1.- Con la eliminatoria totalmente sentenciada tras el partido de ida y sin ninguno de los titulares del duelo contra el Atlético del pasado fin de semana, el interés del partido se centraba en tres frentes: poner a prueba la ambición y espíritu competitivo del equipo, descubrir si el cambio de jugadores supondría también variantes tácticas en el despliegue del juego, y sobre todo, ver el rendimiento de los jugadores con menos minutos de la primera plantilla y de los que pujan por incorporarse a ella.
2.- Por lo que respecta a la actitud, las ganas por ganarse más minutos en partidos transcendentes hicieron que los jugadores del Barça mostraran más intensidad que los de un Elche, para los que aquello no era su guerra. Así, el Barcelona se plantaba en campo contrario con la defensa muy adelantada, líneas juntas y una presión alta que no dejaba respirar a los jugadores de Fran Escribá.
3.- En cuanto al plan de juego, partiendo de un 4-3-3 clásico con extremos abiertos (Pedro por la izquierda y Adama por la derecha, con Munir de falso nueve), Gumbau se incrustaba entre los centrales para dar salida al balón, mientras que los laterales (Montoya por la derecha y Adriano por la izquierda) subían hasta situarse a la altura de Rafinha y Sergi Roberto.
4.- A pesar del cambio de jugadores, el Barcelona volvió a mostrar las virtudes y defectos a los que nos viene acostumbrando, con un juego muy vertical donde los interiores han dejado de ser el eje principal del juego para convertirse durante la mayoría del tiempo en simples espectadores del mismo. El balón no se sacaba jugando en corto, sino mediante conducciones o balones largos de Mathieu y especialmente de Bartra, de forma que el equipo no se asentaba en campo contrario gracias a la posesión, sino mediante la presión y recuperación en segundas jugadas.
5.- Ante la ausencia de un buen ataque posicional que abriera huecos en el repliegue defensivo bajo de los jugadores del Elche, tres de los goles del Barça llegaron a partir de jugadas aisladas o destellos de calidad individual. El primero gracias a un soberbio lanzamiento de libre directo de Mathieu tras una falta cometida sobre Adama cuando se marchaba solo hacia portería gracias a un excelente servicio de Rafinha en un contrataque. El segundo, con un buen disparo desde la frontal de Sergi Roberto aprovechando el metro de más que le había dejado su marcador. El tercero lo marcó Pedro desde los 11 metros convirtiendo un riguroso penalti señalado sobre Munir, en una de las pocas ocasiones en las que el joven jugador pudo conectar bien con el balón.
6.- Las únicas jugadas mínimamente elaboradas que funcionaron de forma razonable durante todo el partido se basaron en las incorporaciones de los laterales al ataque. Montoya intervino con peligro llegando hasta la línea de fondo o posiciones de disparo en repetidas ocasiones, mientras que Adriano se redimió de su ocasión fallida al inicio del partido marcando en tiempo de descuento el cuarto gol de la noche, un remate de cabeza a centro de un Douglas que había entrado a 30 minutos para el final.
7.- Por lo que respecta a las actuaciones individuales de los menos habituales del primer equipo, Ter Stegen demostró su calidad ejerciendo prácticamente de líbero, cortando diversos contrataques fuera del área y sacando el balón con buen criterio. Rafinha demostró su buena visión de juego con pases como el de la jugada del primer gol, y su combinación de técnica y fuerza en las conducciones, pero también que todavía tiende a abusar demasiado de ellas alargándolas a veces hasta perder el balón de forma intrascendente. Sergi Roberto dio detalles de calidad situado en la frontal, tanto con su gol como con su buena lectura de las incorporaciones al ataque de los laterales.
y 8.- El partido también nos permitió ver debutar a un Gumbau que no se complicó la vida, jugando fácil con balón y mostrándose concentrado sin él (suyas fueron las tres primeras faltas cometidas por el Barcelona). Adama jugó un partido intermitente, pero dejó un par de jugadas marca de la casa, con arrancadas llenas de potencia y desborde. Y Halilovic aprovechó los pocos minutos de los que dispuso para demostrar su calidad con un toque sutil con la izquierda de seda para mandar un balón al palo. A falta de posibilidad de fichar este verano, buen consuelo es ver que hay calidad en el ascensor.
* Xavier Codina.
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