1.- Paradójicamente, un partido en el que dos teóricos grandes de la Liga necesitan puntos de manera vital comienza con ocasiones claras. Y es que Pellegrino había decidido ser menos Pellegrino y Bielsa morirá siendo Bielsa.
2.- Primera parte de dominio alterno y poca claridad, seguramente generada por los nervios con los que juegan los futbolistas. Cada córner es prácticamente medio gol y, pese a la discontinuidad en el juego por parte de ambos conjuntos, se hacen daño mutuamente. El Athletic, con una propuesta más definida; el Valencia, merced a un coraje y un ímpetu que ridiculiza la petición de echarle huevos por parte de la afición cuando el marcador es adverso.
3.- Las lagunas de creación en el lado che se deben en buena medida a la buena presión que se efectúa, personalizada en la la labor de De Marcos sobre Gago. En los bilbaínos seguramente la inseguridad lleva a no alcanzar la mayor fluidez que el menor trabajo que la nueva pareja de interiores valencianistas permite.
4.- Así, más allá de la inspiración puntual de Viera o Muniain, es en las áreas donde se decide el partido. Soldado primero envía un balón a la madera y más tarde consigue empatar mediante un claro penalti que se reproduciría instantes después en el área opuesta, sin ser señalado en esta ocasión. Los marcajes individuales de los jugadores del Athletic son una mina que no se acaba de aprovechar, aunque Jonathan Viera está a punto de marcar tras plantarse con una facilidad pasmosa ante Iraizoz gracias a la facilidad con la que Soldado puede arrastrar a los centrales. Pero el Valencia no se prodiga en jugadas combinativas, pues prioriza terminar las acciones, lo que también da lugar a algún buen disparo.
5.- Pero es en la otra área donde se decide el primer tiempo. Aduriz, jugador infravalorado al que Mestalla recuerda con cariño y lamenta su marcha, futbolista que con seis goles en lo que va de campaña hace que no se recuerde al mismísimo Llorente, amarga la noche a un Víctor Ruiz más que desatinado. Buscando siempre su perfil, cada balón que le cae al ariete vasco es un peligro. Así llega su gran primer gol y está cerca de hacerlo el tercero. Entre tanto, ha conseguido marcar el segundo en un córner merced a que Víctor estaba pendiente de que no rematara de cabeza cuando el peligro eran sus pies.
6.- Con este 2-1 se llega al descanso en un Mestalla que empieza a pedir sangre. Y es que este estadio alberga a una de las aficiones más fieles del campeonato, pero que a cambio no entiende de diferencias económicas con Madrid o Barça, nunca le parece suficiente la entrega de sus jugadores y rara vez considera que su entrenador ha acertado con un planteamiento. Prueba fehaciente de ello es que la marcha de Emery fue más que celebrada.
7.- En el segundo tiempo, manteniéndose las constantes vitales del primero, la balanza se decanta ligeramente del lado valencianista. El equipo juega algo más arriba y el Athletic pierde fuelle. Soldado y Bernat, en distintas ocasiones, están cerca de igualar la contienda, pero un gran Iraizoz (quien ya empezaba a estar entre los dos mejores de su conjunto) no lo permite.
8.- Así se llega al ecuador del segundo acto, momento en el que tiene lugar la acción más determinante del partido: la expulsión de Ander Herrera, más que reprochable. Pero si es tan decisiva no es únicamente por el hecho de la inferioridad numérica, sino por la caótica defensa organizada del Athletic. Y es que, si solo se pretende defender (caso del Athletic desde que poco después de quedarse con diez Bielsa retirara a Aduriz), jugar con uno menos no tiene porqué ser tan decisivo. Al fin y al cabo, 10 hombres con la única misión de no encajar un gol es una cifra más que respetable que ha dado lugar a infinidad de muros infranqueables a lo largo de la historia.
9.- Pero el Athletic es la antítesis de lo dicho. Con sus marcajes individuales susceptibles de fáciles arrastres y superaciones, solo es cuestión de tiempo que el Valencia vaya encontrando infinidad de caminos, que se convierten en autopistas cuando los cambios provocan que Banega y Viera jueguen por dentro, asistiendo a los laterales convertidos en extremos o a los dos puntas según se tercie. Pero el Athletic resiste merced a un descomunal Gorka Iraizoz.
10.- Hasta el minuto 88, cuando Tino Costa, paradigma de un equipo con más carácter que fútbol, acierta a introducir en las mallas un rechace. Posteriormente, él mismo, en el descuento, serviría la falta que lleva al descomunal remate de Valdez con que el Valencia voltea el encuentro. Con justicia, sin duda.
y 11.- Los problemas de ambos equipos siguen vigentes, aunque ahora el Valencia podrá reducir la tensión que en el Athletic aumenta. Más si cabe porque pensarán, no sin razón, que la superioridad en el marcador que consiguieron Aduriz e Iraizoz la destrozó Ander Herrera con su chiquillada.
* Rafael León Alemany.
– Foto: Miguel Ángel Polo (Marca)
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