"Cada acto de aprendizaje consciente requiere la voluntad de sufrir una lesión en la propia autoestima". Thomas Szasz
– Título: Aprender de los campeones
– Autor: Pep Marí
– 1ª edición: Marzo 2012
– Editorial: Plataforma
– Nº páginas: 142
“Quién sabe. Tal vez esta conversación nos ha cambiado la vida a uno de los dos“. A él no lo sé, pero en mi habitación cuelga hoy un lema que me enseñó Pep Marí cuando hablé con él por primera vez. Conocí a Pep en el CAR de Sant Cugat, donde dirige el departamento de psicología, y la excusa de un reportaje sobre la vida de los deportistas tras su carrera derivó en una conversación sobre el poder de la mente a la hora de superar retos en la competición y en la vida.
Hace pocas semanas, Pep se ha decidido a sacar un libro donde expone toda su sabiduría sobre el rendimiento, convencido de que el mundo es más permeable que nunca a estas perspectivas y que éstas son de aplicación para cualquier persona. “Aprender de los campeones” nos acerca las mejores historias del deporte, que no son otras que las basadas en la superación de los propios límites. Como a Martí Perarnau o a otro Pep más famoso, a este psicólogo deportivo le interesa lo que hace humanos y terrenales a las grandes figuras pero, a la vez, aquello que los hace irrepetibles: su cabeza.
El deportista -y la persona en general- debe tener claro los objetivos a los que quiere llegar y debe saber muy bien cual es el precio a pagar y si va a estar dispuesto a pagarlo. Eso lo vemos todos los días. Balotelli, del Manchester City, se ha cansado de decir que quiere ser el mejor, pero repite sus errores una y otra vez. Messi ya lo ha conseguido, y sin embargo, cada día acude a los entrenamientos una hora antes para hacer sesiones de fisioterapia y propiocepción para rendir mejor. Otro genio, Cristiano Ronaldo, ha logrado exceler en todas las facetas entrenables individualmente: punta de velocidad, potencia de salto, calidad del remate con la cabeza y disparo lejano. Son los ejemplos más conocidos, pero no los únicos. Los deportistas de alto rendimiento deben estar dispuestos a pagar el 100% del precio y, sin embargo, asumir el riesgo de no conseguir el éxito.
Quienes hemos practicado deporte, sea al nivel que sea, lo sabemos, pero la enseñanza sirve para cualquier faceta de la vida. Terminar dignamente una maratón, mejorar el tiro de tres puntos, placar con más fuerza o ser un equipo competitivo y equilibrado es lo mismo que tener una vida en pareja estable, sacar una matricula de honor o cerrar un negocio. Solo si pones el 100% de tus energías y talentos tendrás posibilidades de lograrlo, pero incluso con esa exigencia, tal vez te quedes a las puertas.
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