"Todo lo que no está creciendo está muriendo. Crecer significa aprender y transformarte cada vez en una mejor versión de ti mismo". Imanol Ibarrondo
Con el ascenso hace unos meses del Real Jaén a Segunda División, es buen momento para recordar a uno de los mejores jugadores que pasaron por la entidad jienense, Ángel Mª Arregui. Es el máximo goleador del club en toda su historia con 222 goles (otros datos apuntan a 225) y junto con Agustín Gª Cerrillo, los únicos futbolistas que permanecieron en el conjunto andaluz las tres temporadas que militó en Primera en la década de los cincuenta, siendo además el artillero destacado del equipo en todas ellas. Nacido el 1 de octubre de 1926 en Mondragón, provincia de Guipúzcoa (España), fue un delantero centro a la antigua usanza. Fuerte, valiente, batallador y con uno de los mejores remates de cabeza que haya visto el fútbol español a lo largo del tiempo. De esta forma logró la mayoría de sus tantos imponiéndose claramente a las defensas contrarias. Era un hombre noble, caballeroso y cercano que jamás fue amonestado en Primera División.
Comenzó a jugar al fútbol con sus amigos en las calles de su localidad natal Mondragón. Con 18 años se trasladó a Logroño y allí se enroló en las filas del Deportivo Maestranza, que militaba en Tercera División en el que jugó en la temporada 1944-1945. Disputó algunos partidos con el Athletic Club coincidiendo con figuras de la talla de Venancio, Panizo, Gainza o Zarra, y en noviembre de 1945 fichó por el Sevilla. El cuadro hispalense, que esa temporada conquistará la liga, decidió de la mano de su entrenador Ramón Encinas ceder a Arregui de nuevo al conjunto riojano. En 1947 y 1948 las cesiones continuaron esta vez con destino C. D. Iliturgi y Úbeda C. F. respectivamente. En el equipo ubetense logró su primer título con la conquista de la Copa Federación tras vencer en la final por 4-3 al Alicante con un triplete suyo. Para la campaña 1949-1950, el Sevilla, dirigido por Guillermo Campanal, contó con Arregui y le tramitó ficha de la primera plantilla. Sin embargo, pese a contar en los inicios del campeonato –fue titular ante Deportivo de la Coruña (anota un gol), Barcelona y Real Sociedad–, desapareció de las alineaciones y pasó un año prácticamente en blanco.
En el verano de 1950 recibió una oferta del Real Jaén, en Tercera División, que no dudó en aceptar. No lograron ascender en su primera temporada en el club, pero sí en la segunda tras finalizar líderes del Grupo 6 de Tercera División aventajando en dos puntos a la U. D. Almería. Iniciaron el curso 1952-1953 con el objetivo de mantenerse en la categoría de plata, pero el paso de las jornadas y el buen hacer del plantel hizo que se fuesen ilusionando con un ascenso que finalmente se produjo frente al C. D. Mestalla el 5 de mayo de 1953. Aquella tarde, dos goles de Arregui y otros dos de Cabrera dieron la victoria por 4-2 e hicieron inútil el esfuerzo del Hércules por alcanzarles en la tabla. La labor de Adolfo Bracero en la parcela técnica y los 30 goles de Arregui, que le coronaron máximo goleador de la categoría, fueron fundamentales, pero sin la ayuda vital de jugadores como Núñez, Gª Cerrillo, Bomba o Cabrera no se habría obtenido este éxito.
La campaña en Primera se inició con mucha ilusión y con una alineación para el recuerdo formada por Montes, Cerrillo, José Luis, Núñez, Gutiérrez, Guerrero, Riestra, Linares, Arregui, Méndez y Pineda. El delantero de Mondragón anotó el primer tanto de la historia de la institución en la categoría y ayudó a la victoria frente al Sevilla por 3-1. Ganaron cinco encuentros en las ocho primeras jornadas, pero los malos resultados cosechados a mitad del campeonato les relegó a la parte baja de la tabla, zona que no abandonarían y que les envió al descenso. A nivel particular, Arregui completó una soberbia actuación con 16 goles en 15 partidos. La aventura por Segunda esta vez duró dos campañas y en 1956 regresaron a la élite del fútbol español después de liderar su grupo por delante de Real Betis y la S. D. España Industrial. La temporada 1956-1957 comenzó realmente mal y no fue hasta la destitución de Tomás Arnanz y la llegada de José Millán cuando el equipo reaccionó. Los once goles de Arregui, conseguidos en su mayoría en el tramo final, fueron importantísimos para mantenerse, hecho que no se pudo confirmar hasta la última jornada, cuando se doblegó al Atlético de Madrid por 2-0.
La temporada 1957-1958 fue la último del Real Jaén hasta el momento en Primera. Con el francés Louis Hon en el banquillo terminó como farolillo rojo de la clasificación a pesar de los ocho goles de Arregui, que de nuevo se erigió en máximo goleador de la escuadra. A lo largo de esta etapa recibió numerosas ofertas de equipos como el Real Madrid o el Athletic Club, pero permaneció fiel a los colores del Real Jaén, que solo abandonó para disputar algunos encuentros amistosos con el Valencia en 1960. Siguió en el conjunto jienense varias campañas en Segunda y una en Tercera hasta 1964, momento en el que puso final a su trayectoria. Aún hoy en día es un mito venerado por los aficionados del Real Jaén, que escuchan a padres o abuelos contar cómo Ángel Arregui, con su pañuelo anudado a la cabeza, hizo historia con la zamarra blanca.
Con la selección española no disputó ningún encuentro y su único contacto tuvo lugar en 1954, cuando fue convocado por Luis Iribarren, que realizó unas pruebas en Madrid a distintos futbolistas.
Al finalizar su carrera continuó ligado al equipo de su vida, el Real Jaén, ocupando un puesto en la directiva del conjunto lagarto. Falleció el 7 de mayo de 1967 a los 40 años de edad. Sufrió un accidente de automóvil en las proximidades de El Carpio (Córdoba): un camión derrapó por encontrarse la calzada mojada y chocó con el vehículo en el que se encontraban Arregui y su amigo Jesús Alberdi, pereciendo ambos en el acto.
Los homenajes se sucedieron y hasta equipos en los que no había estado, como el Torredonjimeno, guardaron un minuto de silencio en su memoria. En la actualidad existe un mural dedicado a su figura en el estadio de La Victoria y una calle de Jaén lleva su nombre.
* Alberto Cosín.
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