"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
Iniciamos 2016 haciendo referencia a dos conceptos defensivos cuyo entrenamiento específico no es muy común, a pesar de que se le puede sacar gran provecho en tareas de entrenamiento de ámbito ofensivo.
La anticipación es la acción físico-mental que realiza el jugador sobre el atacante que espera recibir el balón, modificando su posición respecto a él e impidiendo que lo reciba.
En cambio la interceptación hace referencia a la acción que realiza un jugador que defiende, impidiendo que el balón lanzado por el adversario llegue a su destino, cortando o desviando la trayectoria.
Se trata por tanto de acciones tácticas ejecutadas de manera individual que, incluidas como única consigna válida de recuperación del balón en una tarea (es decir, impidiendo la presión sobre el jugador poseedor), permiten circular el balón con un sistema de repetición eficiente y además agregan un valor añadido en la compresión y asimilación de conceptos ofensivos. Así, cuando queremos realizar indicaciones a los jugadores sobre cómo desplazarse sobre el campo o qué tipo de circulación puede ser más apropiada atendiendo a nuestras características, podemos incluir estos conceptos no para su mejora o perfeccionamiento, sino como herramienta de apoyo que permita orientarnos hacia otros objetivos.
Objetivo: asimilar los puestos específicos de cada jugador del equipo rojo y desarrollar patrones para fomentar movimientos de apoyo y ayudas permanentes entre estos, todo ello con el fin de profundizar hacia la meta contraria.
Podemos desarrollar la tarea en tres etapas:
Posesión de balón 8×6, donde el equipo azul solo puede recuperar mediante anticipación y/o interceptación (podemos asignar la consiga a ambos, pero si facilitamos la recuperación de balón por parte del equipo rojo, fomentamos la circulación del balón por su parte –sistema de repetición eficiente–).
Posesión de balón 8×6 sin restricciones de recuperación, obligando al jugador a pensar más rápido. Observaremos si los conceptos previamente establecidos se desarrollan de manera eficiente bajo presión.
Partido reducido (con las porterías). Desarrollamos la tarea en aplicación competitiva, con transición en el juego y en un contexto cercano al de un partido donde no existan consignas que alteren el normal desarrollo del juego.
Como conclusión, hay que añadir en ciertas tareas de entrenamiento estas consignas que permitirán a los jugadores una mayor comprensión de los conceptos que hay que desarrollar. El ejercicio que acabamos de ver es un buen ejemplo de cómo sacar provecho a este tipo de conceptos que se encuentran en desuso en el entrenamiento diario.
* Joaquín Lobón es responsable técnico de CITY FOOT (Casablanca, Marruecos). www.joaquinlobon.wordpress.com
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