Después de haber disfrutado durante algunos años del mejor equipo filial de los últimos lustros, en Can Barça siguen emergiendo jóvenes dominadores del juego de posición.
Quizá la comparativa nos impida observar las enormes cualidades de muchos de ellos. En la retina, aún quedan vestigios de la magnífica forma de interactuar de Oriol Romeu, Sergi Roberto, Thiago, Dos Santos o Víctor Vázquez, futbolistas transmisores de las prebendas necesarias a los Nolito, Edu Oriol, Jonathan Soriano y compañía.
Es tan complicado como innecesario tratar de olvidar las superioridades obtenidas cuando Fontàs o Bartra empezaban la actividad de ir desajustando al equipo adversario, dos fabulosos remitentes de soluciones a los pobladores de las siguientes líneas. Era un equipo privilegiado, colmado de conceptos que brotaban una y otra vez de esa excelente manera de relacionar inteligencias rutilantes. Perdieron encuentros, pero jamás la soberanía en el juego.
Ahora, los intérpretes son otros, tan buenos en algunos casos como sus predecesores, en vías de volver a formar un equipo que permita el fluir natural del talento de cada cual. Porque en eso consiste el trabajo de un conjunto filial, en construir una organización que posibilite a cada uno de sus integrantes evolucionar hasta donde le permitan sus capacidades.
El grupo de Eusebio tiene en Oier a un portero muy hábil en la búsqueda de aquellos compañeros, cercanos o alejados en función de la estructura que presente el rival para defender, que están en mejores condiciones para proseguir la jugada. Maneja perfectamente el pase a los lindantes y a los que están distantes de su posición.
Los centrales sí son muy distintos que los que alineaba permanentemente Luis Enrique. Lombán representa a ese jugador necesario para competir, con un bagaje más extenso que el de sus noveles socios. Competente cuando posee el balón, aún debe manejar mejor las distancias de relación, es decir, necesita tiempo para adecuar su ubicación en función de la circulación del balón.
Sergi Gómez no dispone de la pulcritud con la pelota de Bartra o Fontàs, pero su caso es muy parecido, salvando las obvias diferencias, al de Carles Puyol. En ambos casos, son jugadores que por su enorme predisposición al aprendizaje acaban por iniciar dignamente todo proceso emprendido a través del balón. El de Arenys de Mar se hace indispensable por sus condiciones de liderazgo silencioso y ese innato plus de saber manejarse ante diferentes atacantes en espacios ampliados.
Entre los laterales destaca, a pesar de que Planas ostenta la titularidad, Grimaldo. Muy dotado para pasar, conducir y eliminar continuamente a su par, desiguala numéricamente para entregar al siguiente libre. Cuando las circunstancias le llevan a transitar con el esférico por sectores interiores, se desenvuelve con la misma pericia que un interior. Cuando profundiza también domina conceptos de atacante exterior.
Por delante de los centrales, Illie representa al prototipo de mediocentro que juega en pocos metros para asistir a los de atrás, retrasándose para formar línea de tres, o como apoyo a los laterales adelantados. Sin disponer del virtuosismo de Busquets, siempre elige con sentido hacia dónde y con quiénes merece la pena relacionarse.
Interesante resulta la comparecencia de Gus Ledes, un centrocampista de mayor dinamismo, que reúne quietud y añade superación de adversarios desplazándose con el balón en los pies. Ante presiones adelantadas, disponer de un jugador así en esa demarcación puede ser trascendental. El tiempo lo irá manifestando, pero puede ser un detalle que haga evolucionar globalmente al modelo.
Los interiores son dispares entre sí. Están los que generan supremacía desde la persistente entrega y devolución, como Sergi Roberto y Espinosa. Ellos hacen que todos puedan reunirse en campo ajeno aglutinando pases con sentido común. Rafinha serpentea y esboza la coordinación ingeniosa, mientras Luis Alberto reclama que los más adelantados se muevan hacia la portería para ilustrar su enorme variabilidad de envíos definitivos.
Como característica común resalta el hecho de que en todos ellos está grabado a fuego el no situarse en el mismo eje que su compañero. Se saben distribuir a diferentes alturas para repartirse la labor de fijación y recepción a la espalda de los que buscan recuperar el balón.
En la periferia del bloque defensivo rival, Deulofeu aguarda para liquidar opositores. Es un extremo que aún debe comprender la dualidad beneficiario/benefactor. Debe considerar a los demás, máxime cuando su desenvoltura para desbordar permite libertades en los de alrededor. La atracción de varios contrincantes deja exento de oponente a los que tiene próximos. Cuando lo entienda será imparable y hará imparable a su equipo.
Kiko Femenía se despereza, tras un año de solfeo, y ya comienza a componer algunas piezas interesantes para el juego de posición. Va adivinando que las superioridades no se logran únicamente desafiando al suyo.
La sorpresa la tenemos en Lobato. Zurdo, de buen mano a mano, situado en zonas internas también muestra sabiduría para jugar con los demás. Tiene ese don de la mutabilidad. Juega bien en todos los lugares y rodeado de perfiles diferentes. Interesante revelación en un sistema tan permeable a la riqueza de comportamientos como sustento de crecimiento.
Dongou y Sergio Araujo comparten lugar de vivencias. Hay sitio para uno, aunque el argentino también puede ladearse hacia la ubicación del extremo. El camerunés estira y agranda los lugares a los que vienen por dentro, a la vez que considera la actividad de los de fuera para ocupar correctamente los lugares del remate. Es sagaz para escapar de la visibilidad de los centrales describiendo movimientos circulares que le acercan al gol sin dejar de ver al potencial pasador.
El ex de Boca Junior aún necesita tiempo para percibir las constantes vitales de un juego muy concreto. El paso de las jornadas esclarecerá si su presencia origina riqueza en el modus operandi del colectivo catalán.
* Óscar Cano es entrenador de fútbol y autor de los libros “El Modelo de juego del FC Barcelona” y «El juego de posición del FC Barcelona» (MC Sports Ediciones).
– Fútbol: Paco Lobato (Sport) – FC Barcelona – Eduard Omedes/Manel Montilla (Mundo Deportivo)
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