía mostrando a una Paraguay más competitiva a raíz de estar por detrás del marcador. No sucedió tras el 1-0. Messi se movía más, los paraguayos se desordenaban y, en una transición ofensiva, el capitán argentino habilitaba a Pastore, que se desmarcaba por el flanco central del ataque. Control orientado y definición cruzada al palo largo. La contundencia vencía al juego. El colmo para el equipo dirigido por Ramón Díaz eran las lesiones de Derlis y Roque Santa Cruz. Más difícil todavía. El partido era denso, y solo la pausa de Pastore y las arrancadas de Messi lo sacaban de la liturgia.
4.- Al final de la primera parte, Paraguay adelantó líneas y buscó con más ahínco el gol. A Argentina le faltó jerarquía para detener el encuentro. «Aquí se acaba esto», debió decir. No lo hizo. La selección rojiblanca se aproximó tras varios córners consecutivos y empezó a presionar la salida de balón de los albiazules. En una de estas, Otamendi no dudó en rifar el balón. Como muchas veces se insiste, a menudo es más arriesgado enviar un balón largo que tratar de salir en corto, más si cabe cuando la defensa no está organizada. La distancia entre centrales era un abismo y por el carril central le cayó el balón a un Lucas Barrios que vio cómo su equipo tenía la oportunidad de volver al partido. No la desaprovechó.
5.- Argentina se fue al descanso con más dudas de las esperadas tras el 2-0, pero estas se disiparon pronto, ya que que anotó el 3-1 con otra rápida transición, esta vez dirigida por Pastore y definida por Di María, que –por fin– recordó al portentoso galopante, carril izquierdo mediante, que venía maravillando en las temporadas anteriores.. Visto y no visto, contraataque y gol. Esto solo acababa de empezar.
6.- Porque pocos minutos después se vio lo que es Argentina, para lo bueno y lo malo. Messi hizo un ‘slalom’ hacia su propia portería porque no encontraba ningún pasador libre y perdió un balón que bien pudo acabar en un susto. Pero en esa misma jugada consiguió Argentina, otra vez, salir al contraataque. Messi condujo y tiró un caño que despertó el oh del público. El despeje del portero permitió que Di María marcara el cuarto gol, segundo particular. Argentina ya había marcado en la semifinal los mismos goles que en el resto de la Copa América.
7.- Pareciera que los dos equipos querían que pasaran cuanto antes los minutos, unos para no recibir una goleada mayor, y otros para que ninguno de sus jugadores importantes se perdiera la final, vista la lentitud de Gerardo Martino en los cambios. Los goles iban llegando, fuera Agüero de cabeza o Higuaín, que entró por el propio Kun, tras una recuperación de la albiceleste en área rival. Argentina no lamentó la baja por tarjetas de ningún jugador importante para la final.
8.- Honor a Paraguay, que con el marcador en contra y pese a las lesiones, buscó la heroica de remontar ante una Argentina que tiene pólvora para incendiar el castillo más grande de la América futbolística. Siempre que Chile, su intensidad y condición de anfitrión, no logren evitarlo.
9.- Messi no marcó pero volvió a ser el mejor jugador del partido, y jugará en menos de un año la final del Mundial, de la Champions League y de la Copa América. Sabiendo que no somos originales, diremos que Messi es de otro planeta, ¿Qué recompensa le daríamos a aquel que descubra la esencia del poeta con botas? Ya no hay maquillajes que tapen lo evidente: Messi es un talento sin parangón en la historia.
10.- ¿Y qué retos le quedan por acometer al ’10’ argentino? Leo ha derribado las puertas del cielo blaugrana mil y una veces, pero le falta alcanzar el Olimpo con Argentina –Juegos Olímpicos aparte–. No necesita ganar con su país para demostrar a los demás que es el mejor, sino para reafirmarse a sí mismo que, aunque hace un año en Río de Janeiro muchos le pregonaran el fin del mundo, todo ha valido la pena.
y 11.- ¿Lo conseguirá? El próximo sábado, 4 de julio, saldremos de dudas.
* Ismael Ledesma.
– Foto: EFE
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